lunes, 9 de enero de 2017

VISTA ALEGRE 2


VISTA ALEGRE 2

CONTRIBUCION A UN DEBATE IMPORTANTE PARA LA IZQUIERDA DESDE LA
LEJANIA PERSONAL PERO DESDE LA CERCANIA POLITICA E IDEOLOGICA

EL AÑO DEL CENTENRIO

Este año es el del centenario de la primera revolución proletaria triunfante, la Revolución de Octubre en Rusia en 1917. Probablemente el acontecimiento histórico más documentado y debatido, también, tergiversado e intencionalmente interpretado y combatido por el enemigo capitalista y desde la cúspide, por los propios actores, y sin embargo, sus enseñanzas, múltiples, se ha evitado profundizar en ellas desde las filas de la izquierda que lo sustentaba. Es innegable el impulso que supuso para la Rusia de entonces, convirtiendola en el terreno material en una superpotencia, a pesar de los cuantiosos reveses sufridos, y en el terreno político e ideológico, en lo que pudo ser y no fue porque Stalin, en su afán de lograr un respiro, apartó al pueblo, a la clase obrera soviética, haciendo del partido, un policía, en vez de hacer del pueblo soviético impulsor ideológico y cultural de la clase obrera mundial, como era el objetivo de Lenin.

También es el año en el que el complejo militar industrial de Estados Unidos toma el control del gobierno en nombre propio conducido por uno de los millonarios, en apariencia, menos conectado a ese mundo de las finanzas que tiene su origen en la industria de la producción orientada a la guerra y a la violencia como medio de dominación, y pese a la buena relación personal entre el presidente entrante, Trump, y el saliente adversario ruso, Putin, me temo que de esa aparente, buenas intenciones de ambas partes, para con su oponente, en el fondo se estaría maquinando un nuevo reparto del mundo, light, no escrito, que nada bueno puede augurar para ciudadanía, para los trabajadores.

En este contexto tendrá lugar la convocatoria de un evento político que puede tener una importante capacidad para trasformar la izquierda a una escala muy importante. Dependiendo del enfoque con el que se plantee el debate, esa escala podría ser mundial, o no se nada – una tormenta en un vaso de agua – ya que, atendiendo a los actores que determinan la política global, Europa, se considera un todo, desde Bering a Tarifa, y esta consideración, y a esta consideración, no escapan los pueblos de Europa, y Unidos Podemos, supongo, es consciente de ello.

Las formas dulces con las que Podemos aborda la lucha de clases no engaña a los capitalistas y tiene el inconveniente de desorientar al pueblo trabajador haciéndoles creer en la falsa idea de que no será necesario ir más allá, pero como la realidad demuestra, en la medida que esas formas amables han ido adquiriendo influencia, la ciudadanía trabajadora se ha ido desentendiendo, por eso creo que el enfoque que, personalmente intuyo, sería más acertado, pero indudablemente, más duro es el de aceptar que el capitalismo es un sistema internacional e internacionalista y que las contradicciones inherentes a esta perspectiva derivan de la incoherencia de aceptar que como unidad de producción y mercado es universal, mientras que políticamente, se mantiene la ficción de la validez de los Estados nacionales, como diques que sujetan a la ciudadanía mundial, haciéndoles creer en la valides de una falsa soberanía estatal.

Según Oxfan, el uno por ciento posee más dinero que el noventa y nueve por ciento restante y pertenecer al uno por ciento no es muy cuantioso; se requeriría tener la casa sin hipoteca y poseer un exceso de dinero disponible que no llegaría a los 4000 dólares, y eso ya es una señal del expolio al que un sistema global, internacional, somete a la unidad de producción llamado mundo. Que sesenta y cuatro personas tengan tanto dinero como tres mil quinientos millones de personas – más pobres – es la confirmación de una expropiación, imposible, sin un entramado internacional capaz de dar soporte legal y organizativo a una élite que acumula poder e influencia sustanciada en esa red de 147 multinacionales transnacionales con capacidad suficiente como para influir, decisivamente, en la marcha de la economía mundial, y sin cuyo entramado organizativo y legislativo planetario, la crisis actual habría estallado, reventado en mil pedazos, porque aflojando aquí y estrujando allá, se puede contener la situación donde esta sea más crítica, impidiendo que estalle, si no conviene, el momento.

