sábado, 16 de septiembre de 2017

LA IZQUIERDA ES SOBERANISTA







TENDRÍA CO...RAJE LA IZQUIERDA PARA ARREGLAR EL PROBLEMA SOBERANISTA

LA IZQUIERDA ES SOBERANISTA

¿Cual es el significado de los atentados yihadistas de estos últimos días? A veces, la próximidad del objeto impide apreciar el significado de lo que se ve insertado en el contexto, y se necesita un cierto distanciamiento para captar esa realidad, que la proximidad, dificulta.

Europa está experimentando un constante y persistente hostigamiento, un golpeteo en forma de atentados yihadistas, interesadamente disfrazados con el mentiroso señuelo de defender al Islam, y lo está haciendo en países cuya principal característica es la de tener gobiernos con un notable desafecto parlamentario, a la par que una notable población islámica, cuyas oposiciones están encabezadas por dirigentes comprometidos con los intereses mayoritarios de la población trabajadora. En el Reino Unido, el laborismo dirigido por Corbyn empieza a recoger a la juventud que no ve futuro con los conservadores. En Francia, un partido – En Marche – formado a prisa y corriendo con el propósito de llevar a un banquero a la presidencia del Estado, sin vinculación con la clase obrera, que además, ha dejado al partido socialista francés, fuera de juego y hundiéndose, atemoriza al capital financiero mundial porque las batallas por venir las dará una oposición dirigida por un político de izquierda, Mélenchon – La France Insoumise –. En España, el desastre del gobierno Rajoy, metido hasta el cuello en el barrizal de la corrupción, se agarra al clavo ardiente del chovinismo patriotero, queriendo ignorar un problema pendiente – el soberanismo catalán –, que él mismo ha magnificado para salvar un gobierno, que está condenado por la historia, que, probablemente, condenen los tribunales, y cuya continuación no puede más que enconar los problemas, pendientes de una resolución definitiva.

El verdadero problema en Europa es el que plantea el Presidente de la Comisión Europea (en último termino, la unidad de Europa, que no de la Unión Europea) y que, desde la perspectiva de la administración de Bruselas querría solventar con cambios de fachada, y que la izquierda no puede abordar porque los problemas está obligada a verlos a través de los esquemas de la burguesía, es decir, los ve con las gafas de los intereses del capital que es el de mantener a los europeos lejos de las decisiones y que solo favorecen el interés de los capitalistas. Mientras esto sea así, no habrá solución posible, y para evitar cualquier aproximación, en esos cenáculos donde se analizan los problemas sin luz ni taquígrafos, se van desgranando atentados aquí y allá para atemorizar y reducir a la población europea, facilitando el ascenso del fascismo legal, ese que todos saben quienes son pero no pueden mancharse con la brutalidad diseñada por las empresas de seguridad de las aguas negras, que le es propia, porque entonces se despertaría a una clase obrera aletargada, convertida en ciudadana, con todos los derechos – que no puede ejercer porque ni posee medios ni organización ni consciencia – y todas las obligaciones, exigibles, una a una sin posibilidad de disentir.

España está en el ojo del huracán; la aparente tranquilidad es la de estar, precisamente, en el centro, en el ojo, que no en el ajo, al que hay que machacar para dar sabor a la salsa. La explosión en la localidad de Alcanar, de hace unas semanas, que dio al traste con la brutalidad prevista y que la célula operativa improvisó con el atropello terrorista de las Ramblas, hace temer que se intenten otros más elaborados, y que la profesionalidad de los cuerpos de seguridad, tal vez, no puedan impedir, por eso, la izquierda que encabezan Podemos y el PSOE, podría acabar con el problema soberanista si valientemente y con la determinación de defender los intereses de los trabajadores europeos hicieran una solemne propuesta al pueblo catalán de asegurarles un referéndum, con todas las garantías, tan pronto como se construyera una mayoría para echar al partido popular de la dirección del Estado. Eso podría poner fin al problema soberanista, que emponzoña la lucha por los intereses de la clase obrera y que sí nos enfrentan abiertamente con el objetivo de la política, el reparto de la riqueza generada socialmente y disfrutada por una minoría que se arroga todos los derechos.

Esto es, en mi discutible opinión, el significado del incesante goteo de atentados yihadistas que llevan sucediéndose en Europa, en los últimos meses, y que recientemente se han agolpado en los últimos días; el temor de los CEOS de la contra revolución que Europa, se les vaya de las manos i la lucha social pudiese impulsar a la izquierda opositora, en los diferentes países con opciones de gobernar, a coordinar políticas no previstas en los despachos de Bruselas conectados con los bancos. ¿Que esto podría acabar con la monarquía borbónica? Podría. Pero el joven rey podría pasar sin trauma de ningún tipo de ser Felipe VI a ser Don Felipe de Borbón, un ciudadano corriente.

Ah, ...esto no es la biblia, pero podría ser tener su gracia.

jmrmesas

dieciséis de septiembre de dos mil diecisiete

















No hay comentarios:

Publicar un comentario