sábado, 6 de septiembre de 2014

EL CAPITALISMO CAERÁ GLOBALMENTE







RAZONES Y PRINCIPIOS: EL FINAL DE UNA ERA

EL CAPITALISMO CAERÁ GLOBALMENTE TAN PRONTO COMO

SE ARTICULE UNA ALTERNATIVA MEDIBLE



Si echo la vista adelante tratando de imaginarme el futuro, no puedo ver un mundo de progreso en los próximos años venideros, porque el actual estado de cosas que están sucediendo en el mundo han llevado la tensión a un grado extremo, ya que esa tensión está ligada a los intereses de una élite estrechamente informada, articulada y conectada que se reparten el mundo y maquinan acuerdos y pactos contra los pueblos para asegurarse una posición de dominio y privilegio.

El informe de OXFAN, presentado a principios del año actual en el foro económico de Davos, crudamente explica como el uno por ciento mundial posee el cuarenta y seis por ciento de la propiedad del planeta (1% tiene el 46% de la propiedad), y como los 85 propietarios más ricos tienen más riqueza que la mitad de la población más pobre del planeta, como en Estados Unidos el 1% más rico ha acumulado el 95% del crecimiento total posterior a la crisis desde 2009, mientras el 90% más pobre se ha vuelto aún más pobre.

Cómo las leyes favorecen a las grandes corporaciones, y semejante explicación sobre el latrocinio al que está sometido la población del planeta, de un modo legal, es decir, con las leyes a su favor, sin tener que recurrir al cohecho, a la extorsión, o dicho de otro modo, como el cohecho y la extorsión tiene carta de naturaleza en los parlamentos y gobiernos, en todo el mundo no ha sido comentado en ningún parlamento, por ningún partido, ni por ningún gobierno, porque comentar semejante robo implica una revisión total de las leyes internacionales, nacionales y locales, y aún mucho más, una revisión en profundidad del derecho de propiedad.

Hay otro informe de la universidad de Zurich que explica y desarrolla como el entrelazamiento de los capitales hace posible que un grupo de 147 empresas transnacionales tengan una influencia determinante sobre la economía real, porque entre esas 147 empresas están todos los grandes bancos importantes, ligados por participación accionarial; hay además una página en internet en la que, gráficamente, se pueden ver como están entrelazadas las cúpulas empresariales de las empresas de Estados Unidos (que puedo suponer que en el resto de Estados nacionales, es exactamente, análogo, aunque nadie ha publicado semejante estudio -en Europa-, en caso de haberlo hecho), viendo, nominalmente, la extensa red de influencias que hacen de la competencia una una frase vacía, ya que semejante red de conexiones político-financieras, tiende al entendimiento y facilita el acuerdo para repartirse el mercado mundial.

La economía está sólidamente controlada por el capital financiero estadounidense y europeo y este núcleo de poder, por la fuerza que tienen los procesos económicos-productivos puestos en marcha desde la segunda guerra mundial, ha terminado globalizando la vida en general en el planeta, y esto es lo que, a mi modo de ver, es el superimperialismo.

Tal estado de cosas no es inocuo, y sí inicuo, pues en su desarrollo ha generado frustración y daño, y otras naciones, otros Estados se han visto en la tesitura de tener que responder ante el ansia acaparadora del superimperialismo euro-estadounidense, agrupándose en un nuevo bloque -BRICS-, y no es que haya un bloque malo y otro bueno, es que la lógica monopolista obliga a las naciones a agruparse para defender los intereses de las burguesías en conflicto, y la clase obrera, la ciudadanía, en todos los casos, es rehén de esas élites enfrentadas.

