VISTA ALEGRE 2
CONTRIBUCION A UN DEBATE
IMPORTANTE PARA LA IZQUIERDA DESDE LA
LEJANIA PERSONAL PERO DESDE LA
CERCANIA POLITICA E IDEOLOGICA
EL AÑO DEL CENTENRIO
Este año es el del centenario de
la primera revolución proletaria triunfante, la Revolución de
Octubre en Rusia en 1917. Probablemente el acontecimiento histórico
más documentado y debatido, también, tergiversado e
intencionalmente interpretado y combatido por el enemigo capitalista
y desde la cúspide, por los propios actores, y sin embargo, sus
enseñanzas, múltiples, se ha evitado profundizar en ellas desde las
filas de la izquierda que lo sustentaba. Es innegable el impulso que
supuso para la Rusia de entonces, convirtiendola en el terreno
material en una superpotencia, a pesar de los cuantiosos reveses
sufridos, y en el terreno político e ideológico, en lo que
pudo ser y no fue porque Stalin, en su afán de lograr un
respiro, apartó al pueblo, a la clase obrera soviética,
haciendo del partido, un policía, en vez de hacer
del pueblo soviético impulsor ideológico y cultural de la clase
obrera mundial, como era el objetivo de Lenin.
También es el año en el que el
complejo militar industrial de Estados Unidos toma el control del
gobierno en nombre propio conducido por uno de los millonarios, en
apariencia, menos conectado a ese mundo de las finanzas que tiene su
origen en la industria de la producción orientada a la guerra y a la
violencia como medio de dominación, y pese a la buena relación
personal entre el presidente entrante, Trump, y el saliente
adversario ruso, Putin, me temo que de esa aparente, buenas
intenciones de ambas partes, para con su oponente, en el fondo se
estaría maquinando un nuevo reparto del mundo, light,
no escrito, que nada bueno puede augurar para ciudadanía, para los
trabajadores.
En este contexto tendrá lugar la
convocatoria de un evento político que puede tener una importante
capacidad para trasformar la izquierda a una escala muy importante.
Dependiendo del enfoque con el que se plantee el debate, esa escala
podría ser mundial, o no se nada – una tormenta en un vaso de agua
– ya que, atendiendo a los actores que determinan la política
global, Europa, se considera un todo, desde Bering a Tarifa, y esta
consideración, y a esta consideración, no escapan los pueblos de
Europa, y Unidos Podemos, supongo, es consciente de ello.
Las formas dulces con las que
Podemos aborda la lucha de clases no engaña a los capitalistas y
tiene el inconveniente de desorientar al pueblo trabajador
haciéndoles creer en la falsa idea de que no será necesario ir más
allá, pero como la realidad demuestra, en la medida que esas formas
amables han ido adquiriendo influencia, la ciudadanía trabajadora se
ha ido desentendiendo, por eso creo que el enfoque que, personalmente
intuyo, sería más acertado, pero indudablemente, más duro es el de
aceptar que el capitalismo es un sistema internacional e
internacionalista y que las contradicciones inherentes a esta
perspectiva derivan de la incoherencia de aceptar que como unidad
de producción y mercado es universal, mientras que
políticamente, se mantiene la ficción de la validez de los Estados
nacionales, como diques que sujetan a la ciudadanía mundial,
haciéndoles creer en la valides de una falsa soberanía estatal.
Según Oxfan, el uno por ciento
posee más dinero que el noventa y nueve por ciento restante y
pertenecer al uno por ciento no es muy cuantioso; se requeriría
tener la casa sin hipoteca y poseer un exceso de dinero disponible
que no llegaría a los 4000 dólares, y eso ya es una señal del
expolio al que un sistema global, internacional, somete a la unidad
de producción llamado mundo. Que sesenta y cuatro personas tengan
tanto dinero como tres mil quinientos millones de personas – más
pobres – es la confirmación de una expropiación, imposible, sin
un entramado internacional capaz de dar soporte legal y
organizativo a una élite que acumula poder e influencia sustanciada
en esa red de 147 multinacionales transnacionales con capacidad
suficiente como para influir, decisivamente, en la marcha de la
economía mundial, y sin cuyo entramado organizativo y legislativo
planetario, la crisis actual habría estallado, reventado
en mil pedazos, porque aflojando aquí y estrujando allá, se puede
contener la situación donde esta sea más crítica, impidiendo que
estalle, si no conviene, el momento.
