¿TODO BAJO CONTROL?
Decía en
mi anterior apunte de la importancia de la información para poder
conjeturar acerca de las consecuencias de los acontecimientos y
resulta muy conveniente, después de la información, tratar de
entender el significado más profundo de lo que suele aparecer en los
medios porque siempre lo que aparece es una parte del todo y a veces
no es la más reveladora.
Creo
interesante resaltar el curioso dato del electo Trump, encabezando un
gobierno compuesto de millonarios, de hecho, y prácticamente, los
dueños del Estado, que está recibiendo una hostilidad increíble
por parte del propio núcleo que compone el sistema, teniendo, este
dato, que encerrar claves importantes que nos permitan entender
cuales son los reales intereses que se juegan en este relevo
presidencial.
La elección
de Trump, pese a las apariencias, no ha debido ser una cuestión
personal sino una acción meditada y apoyada por un grupo más
nutrido y dispuesto a tomar el relevo porque el equipo relevado en el
proceso electoral no debía de hacerlo todo lo más acorde y
beneficioso para el grupo encabezado por Donald Trump, que
pese a su aire vulgar y descuidado, en realidad, escondía los
intereses del grupo financiero más importante, a tenor de las
ganancias que están teniendo los bancos americanos, dejando claro
que, que ese grupo de los capitalistas estadounidense, la parte
financiera del complejo militar industrial, no estaba dispuesto a
permitir que le arrebataran una victoria que consideraban suya, de
ellos, amenazando, en nombre de ellos, Trump, con impugnar las
elecciones, si no ganaba. La victoria de él, Trump, pese a tener
menos votos que los demócratas, es una victoria de la parte
financiera del complejo militar industrial de la burguesía
estadounidense.
El complejo
militar industrial, la burguesía, no es homogénea, ni en Estados
Unidos ni en Europa – ni en el resto del mundo – y
probablemente, los burgueses, individualmente tomados como
interlocutores no sean conscientes que el sistema capitalista,
el modo de producción de mercancías tiene,
históricamente, fecha de caducidad, pero los grupos
organizados que cuentan con asesoría de experto en variadas
disciplinas, difícilmente pueden escapar a la realidad de las
consecuencias de un modo de producción que cada vez saca a masas –
fuerza de trabajo – del proceso de producción y que una sociedad
empobrecida no está en condiciones de soportar, de ser soporte
instrumental de una sociedad compleja como es una sociedad moderna,
haciendo del funcionamiento de ella, fuente de tensiones, y aquí es
donde se confrontan los intereses hostiles entre los grupos
burgueses.
En las
últimas semanas, antes de las elecciones, un grupo de republicanos
se oponía al nombramiento de Trump, ¿estaría entre ellos el
senador por Arizona John McCain?, porqué este senador republicano es
opuesto a la política de Trump de combatir al Estado Islámico. Es
más, el senador por Arizona ha tenido un relevante papel en el
arranque del Daesh, ya que existen documentos gráficos publicados, y
es de suponer, que también, otro tipo de documento, en los que el
grupo que discutía las condiciones de la ayuda de USA contra al
Asad, en los que estaba Abú Bakr al Baghdadi, entre otros jefes
islamistas, reunidos con el senador estadounidense – y esto señala
a Estados Unidos – al complejo militar industrial, el sector del
capital financiero ligado a la producción de las armas de las
tecnologías más caras – F35 de Lockheed Martin, portaaviones
Gerald Ford de Northrop Grumman, destructor Zumwalt de General
Dynamics –, como contrario a la decisión de Trump de combatir al
Daesh, y por tanto, como activos discrepantes y alimentadores del
descontento mediático con el advenimiento de Trump a la Casa Blanca.
Estos discrepantes de todos los rincones del capitalismo
estadounidenses, pero también, provenientes del Reino Unido, forman
un conglomerado del capital financiero ligado al equipo saliente de
la administración de Obama que alimenta la producción ligada al
mantenimiento de la tensión bélica, a la violencia, en todo el
mundo.