El sistema capitalista basado en el modo de producción de mercancías ha agotado su ciclo histórico porque este solo beneficia a la élite burguesa que posee tanto dinero como la mitad de la humanidad más pobre, pero en tanto que no haya una alternativa a ese modo de producción, el sistema capitalista buscará dar cima, legal y política a la contradicción que causa los conflictos buscando la posibilidad de llegar al Estado que le permita gobernar el mundo, un Estado con capacidad legal sobre el conjunto humano.

En este contexto la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, rodeado de un grupo de multimillonarios significaría un paso decisivo para llegar a un acurdo con el adversario irreductible, Rusia, que no cuestiona el sistema pero sí discute su estatus, el de Estados Unidos por exceso y el propio, el de Rusia, por defecto queriendo llegar a un acuerdo beneficioso para ambos, el viejo objetivo de Stalin.

Me parece muy importante el hecho que la propia élite del poder estadounidense haya decidido gobernar sin intermediarios para entender la deriva que tomará el rumbo político y social en estos primeros lustros del nuevo siglo porque el poder de las fuerzas productivas es difícilmente evaluable sin disponer de datos, pero si el siglo xx supuso un salto gigantesco, el nuevo siglo, con el actual estado de la ciencia y la tecnología, puede ser de consecuencias difícilmente imaginables, por eso y por el hecho de que el sistema, el capitalismo, no es discutido por ningún poder estatal, pues ni Rusia ni China comunista discuten el funcionamiento, un acuerdo tácito sobre un reparto de zonas, me parece que estaría en el fondo de las simpatías que el equipo que encabeza Trump y el que dirige Putin se manifiestan.

Ese entendimiento tácito no tendría recorrido sin pensar en qué hacer con una humanidad sin oficio ni beneficio, y si existe una idea en las élites que gobiernan el mundo, que, lógicamente han de tener sobre este dato, no me parece posible que el futuro que imaginen para la gente corriente pueda ser muy beneficioso.

EL ACUERDO SOBRE EL PETROLEO
¿FORZAR LA INVERSION FINANCIERA EN LA ACUMULACION DE ELECTRICIDAD?

El acuerdo sobre el petroleo es a varias bandas entre los dos principales intervinientes, EEUU y Rusia; esta se apresura a tejer su espacio político en la sensible zona de Oriente Medio, cultivando sus relaciones con Irán, Siria y el agente privilegiado de Estados Unidos, Israel, mientras USA hace saber a Erdogan – Turquía – que un cambio de alianza favoreciendo al adversario no es bien visto en Washington, haciéndoselo notar con dolor. Los acontecimientos de los últimos días de Obama, previos a la entrega de los controles a Trump tienen sentido enmarañando el teatro de operaciones porque el complejo militar industrial no es homogéneo pero casi es El Partido del capital financiero mundial.

Dos noticias sobre Méjico confirman mis supuestos sobre el reparto del mundo tácito; el acuerdo hay que entenderlo en función de la pérdida de importancia estratégica que significaría la proximidad geográfica para instalar bases militares de capacidad táctica, en los aledaños del territorio enemigo (las capacidades de las armas estratégicas está en esa pérdida de importancia del terreno en el orden táctico), dado que una amenaza estratégica cerraría cualquier posibilidad de negociar, entrando abiertamente, en el terreno de solventar los desacuerdos militarmente, y esto no resultaría beneficios, y sí, terriblemente pernicioso para el conjunto, por lo tanto, Estados Unidos, en la nueva etapa, consideraría que al sur de la frontera de Rusia, Europa sería el territorio de expansión económico y financiero natural, dado que las alianzas políticas para variar los colores del mapa no serían entendibles sin cuestionar el sistema, y eso, se acepta como incuestionable, por todos los Estados. Mientras Estados Unidos tendría la posibilidad de anexionarse Méjico, como su vieja tendencia obsesiva de querer hacerse con todo el continente norte de América. La obsesión de Trump por aislar a Méjico irían en esa dirección, y la orden a Ford de cancelar su inversión mejicana, una de las noticias, así como el aviso de Trump a Toyota sobre la posibilidad de invertir en Méjico, la otra noticia, estaría en los sobrentendidos que los tanteos de los equipos de EEUU y Rusia se hacen en las horas previas a la toma del poder por el electo Donald Trump.