El sistema capitalista basado en
el modo de producción de mercancías ha agotado su ciclo histórico
porque este solo beneficia a la élite burguesa que posee tanto
dinero como la mitad de la humanidad más pobre, pero en tanto que no
haya una alternativa a ese modo de producción, el sistema
capitalista buscará dar cima, legal y política a la contradicción
que causa los conflictos buscando la posibilidad de llegar al Estado
que le permita gobernar el mundo, un Estado con capacidad
legal sobre el conjunto humano.
En este contexto la llegada de
Donald Trump a la Casa Blanca, rodeado de un grupo de
multimillonarios significaría un paso decisivo para llegar a un
acurdo con el adversario irreductible, Rusia, que no
cuestiona el sistema pero sí discute su estatus, el de Estados
Unidos por exceso y el propio, el de Rusia, por defecto queriendo
llegar a un acuerdo beneficioso para ambos, el viejo objetivo de
Stalin.
Me parece muy importante el hecho
que la propia élite del poder estadounidense haya decidido
gobernar sin intermediarios para entender la deriva que tomará
el rumbo político y social en estos primeros lustros del nuevo siglo
porque el poder de las fuerzas productivas es difícilmente evaluable
sin disponer de datos, pero si el siglo xx supuso un salto
gigantesco, el nuevo siglo, con el actual estado de la ciencia y
la tecnología, puede ser de consecuencias difícilmente
imaginables, por eso y por el hecho de que el sistema, el
capitalismo, no es discutido por ningún poder estatal, pues ni Rusia
ni China comunista discuten el funcionamiento, un
acuerdo tácito sobre un
reparto de zonas, me
parece que estaría en el fondo de las simpatías que el equipo que
encabeza Trump y el que dirige Putin se manifiestan.
Ese
entendimiento tácito no tendría recorrido sin pensar en qué hacer
con una humanidad sin oficio
ni beneficio, y si
existe una idea en las élites que gobiernan el mundo, que,
lógicamente han de tener sobre este dato, no me parece posible que
el futuro que imaginen para la gente corriente pueda ser muy
beneficioso.
EL ACUERDO SOBRE EL PETROLEO
¿FORZAR LA INVERSION FINANCIERA
EN LA ACUMULACION DE ELECTRICIDAD?
El
acuerdo sobre el petroleo es a varias bandas entre los dos
principales intervinientes, EEUU y Rusia; esta se apresura a tejer su
espacio político en la sensible zona de Oriente Medio, cultivando
sus relaciones con Irán, Siria y el agente privilegiado de Estados
Unidos, Israel, mientras USA hace saber a Erdogan – Turquía –
que un cambio de alianza favoreciendo al adversario no es
bien visto en Washington,
haciéndoselo notar con dolor.
Los acontecimientos de los últimos días de Obama, previos a la
entrega de los controles a Trump tienen sentido enmarañando el
teatro de operaciones porque el complejo militar industrial no es
homogéneo pero casi es El Partido del
capital financiero mundial.
Dos
noticias sobre Méjico confirman mis supuestos sobre el reparto del
mundo tácito; el acuerdo hay que entenderlo en función de la
pérdida de importancia estratégica que significaría la proximidad
geográfica para instalar bases militares de capacidad táctica, en
los aledaños del territorio enemigo (las capacidades de las armas
estratégicas está en esa pérdida de importancia del terreno en el
orden táctico), dado que una amenaza estratégica cerraría
cualquier posibilidad de negociar, entrando abiertamente, en
el terreno de solventar los desacuerdos militarmente,
y esto no resultaría beneficios, y sí, terriblemente pernicioso
para el conjunto, por lo tanto, Estados Unidos, en la nueva etapa,
consideraría que al sur de la frontera de Rusia, Europa sería el
territorio de expansión
económico y financiero natural,
dado que las alianzas políticas para variar los
colores del mapa
no serían entendibles sin
cuestionar el sistema,
y eso, se acepta como incuestionable,
por todos los Estados.
Mientras
Estados Unidos tendría la posibilidad de anexionarse
Méjico,
como su vieja tendencia obsesiva de querer hacerse
con todo el continente norte de América.
La obsesión de Trump por aislar a Méjico irían en esa dirección,
y la orden
a
Ford de cancelar su inversión mejicana, una de las noticias, así
como el aviso de Trump a Toyota
sobre la posibilidad de invertir en Méjico,
la otra noticia, estaría en los sobrentendidos que los tanteos de
los equipos de EEUU y Rusia se hacen en las horas previas a la toma
del poder por el electo Donald Trump.