La
hostilidad manifiesta contra Trump, tendría su explicación, en
estas intenciones de acabar con el Estado Islámico y poner fin a las
sanciones contra Rusia, ya que estas ideas son las que disparan
los presupuestos militares que alimentan a grupos de lobbystas y
a una administración que ha hecho de la guerra y de la violencia un
modo de vida, modo de vida, con larga y amplia trayectoria, ligada a
la historia de Estados Unidos, en la que se han turnado los dos
partidos dominantes que paradójicamente, no se
reflejan en el producto industrial que son las armas, esas armas,
tecnológicamente caras, pero que fallan cual escopetas de feria, por
tanto, no sería extraño que la asunción de Trump, y el desempeño
de su tarea, estuviese recorrido por una etapa de violencia interior,
ya que, junto a las promesas de incrementar el empleo, se abren
sombras con la intención de su política de aislar Méjico,
reduciéndolo a la incuria económica, y de contener el expansionismo
chino.
LAS TRECE
COLONIAS
Nada
más elocuente que la historia de las trece colonias para demostrar
la relación de las fuerzas productivas y los límites territoriales,
que tanto se evita querer debatir porque mirar ahí es mirar un
supuesto abismo, en el que caer, es mortal, y sin embargo la historia
expansionista de las trece colonias es mucho más voraz y despiadada
que el supuesto expansionsmo
chino construyendo islas en el Mar
de China.
Las trece colonias, prácticamente toda la costa atlántica de la
extensión central del continente Norte de América, de la que
Inglaterra se apropió, es la historia del empuje del naciente modo
de producción de mercancías. Que este hecho se desarrollase en un
continente virgen, chocando con aborígenes que vivían en la edad de
piedra expresa el rápido expansionismo de los europeos snob, blancos
anglosajones, que tuvieron la previsión de dejar, al sur del rio
Grande, territorios para que se asentaran los no blancos y los no
anglosajones, porque toda la franja central, despoblada y bajo
dominio del decadente gobierno español, era indefendible y toda la
costa del Pacífico, de Méjico, eran el territorio natural
para
el crecimiento del capitalismo pujante. Todo parecía indicar que el
territorio era suficiente para una población tan limitada, pero la
inmigración procedente del viejo mundo durante todo el siglo xix y
comienzos del xx terminaron por convencer a la élite gobernante, la
posibilidad de poder controlar todo el territorio norte.
La
colaboración taimada de los políticos mejicanos – la venta de
armas de guerra de Estados unidos al narcofascismo mejicano, socapa
de seguirles la pista, hubiese sido imposible sin la aquiescencia de
ellos –
revelando un consentimiento que dice más por omisión que por la
propia acción, y la decisión de Trump de levantar un muro, y que
los mejicanos, lo paguen, encerraría un consentimiento tácito, ¿de
qué discutirían Carlos Slim y Trump en su entrevista? Mi conjetura
anexionista
de Trump sobre Méjico, no hay que leerla como una anexión militar,
una anexión por la fuerza, sino como una política que minaría las
capacidades de subsistencia de Méjico, combinada con una
colaboración de la parte más poderosa de la burguesía mejicana,
que finalmente aceparía una integración en pie de igualdad. Sería
una política de riesgo calculado para asegurarse el dominio de todo
el territorio, dado que la colaboración con Canadá – USA-CANADÁ
– es mucho más estructurada.
De
todas maneras, la hostilidad hacia Trump tiene muchos ángulos para
los que han cultivado la política belicista,
de
presupuestos
militaristas
hinchados;
ojo, que no estoy diciendo que Trump sea un pacifista, sino
que este comprende que el
sistema
no tiene
enemigos
estatales,
el caso chino lo miraremos en breve, y que los puntos de tensión en
el mundo están, en último término, en esos presupuestos, que el
terrorismo islamista, una vez desmontada la
financiación petrolera a través de Turquía,
de la que Erdogan, extraía dividendos jugosos, es extremadamente
cara y riesgosa para que, otros erdoganes
se arroguen derechos. El terrorismo islamista y el antirrusismo
washingtoniano es el caldo de cultivo del malestar que recogen y
expresan los medios y probable fuente de conflictos, en Estados
Unidos, del sector del complejo militar industrial, apartados de la
escena, y que vería amenazado su estatus de estar presentes, en
todos los frentes.
El
expansionismo chino tiene ciertos visos de verosimilitud, que no son,
precisamente, las islas artificiales, en mi opinión, sujeta a
controversia, como no podría ser de otro modo, sino que se derivaría
de la potencia
industrial y comercial de las fuerzas productivas chinas.