La derivada más notable está en la reducción de la producción de petroleo. El cese de la inversión de Ford en Méjico no ha sido solo por orden de Trump, sino que se combina con la nueva tendencia que se observa en el mercado de la producción de automóviles a fabricar automóviles eléctricos y esta producción está limitada por el excesivo coste que supone la acumulación de electricidad, tanto en términos económicos – la investigación es cara – como en términos de peso en el propio vehículo, y Ford no invertiría dinero sin asegurarse la ganancia, el petróleo, por tanto, estaría reservado al uso militar y espacial.

El petróleo y sus derivados es, por ahora, el único combustible capaz de mover grandes cargas y poner en órbita cargas pesadas con un coste, relativamente, aceptable porque existe una tecnología muy probada y está documentado la cantidad en los yacimientos, convirtiéndose, por tanto, en un recurso con valor estratégico para uso militar. Todas las sociedades se han lanzado a la conquista de nuevos territorios, nuevas fronteras tan pronto como han dispuesto de los instrumentos y los conocimientos suficientes para el objetivo propuesto y la investigación espacial, debo suponer, habrá de rentabilizarse buscando el mercado necesario para fabricar las mercancías que hagan posible obtener ganancia. ¿Y si la colonización marciana no fuese una quimera? ¿Y si los motores EM driver acortasen la duración del viaje? ¿Y si la colonización requiriese unos millones de seres humanos a la búsqueda de el dorado?

Todo esto puede sonar delirante pero mirado con el prisma de la historia no es nada descabellado y mucho menos suponer que la burguesía que compone la élite del mundo está de brazos cruzados a ver que depara el destino, cuando ellos saben como fabricarlo y si algo debe – debería – caracterizar a un partido que quiere defender los intereses comunes es una cierta capacidad de leer las señales que la historia, las ideas dominantes, las creencias, la producción, la economía, la po lí ti ca nos dicen con su retorcido desarrollo, con su retorcida actividad, y según lo que puedo vislumbrar es esto. La guerra, una guerra mundial no es descartable, pero pensar en una guerra con frentes delimitados y tropas uniformadas es algo que no se va a dar, porque si algo enseña la guerra (no declarada) en Siria, es que los contendientes – el complejo militar industrial USA y sus aliados europeos – se valen del terrorismo como su fuerza encubierta, clandestina, incontrolable, por eso, apiadarse de los refugiados – y no estoy diciendo ni desentenderse, ni desapiadarse – no solventa el problema, porque se concede a la guerra de rapiña estatus de catástrofe de la naturaleza a la par que un terremoto o un huracán, y eso no es así; primero porque hay que denunciar la guerra, luchar por parar esas guerras de los ladrones capitalistas, denunciar la movilización de seres humanos para vaciar el terreno de sus naturales habitantes y llevarlos a donde no se les quiere dejandoles abandonados a su suerte porque no se financia su estadía y los gobiernos que los reciben, encima, además, bombardea sus países, silencia las matanzas y tropelías del yihadismo político, porque son sus hijos de puta, y es muy posible que la llegada de Trump a la Casa Blanca, alivie la presión en Siria, pero el terrorismo islamista será la forma de traer a Europa la guerra para presionar cuando convenga.

EL GUETTO NACIONAL

En el siglo xix o en las primeras décadas del siglo xx creer que la lucha de clase era – es – una cuestión internacional era casi un acto de fe, no verlo hoy es de una cobardía ideológica e internacional lastimosa. La lucha de clases, siempre empieza en un país, pero sacarla del país, convertirla en el inicio de la liberación fue la aspiración y el objetivo de la socialdemocracia clásica, la que se fijaba como objetivo la expropiación de los capitalistas y hacía bandera del internacionalismo proletario traicionado en las votaciones de los créditos de guerra, por eso hay que insistir en resaltar las consecuencias de variar el rumbo político para no romper con el sistema – las formas amables, corteses, con el sistema – lleva inevitablemente, a la traición, no porque se busque, sino porque el sistema obliga a definirse porque, por encima de todo está el negocio, está el beneficio empresarial y financiero, por eso es necesario romper, porque el compadreo no vale. Nos lo ha demostrado el siglo xx muy bien y documentadamente.