Posiblemente, como dice Thierry Meyssan, él crea que Rusia sea hoy la principal potencia capaz de encabezar la resistencia frente al imperialismo anglosajón, pero si desde la muerte de Lenin y tras la dirección de Stalin, la burocracia no ha hecho otra cosa que expropiar a los pueblos que hicieron la revolución de 1917, hasta llegar a convertirse en la actual oligarquía, ¿cómo ahora encabezarían una lucha, que antes no fueron capaces de liderar?, porque lo importante, se argumentaba, era la supervivencia de la URSS, en el marco de la coexistencia pacífica para asegurar el socialismo, que no era otra cosa que el tiempo necesario, para que los burócratas consolidaran la expropiación de los pueblos bajo su dominio. ¿Acaso Rusia es más consciente que la antigua URSS? ¿Acaso los oligarcas que han expropiado a la revolución son más solidarios con los pueblos del mundo que los burócratas de la nomenclatura? O, ¿tal vez han decidido defender los intereses de Rusia envolviéndose en la bandera de la lucha anti imperialista?, porque de ser así, han echado por el desagüe todo el costoso esfuerzo de deconstruir el Estado soviético, precisamente para integrarse en un mercado, que los quiere rendidos sin condiciones.

En el enfrentamiento que se está diseñando por Estados Unidos, con el silencio cómplice de la burguesía europea, escondiéndose tras la OTAN, queriendo dar la apariencia de un asunto compartido; de la visión común de un atropello de los derechos del pueblo ucraniano a decidir su futuro -que casualmente, coincide y está beneficiando a los poroshenko-kolomeiskis de todo pelaje-, es, esencialmente una hábil estratagema, una máscara destinada a tapar el fabuloso agujero económico del sistema financiero del capitalismo especulador euro-estadounidense, y los trabajadores y la ciudadanía internacional, no pueden ser indiferentes y pasivos, sino que han de tomar posición condenando todo el amañado proceso que se está haciendo con el objetivo de reactivar el capitalismo agonizante, mediante la guerra.

Primero, porque es la salida histórica de una crisis de la profundidad de la actual crisis, que tiene su origen en los años 2007/2008, sin que se haya tomado, desde entonces, ninguna medida para corregir la especulación financiera, el sistema monetario, la prepotencia de la banca y el sometimiento de los gobiernos a los mercados, que no hayan sido los recortes y el empobrecimiento de las masas.

Segundo, porque el superimperialismo, la vieja burguesía ha llevado la economía a un grado tal de concentración interdependiente que es imposible seguir porque está chocando con la burguesía de los países emergentes, y los burócratas enriquecidos de los países que componían la fenecida URSS y la pujante economía china -BRICS-, y esta confrontación, que aun no tiene esta forma explícita (porque el viejo capitalismo espera poder romper el nuevo bloque) como se está viendo, no es posible que se solucione pacíficamente, sino que cada vez se fuerza más la máquina guerrera, porque el sistema tiene sus exigencias, y estas son una creciente población que no puede ser empleada, porque las modernas fuerzas productivas expulsan a la fuerza de trabajo del proceso de producción, y para romper este lazo es necesario un nuevo concepto de la producción que pasa por una revalorización de la propia sociedad como creadora de valor, como creadora de inteligencia, como creadora de seguridad y poder, y esos conceptos que no se quieren reconocer, porque reconocerlos significa revisar el derecho de propiedad, el derecho de los poderosos a expropiar a los pueblos, no se hará, a menos que la voz independiente de la ciudadanía no se levante por encima de este ruido agresivo puesto en marcha por el viejo capitalismo.

El capitalismo no puede salir de este bucle porque la lógica del sistema es acumular capital y expulsar fuerza de trabajo, y la acumulación, actualmente, no vuelve a la circulación, porque el capitalismo financiero oculta los beneficios en los paraísos fiscales, y sí se llegará a una guerra entre la vieja burguesía y la burguesía de las economías emergentes, sería el final para todos, porque el proceso no podría ser análogo al que tuvo lugar en los años que siguieron a la SGM, porque todo es diferente, desde las fuerzas productivas a la estructura mental de la sociedad.