La derivada más notable está en
la reducción de la producción de petroleo. El cese de la inversión
de Ford en Méjico no ha sido solo por orden de Trump, sino que se
combina con la nueva tendencia que se observa en el mercado de la
producción de automóviles a fabricar automóviles eléctricos y
esta producción está limitada por el excesivo coste que supone la
acumulación de electricidad, tanto en términos económicos – la
investigación es cara – como en términos de peso en el propio
vehículo, y Ford no invertiría dinero sin asegurarse la
ganancia, el petróleo, por tanto, estaría reservado al uso
militar y espacial.
El petróleo y sus derivados es,
por ahora, el único combustible capaz de mover grandes cargas y
poner en órbita cargas pesadas con un coste, relativamente,
aceptable porque existe una tecnología muy probada y está
documentado la cantidad en los yacimientos, convirtiéndose, por
tanto, en un recurso con valor estratégico para uso militar.
Todas las sociedades se han lanzado a la conquista de nuevos
territorios, nuevas fronteras tan pronto como han dispuesto de los
instrumentos y los conocimientos suficientes para el objetivo
propuesto y la investigación espacial, debo suponer, habrá de
rentabilizarse buscando el mercado necesario para fabricar las
mercancías que hagan posible obtener ganancia. ¿Y si la
colonización marciana no fuese una quimera? ¿Y si los
motores EM driver acortasen la duración del viaje? ¿Y si la
colonización requiriese unos millones de seres humanos a la búsqueda
de el dorado?
Todo esto puede sonar delirante
pero mirado con el prisma de la historia no es nada descabellado y
mucho menos suponer que la burguesía que compone la élite del mundo
está de brazos cruzados a ver que depara el destino, cuando
ellos saben como fabricarlo y si algo debe – debería –
caracterizar a un partido que quiere defender los intereses comunes
es una cierta capacidad de leer las señales que la historia, las
ideas dominantes, las creencias, la producción, la economía, la po
lí ti ca nos dicen con su retorcido desarrollo, con su retorcida
actividad, y según lo que puedo vislumbrar es esto. La guerra, una
guerra mundial no es descartable, pero pensar en una guerra con
frentes delimitados y tropas uniformadas es algo que no se va a dar,
porque si algo enseña la guerra (no declarada) en Siria, es que los
contendientes – el complejo militar industrial USA y sus aliados
europeos – se valen del terrorismo como su fuerza encubierta,
clandestina, incontrolable, por eso, apiadarse de los
refugiados – y no estoy diciendo ni desentenderse, ni desapiadarse
– no solventa el problema, porque se concede a la guerra de
rapiña estatus de catástrofe de la naturaleza a la par que un
terremoto o un huracán, y eso no es así; primero porque hay que
denunciar la guerra, luchar por parar esas guerras de los ladrones
capitalistas, denunciar la movilización de seres humanos para
vaciar el terreno de sus naturales habitantes y llevarlos a donde no
se les quiere dejandoles abandonados a su suerte porque no se
financia su estadía y los gobiernos que los reciben, encima, además,
bombardea sus países, silencia las matanzas y tropelías del
yihadismo político, porque son sus hijos de puta, y es muy posible
que la llegada de Trump a la Casa Blanca, alivie la presión en
Siria, pero el terrorismo islamista será la forma de traer a Europa
la guerra para presionar cuando convenga.
EL GUETTO NACIONAL
En el siglo xix o en las primeras
décadas del siglo xx creer que la lucha de clase era – es – una
cuestión internacional era casi un acto de fe, no verlo hoy es de
una cobardía ideológica e internacional lastimosa. La lucha de
clases, siempre empieza en un país, pero sacarla del país,
convertirla en el inicio de la liberación fue la aspiración y el
objetivo de la socialdemocracia clásica, la que se fijaba como
objetivo la expropiación de los capitalistas y hacía bandera
del internacionalismo proletario traicionado en las votaciones de los
créditos de guerra, por eso hay que insistir en resaltar las
consecuencias de variar el rumbo político para no romper con el
sistema – las formas amables, corteses, con el sistema – lleva
inevitablemente, a la traición, no porque se busque, sino porque el
sistema obliga a definirse porque, por encima de todo está el
negocio, está el beneficio empresarial y financiero, por eso es
necesario romper, porque el compadreo no vale. Nos lo ha demostrado
el siglo xx muy bien y documentadamente.