El sistema, como vengo diciendo está, históricamente, obsoleto. Su rentabilidad es para 64 personas y una orla del uno por ciento de la humanidad, y se empieza a percibir como insoportable porque la tendencia a la acumulación y concentración de la riqueza es indetenible, a menos que haya una respuesta social claramente opuesta y expresa al latrocinio continuado. La característica, a mi parecer, más clara, de la desafección que provoca el sistema se haya, paradójicamente, en la proliferación de los nacionalismos, no solo en España, también en Italia, y muy llamativamente en la aparición de los autonomistas californianos y tejanos, queriéndose desenganchar de la Unión, de Estados Unidos. Esa es la expresión más clara de la pequeña burguesía queriendo salvar los muebles del desastre porque el sistema ya no lle ofrece garantías y quiere separarse para no hundirse con él.

Como decía al comienzo, el ciclo histórico del capital está agotado, pero sin una alternativa expresa y sin una voluntad clara de los que pretendamos acabar con el modo de producción de mercancías ayudando a traer un modo de producción solidario y colaborativo, un modo de producción socialista que habrá de buscar sus características básicas y fundamentales, el modo de producción mercantil buscará dar cima a su necesidad, acorde con el tamaño y capacidad de las actuales fuerzas productivas, un Estado mundial, un aparato para legislar aspectos determinantes a escala internacional, para lograr atenuar las contradicciones del sistema. Que la izquierda, sea esta griega, inglesa, alemana o francesa crea que puede solucionar los problemas sin salir del gueto nacional es un error insoportable cuando 147 transnacionales tienen capacidad para influir decisivamente en la marcha de la economía mundial.

Los Estados nacionales como Alemania, Francia (previsible Frexit), Reino Unido (Brexit), España, Italia, etc., tienen una soberanía de pacotilla, limitada, es decir, los instrumentos que determinan la soberanía, la moneda, la diplomacia, las alianzas están previamente, limitadas, viniendo a significar la obsolescencia de tales Estados, mucho peor si lo Estados son más minúsculos, por ejemplo, un supuesto Estado catalán (que siempre podría, el capital financiero, utilizar como plataforma fascista contra España, como utiliza a los Estados bálticos o Ucrania, contra Rusia),
significa que el sistema tiene contradicciones muy profundas derivadas de una estructura productiva, económica, mundial global, que choca con la estructura política y social del medio con el que se controla a las personas, que necesariamente deben ser apartadas de los entresijos del poder. Esta es mucho más que una contradicción política, mucho más que una contradicción de clase, es una contradicción que afecta a la propia esencia de la humanidad que deja de ser materia de los filósofos y pensadores para convertirse en un desafío en la supervivencia de la especie humana, que podría ser abordado como un aldabonazo colectivo a la búsqueda de una respuesta.

Esa búsqueda puede comenzar sacando la lucha de clases del ámbito nacional, planteando la necesidad de buscar un nuevo modo de producción más acorde con los intereses del conjunto humano, construyendo una dirección internacional, capaz de responder a esos problemas comunes, que hoy por hoy abordan, torcidamente, las élites que dominan el mundo. A lo largo del proceso histórico, el lento avance en la adquisición de conocimientos hizo que el desarrollo de las fuerzas productivas fuese lento fijando a los seres humanos a tierras concretas, pero si algo positivo tuvo el nacimiento de los Estados Unidos de América del Norte fue que los europeos sin nobleza ¿snob?, construyeron un país con gente de aluvión, y lo más positivo de la Revolución de Octubre, que el enorme desarrollo material no es nada sin el desarrollo cultural y espiritual que hace libres a los hombre.

Sinceramente, desearía que el próximo debate de Vista Alegre se llegase a conclusiones coherentes y concordantes con estas notas, que honestamente creo que aportan porque el debate sin conceptos no vale de nada y si Unidos Podemos puede significar una referencia, esta será mundial, arrancando de Europa el germen del cambio de era histórica, porque el pueblo trabajador necesita construir su equipo pensante y puede caberle a Europa, a España, comenzar esta andadura.

jmrmesas

nueve de enero de dos mil diecisiete


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