jueves, 2 de julio de 2015

EL DRAMA GRIEGO: UN GOBIERNO AJENO A LOS MERCADOS





EL DRAMA GRIEGO: UN GOBIERNO AJENO A LOS MERCADOS


El drama griego es un aviso muy serio a todos los pueblos que opten por elegir, apoyar y mantener gobiernos propios, que significa gobiernos para defender, sobre todo, a los más débiles. Es, además, un muy serio aviso a los partidos que deciden ser consecuentes con sus principios. Toda la hostilidad mostrada contra Tsipras y Syriza es para dejar bien patente que los gobiernos han de gobernar para el mercado, y los mercados, como ya se sabe, pero la corrección política prefiere ignorar, son ese puñado de superricos, cuyas empresas determinan el contenido de la economía actual.


Es importante que los militantes y activistas conscientes interioricen esta premisa porque es la que orienta toda la política actual señalando el sentido del esfuerzo porque la política y la economía están determinadas porque se produce para el mercado, y el mercado, a diferencia de lo que dicen los defensores de esta economía (el tipo de defensor que asume la defensa del mercado, ya nos dice de qué lado quiere estar), no importa que etiqueta se coloque, no somos todos, los mercados, dicen sus defensores ...somos todos,cuando intervenimos económicamente..., no, no, no, no son los ciudadanos que invierten sus ahorrillos en bolsa, ni son los preferentistas estafados, no no, esos ciudadanos son los que aportan un plus de respetabilidad, de honorabilidad a un sistema diseñado para extraer los escasos ahorros, de toda una vida de sacrificio de los trabajadores que han conseguido atesorar unas monedas para tener una vejez tranquila y sin cuya participación, el sistema quedaría al descubierto, los mercados son las ochenta personas más ricas del mundo, cuyas empresas articulan la producción, la gran producción industrial, la gran producción industrial que es capaz de integrar toda la producción científica y tecnológica, que es regada con las finanzas de la gran banca mundial, decidiendo que ramas quiere potenciar, que industrias favorecer y cuales otras arruinar, porque el sistema es el sistema de los capitalistas, y las leyes, no escritas, del capitalismo, pero si imbuidas, embebidas, subsumidas en el funcionamiento del sistema determinan que la sociedad está al servicio del mercado, y no al revés, y está exigiendo el sometimiento de un gobierno que le es ajeno. Ese es el drama de Grecia.


Esas leyes no escritas pero que sí están en la naturaleza del sistema capitalista son las que, desde todos los ángulos de la sociedad oficial, eso que denominamos el establisment quiere que Syriza se someta, que el referéndum lo pierda Tsipras, no porque las consecuencias económicas fuesen inasumibles, en términos monetarios, sino porque serían inasumibles en términos del balance de fuerzas, porque toda la política mundial está configurada para empobrecer a la sociedad – como corroboran los informes de oxfan, pero que la corrección política aconseja ignorar –, y ese empobrecimiento es el modo de operación de los mercados, para dominar y someter a los pueblos a la gobernanza de los mercados, por eso se combinan los esfuerzos del establisment europeo, para llevar a la opinión pública que Grecia, Syriza, Tsipras, acepten la humillación.


El sistema, que claramente está determinado para favorecer a los dueños de las 147 transnacionales que configuran la economía actual, cuya velocidad en el empobrecimiento del conjunto mundial es el indicador más fiable que demuestra lo inútil que resulta para la sociedad, sabe que la Unión Europea, como parte que es del sistema, tiene que volcar todo su poder e influencia en condenar la actitud de Tsipras y su gobierno, porque la Unión Europea es, sobre todo, la construcción del €uro, y si Grecia es sacada, expulsada del €uro, por los eurócratas, lo de eurócratas no va por lo de estadistas europeos, sino por funcionarios implicados en la construcción de una moneda artificial, que no se forjó en el día a día de las transacciones económicas-productivas, sino en los despachos conectados con los banqueros, el futuro de la moneda estará en trance de extinción, porque los gobiernos europeos, por muy afines que sean a los mercados, dependen de la ciudadanía para poder llevar adelante la política de recortes, y la expulsión de Grecia, puesto que Syriza y Tsipras no plantean abandonar el euro, dispararía una dinámica de desenganches, y dada la situación internacional, el panorama se vuelve sumamente inestable, por eso, el drama griego es la evidencia de que Tsipras y el gobierno de Syriza es un gobierno que sirve a unos griegos y a una Grecia que está enfrentada a la Europa de los mercados; el domingo, el próximo domingo debería de ser un día para demostrar a los eurócratas que estamos con Tsipras y Syriza, que apoyamos un gobierno que se enfrenta a una Europa que no es la de los pueblos que es la Europa de los mercados, y esa Europa no la queremos, por eso queremos demostrar que apoyamos a los griegos y al gobierno que les defiende.


jmrmesas


dos de julio de dos mil quince



No hay comentarios:

Publicar un comentario