LA NECESIDAD DE UNA NUEVA DIRECCIÓN OBRERA

PARA GARANTIZAR VOZ PROPIA A UNA CIUDADANÍA INTERNACIONALISTA

Las pasadas elecciones al Parlamento Europeo supusieron un terremoto en el panorama de dos países, pues pese al esfuerzo del capital financiero internacional de desactivar el efecto político, con la que la izquierda europea esperaba el evento haciendo coincidir las elecciones parlamentarias con las elecciones de los golpistas ucranianos, en Grecia y sobre todo, en España, la candidatura improvisada de Podemos, ha conmovido profundamente el panorama político en el Estado español, dando idea del profundo hartazgo de la sociedad de una política de compadreos y pasitos cautelosos, que el fenomeno Podemos ha demostrado no se corresponde con la idea que una parte importante de la sociedad española espera, y parece dispuesta a mantener, acompañando a la nueva organización de Iglesias y Monedero; basta ver la desazón con la que está reaccionando toda la escoria burguesa para comprobar el terrible sobresalto que supone un grupo de luchadores dispuestos a romper clichés, para comprobar que establishment español no sabe que carta mover.

En mi opinión, creo que una parte importante de la población está dispuesta a aceptar el riesgo de embarcarse en cambios profundos, pero me llama la atención la galvana con la que la izquierda esta dejando pasar el verano, sin llevar a la calle un debate, que parece muy vivo en todo el ámbito mediático, pero del que está ausente el actor principal, la gente corriente, el pueblo, y todavía, ningún twitter puede sustituir a un dirigente, a un militante, que de viva voz pueda discutir, dar explicaciones, proponer, animar a los ciudadanos a participar y tomar parte del debate que impulse el cambio.

Modestamente creo que Podemos no posee la política, la concepción política necesaria y profunda para entender que el momento por el que atraviesa el sistema, todo el entramado que envuelve y acompaña el modo de producción de mercancías, ha entrado en una fase que no puede ser remontada sin profundos cambios, que el sistema no puede acometer, porque dejaría de ser lo que es, un modo de explotación del ser humano, un modo de esquilmación y agotamiento de los recursos del planeta, y que por tanto nos dirigimos, preciso más, la élite que dirige el capital financiero mundial, nos dirige a un nuevo escenario de mayor tensión y agresividad, y que para poder, influir en una situación como la que trato de describir, una fuerza política, tendría que contemplar esta dimensión y tratar de transmitirla a la sociedad, para que esta, empezara por incorporar a su imaginario cotidiano la necesidad de intervenir en el momento presente con sus preocupaciones e intereses, sin hipotecar.

Recordaré, a Podemos, pero también a Izquierda Unida, y a los militantes preocupados del PSOE (el partido socialista, como organización, la socialdemocracia mundial, como organización está definitivamente pasada al enemigo, es decir, es el ala izquierda de la gobernanza mundial), las reflexiones de un personaje, F. Toxo, dirigente de comisiones obreras y de la Confederación Europea de Sindicatos; dichas reflexiones, expresadas en eventos diferentes, pero de una cierta proximidad temporal, recalcaban que no hay políticas nacionales, y que la izquierda no tiene política para Europa, y esta verdad, aún dicha por un personaje como él, no pierde validez y es un aviso a navegantes, que Podemos haría bien en tomar nota, ante la noticia aparecida en la prensa de evaluar formar un sindicato propio, cuando lo más importante, en ese terreno es dar la batalla en los sindicatos, abandonados en manos de una camarilla, alejada, como es evidente, de los problemas de los trabajadores, como clase obrera.

Podemos puede convertirse en la masa crítica necesaria en Europa -no olvidar que no hay políticas nacionales-, y esta masa crítica europea, necesita un partido, no tanto para organizar la lucha, sino como un instrumento capaz de generar ideas para que los profundos cambios necesarios sean los que necesita la humanidad doliente.

Explicar por qué no hay que pagar las deudas nacionales, explicar la necesidad de acabar con los paraísos fiscales, y que las grandes empresas y bancos contribuyan, en modo creciente a la sociedad; explicar la necesidad de una moneda mundial; qué son las fuerzas productivas, cómo influyen en la sociedad; cómo y por qué la geopolitica condiciona las nacionalidades, es fundamental, para que en el imaginario colectivo, el ansia de cambios profundos, cale en las conciencias de la ciudadanía. Es más importante esto que dedicarse a pergueñar estructuras organizativas, y si la izquierda entiende esto, iremos en la buena dirección.

jmrmesas

seis de septiembre de dos mil catorce


























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