lunes, 6 de julio de 2015

LA EUROPA ESPERANZADA ESTABA EN SINTAGMA




LA EUROPA ESPERANZADA ESTABA EN SINTAGMA


¿Europa es Grecia? La pregunta no me parece ociosa porque en todo este proceso, los días previos al referéndum, se ha podido observar apoyos a la propuesta de Syriza–Tsipras, donde no era desestimable el apoyo de la izquierda en Alemania – ¿Die Linke? – , a la opción defendida por el gobierno, elegido democráticamente, y el domingo, en Atenas, la plaza Sintagma estaba nutrida de pequeños grupos de europeos de diferentes nacionalidades, que habían ido a estar cerca de amigos y familiares para apoyar el no, y cuando se supo el resultado, celebrarlo, porque esa gente intuía que en Grecia se estaba decidiendo – y en Grecia se decide – algo que trasciende una mera situación nacional, pues lo que se está decidiendo, en todo el contexto internacional es el poder del capital, el poder de los mercados, para condicionar la soberanía de los pueblos, de la que Grecia y Syriza, son el eslabón más débil, son catalizadores de una situación que revela la incapacidad del modo de producción de mercancías para garantizar la utilidad para el conjunto de la humanidad, porque al reducir un modo de producción a la venta de mercancías, el mercado, que tiene nombre y apellidos, este, se convierte en el regulador del mismo mercado, y este, no lo olvidemos, ha constituido su propio núcleo duro, a lo largo del siglo xx, produciendo mercancías que benefician al propio núcleo duro, produciendo armas y produciendo dinero vacío, dinero procedente de la especulación, procedente del interés con el que la banca esquilma a los trabajadores, verdaderos creadores de riqueza.


Toda la movilización social que se puede percibir en todo el orbe es una manera, mejo dicho, es otro indicativo, otro indicador del indice principal que es la velocidad con la que el capital incrementa la concentración de riqueza, la concentración de poder, la influencia del capital sobre los gobiernos, y por tanto, un referenciador de la inutilidad social del capitalismo, y no obstante, la sociedad, aún no está produciendo la explicación pertinente para que se produzca la asumción – la sociedad no asume – la necesidad de plantear la exploración, la búsqueda de la alternativa capaz de poner la enorme capacidad de crear riqueza para que esta sirva al conjunto humano, y no el conjunto humano para servir al mercado, poner la producción al servicio de la sociedad y no la sociedad al servicio del mercado, por eso, hoy, cuando abro internet y leo en Público, que Beatriz Talegon se da de baja en el PSOE, porque este ha traicionado a Grecia por no apoyar el no, creo, y espero, que la gente sana del partido socialista, demande una política de ruptura de su partido, con los mercados, y transcribo lo que leo porque los socialistas se fueron del PSOE cuando ya no quedó ni solidaridad internacional, ni república, ni democracia, ni dignidad en el partido, y esto que ella sí ha percibido, es lo que habría que ayudar, para que los militantes honestos, aún no ven, terminando por darse cuenta, por eso, los dirigentes del PSOE, no dimitirán, como ella pide, y por eso, la crítica a Martín Schultz, presidente del Parlamento Europeo, posiblemente, le resbale.


Generar el debate sobre la alternativa al modo de producción de mercancía, que según Marx es el último modo de producción basado en el valor de cambio al poner en contradicción – antítesis – el trabajo vivo y la mercancía – trabajo objetivado –, es algo que va más allá de la inmediatez de una elecciones, pero que es algo que urge abordar, al nivel más amplio posible, antes de que los expertos se den cuenta y nos quieran vender una moto.


Me animo a citar a una gran mujer de la izquierda de España, a la señora Falcón, Lidia Falcón, de la que suelo leer lo que escribe en el diario Público, su apreciación sobre la necesidad de plantear, en los debates, las metas, los objetivos para superar el sistema, porque ese es, en mi opinión, el principal logro del capitalismo, cuando consiguió arrancar al socialismo, a los partidos socialistas, corrompiéndolos, y por tanto, cortando la reflexión teórica del seno del movimiento obrero. Recuperar ese debate ahora será garantía de victoria.


jmrmesas


seis de julio de dos mil quince













































































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