El expansionismo ruso no existe. Un país expansionista no hubiese
vendido parte de su territorio en América, Alaska, porque es
contradictorio con la política de expansión. Rusia ha mirado,
históricamente, a Europa y no como tierra conquistable sino como
vecinos amigables, porque tiene un extenso territorio, fértil y
vacío, con la mayoría de la población concentrada en las lineas
fronterizas porque es donde se concentra la vida comercial y
cultural, pero Rusia se vio obligada a intervenir en Siria, porque de
no hacerlo hubiese tenido que echarse en brazos del capital
financiero dominante que hubiese cortado cualquier esperanza de tener
un rol de independencia política y comercial.
La
hostilidad de Trump hacia China comunista
– mis lectores notarán cierta mordacidad en la palabra en itálica,
de un país, China, que busca integrar su moneda en la cesta de
monedas que evalúan los derechos especiales de giro – se llama
Banco
Asiático de Inversión en Infraestructuras,
al que se han acogido socios
europeos,
incluido
los británicos
y que es la piedra angular de los BRICS, por cierto, muy poco
mencionados últimamente; esa es, modestamente, la causa de la
hostilidad de Trump hacia China, y no las islas artificiales que esta
pueda crear en el Mar de China. La potencia industrial de China y los
tres billones de dólares en deuda USA, que estos tienen y que
podrían hundir la moneda americana, sin necesidad de ir a una
confrontación militar es la causa de esa hostilidad.
En
términos militares, probablemente, Rusia sea la potencia más fuere,
y la alianza militar chino rusa estaría, sin duda, en términos de
superioridad manifiesta, pero, políticamente, el sistema, hoy por
hoy, lo lidera Estados Unidos apoyado por los burgueses de,
prácticamente, todo el mundo, y Rusia y China quieren un puesto al
mismo nivel.
EL
DESACUERDO DE UN AMIGO
Un
lector amigo me lanza, perplejo, — he leído tu último apunte
sobre Podemos, y no dices nada de ellos; y la mención de Stalin no
me ha gustado en absoluto. — Qué tendría que haber dicho.
Pregunto. Que fue el liquidador de los compañeros de Lenin en los
procesos de Moscú. ¿Habría valido eso mas? ¿No es suficientemente
claro decir que convirtió al Partido en un policía? ¿Que abandonó
a la clase obrera soviética?
En
realidad, al lector amigo no le pareció suficiente que hiciese el
paralelismo de la política staliniana y la actual política rusa de
querer llegar a estar en pie de igualdad con Estados Unidos, pero
¿Qué era la construcción del socialismo en un solo país? ¿Qué
implicaba la coexistencia pacífica? Implicaba
la renuncia a expropiar a los expropiadores,
a aceptar que sesenta personas tengan tanto dinero como la mitad de
la humanidad más pobre, y mucho más poder e influencia que esa
mitad de la humanidad, a la que formar y educar para que entienda lo
que pasa en el mundo es una tarea ciclópea, y eso es lo que
implicaba y lo que implica, que fue a lo que renunciaron los que
votaron los créditos de guerra, los que decidieron tomarse un
respiro para construir el socialismo en un solo país, que fue
aquello del 36 de ganar la guerra y después, la revolución, que es
a lo que renuncian todos los que buscan su sitio en el sistema.
Hablar
de los nombres no es relevante porque, cuanto más nombre aparezcan,
más particularidades y más renuncia a defender los intereses
comunes. Se
empezó justificando,
matizando,
lo de no pagar las deudas,
esas deudas por
las que ha habido que rescatar a los bancos
europeos y americanos. Ante aquella reivindicación, Podemos
era uno;
los matices eran tenues, sin aristas y todos
eran uno solo,
pero tan pronto como se tocó moqueta, se empezó a buscar acomodo;
está pasando con Podemos como con las nacionalidades, cuanto menos
relevante es el objetivo, más se resalta lo particular, lo
superfluo. Si en Vista Alegre no se centra el la lucha por los
intereses comunes, si en Vista Alegre no se entiende la importancia
internacional de la lucha de clases, si no se es capaz de entender la
necesidad de construir un partido obrero internacional e
internacionalista
que busque un modo de producción capaz de lograr la colaboración
para alcanzar una civilización tipo I, Podemos estará sentenciado,
recorrerá el mismo camino que la socialdemocracia anterior a la
votación de los créditos de guerra, el mismo camino que la
burocracia soviética, el mismo camino que todos los que renunciaron
a la lucha con identidad propia, pero el camino será mucho más
acelerado y no aguantará una legislatura. Sinceramente sería muy
lamentable.
jmrmesas
quince
de enero de dos mil diecisiete
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