El sistema, como vengo diciendo
está, históricamente, obsoleto. Su rentabilidad es para 64 personas
y una orla del uno por ciento de la humanidad, y se empieza a
percibir como insoportable porque la tendencia a la acumulación y
concentración de la riqueza es indetenible, a menos que haya una
respuesta social claramente opuesta y expresa al latrocinio
continuado. La característica, a mi parecer, más clara, de la
desafección que provoca el sistema se haya, paradójicamente, en
la proliferación de los nacionalismos, no solo en España,
también en Italia, y muy llamativamente en la aparición
de los autonomistas californianos y tejanos, queriéndose
desenganchar de la Unión, de Estados Unidos. Esa es la expresión
más clara de la pequeña burguesía queriendo salvar los muebles del
desastre porque el sistema ya no lle ofrece garantías y quiere
separarse para no hundirse con él.
Como decía al comienzo, el ciclo
histórico del capital está agotado, pero sin una alternativa
expresa y sin una voluntad clara de los que pretendamos acabar con
el modo de producción de mercancías ayudando a traer un modo de
producción solidario y colaborativo, un modo de producción
socialista que habrá de buscar sus características básicas y
fundamentales, el modo de producción mercantil buscará dar cima
a su necesidad, acorde con el tamaño y capacidad de las actuales
fuerzas productivas, un Estado mundial, un aparato para legislar
aspectos determinantes a escala internacional, para lograr atenuar
las contradicciones del sistema. Que la izquierda, sea esta griega,
inglesa, alemana o francesa crea que puede solucionar los problemas
sin salir del gueto nacional es un error insoportable cuando 147
transnacionales tienen capacidad para influir decisivamente en la
marcha de la economía mundial.
Los Estados nacionales como
Alemania, Francia (previsible Frexit), Reino Unido (Brexit), España,
Italia, etc., tienen una soberanía de pacotilla, limitada, es decir,
los instrumentos que determinan la soberanía, la moneda,
la diplomacia, las alianzas están previamente,
limitadas, viniendo a significar la obsolescencia de tales
Estados, mucho peor si lo Estados son más minúsculos, por
ejemplo, un supuesto Estado catalán (que siempre podría, el capital
financiero, utilizar como plataforma fascista contra España, como
utiliza a los Estados bálticos o Ucrania, contra Rusia),
significa que el sistema tiene
contradicciones muy profundas derivadas de una estructura productiva,
económica, mundial global, que choca con la estructura política y
social del medio con el que se controla a las personas, que
necesariamente deben ser apartadas de los entresijos del poder. Esta
es mucho más que una contradicción política, mucho más que una
contradicción de clase, es una contradicción que afecta a la propia
esencia de la humanidad que deja de ser materia de los filósofos y
pensadores para convertirse en un desafío en la supervivencia de la
especie humana, que podría ser abordado como un aldabonazo colectivo
a la búsqueda de una respuesta.
Esa búsqueda puede comenzar
sacando la lucha de clases del ámbito nacional, planteando la
necesidad de buscar un nuevo modo de producción más acorde con los
intereses del conjunto humano, construyendo una dirección
internacional, capaz de responder a esos problemas comunes, que hoy
por hoy abordan, torcidamente, las élites que dominan el mundo. A lo
largo del proceso histórico, el lento avance en la adquisición de
conocimientos hizo que el desarrollo de las fuerzas productivas fuese
lento fijando a los seres humanos a tierras concretas, pero si algo
positivo tuvo el nacimiento de los Estados Unidos de América del
Norte fue que los europeos sin nobleza ¿snob?, construyeron un país
con gente de aluvión, y lo más positivo de la Revolución de
Octubre, que el enorme desarrollo material no es nada sin el
desarrollo cultural y espiritual que hace libres a los hombre.
Sinceramente, desearía que el
próximo debate de Vista Alegre se llegase a conclusiones coherentes
y concordantes con estas notas, que honestamente creo que aportan
porque el debate sin conceptos no vale de nada y si Unidos Podemos
puede significar una referencia, esta será mundial, arrancando de
Europa el germen del cambio de era histórica, porque el pueblo
trabajador necesita construir su equipo pensante y puede caberle a
Europa, a España, comenzar esta andadura.
jmrmesas
nueve de enero de dos mil
diecisiete
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