martes, 16 de septiembre de 2014

SOCIEDAD Y BENEFICIARIOS



SOCIEDAD Y BENEFICIARIOS


AL SISTEMA CAPITALISTA LE SOBRAN

CINCO MIL MILLONES DE SUBHUMANOS QUE NO SE PUEDEN ACHATARRAR



Seguro que esto puede parecer un desvarío, pero si se analiza el problema en el contexto en el que está transcurriendo el proceso vivo la cosa no parecerá tan disparatada. La lógica del capital es producir al mínimo coste, para obtener el máximo beneficio, y cinco mil millones de seres humanos, obligados a subsistir con una media de menos de dos dolares diarios, es un factor de coste, que no produce ningún beneficio, y además, consumen, pero que, sobre todo, son un peligro potencial en todos los aspectos y por lo tanto, un peligro que habrá que eliminar; el problema estriba en que eliminar 5 mil millones de personas es una tarea que dejaría corto los métodos nazis de matanza industrial, empleados en los campos de exterminio, por el régimen del nazionalsocialismo, pero Estados Unidos, que se quedó con una parte importante de los científicos nazis, también se quedó, con toda la metodología que llevó a Hítler a diseñar una sociedad basada en la mentira, el espionaje a sus nacionales y el adoctrinamiento, y una parte de los intelectuales que no estaban manchados con el  exterminio, y que tuvieron acogida en la sociedad que surgió tras la SGM.

Bordeamos peligrosamente una guerra mundial, que como no podía ser de otro modo, el escenario principal, que se está considerando, con mucho detalle, habrá de ser el viejo continente, Europa; sin la sumisión de la población europea, cualquier maniobra capaz de poner en marcha la eliminación de una población mundial, que excedería a más de la mitad de la humanidad, estaría condenada a fracasar. Tal perspectiva está mandando señales en todas las direcciones, porque la magnitud de la tarea excede las posibilidades de un gobierno concreto, y esto es así, porque para los ideólogos incrustados en el sistema, que defienden la vigencia y preeminencia del uno por ciento de la población, está claro que el modo de producción de mercancías está acabado; que este es incapaz de soportar el mantenimiento de la vida; que para ser el soporte vital de la humanidad, el sistema tendría que cambiar completamente, y si esto hiciese, los cambios, afectarían profundamente a toda la estructura y superestructura, y en este cambio, el uno por ciento, dueños del mundo, serían los perdedores, que pasarían de ser dioses, a ser simples ciudadanos, sin más derechos, que cualquier otro.

El agotamiento del sistema es evidente para todos los analistas, para todos los sociólogos e investigadores de diversas disciplinas que siguen el día a día del proceso, y que ven la imposibilidad de combinar el desarrollo de un proceso que se ha ido configurando lentamente, en el transcurso de la historia de la humanidad, que ha condicionado el proceder de los seres humanos, sin apenas variación, con la dinámica, cada vez más acelerada de las ciencias y de la aplicación de las ciencias al proceso productivo; que para hacer posible tal combinación, hay que desmontar mucho mito, mitos, que para una parte considerable de la sociedad son eso, mitos, pero que en la medida que tales mitos siguen manteniéndose - Dios, patria, raza, etc. -, se aceptan y en cierto modo son unos diques de contención, difíciles de substituir, sobre todo, porque la alternativa al sistema, el socialismo, era peligroso porque al atacarlos, desvalorizaba al sistema capitalista, sin ningún ejemplo práctico que sustentara la alternativa socialista, por eso, cuando antes de la PGM, al votar los créditos de guerra, los parlamentarios socialistas se dejaron llevar del mito patriótico, comenzó un declive ideológico que se ha ido agrandando, hasta no ser más que un concepto vacío, que se puede llenar con cualquier enunciado sin relación con los principios.

El agotamiento del sistema es de tal magnitud que en la reunión del Banco Mundial, que ha tenido lugar recientemente, el drama del empleo ha sido un capítulo debatido como una crisis global que debe ser abordada de forma conjunta, y para la creciente población se hace necesario crear, globalmente, 600 millones de empleos, antes de 2030, aunque no hay varitas mágicas para ello. Esto no solo confirma el agotamiento del sistema, sino que, indirectamente, reconoce que sin variar las estructuras sociales – varitas mágicas –, no es posible la creación de esa fuente de utilidad.


FUENTE DE LEGITIMIDAD ¿FUENTE DE RIQUEZA?


El mapa que muestro está tomado de Público, que a su vez lo ha bajado de una publicación de Estados Unidos, y que por muy incompleto que sea, pues la banca no está representada, cuando en el actual momento histórico del capitalismo, el capital financiero es el autentico dueño de la situación (reflexionaré, para mi consumo, que el capital financiero es la alianza del capital industrial y el capital bancario), y por lo tanto no se explicita, por ejemplo, los lazos de las empresas de Amancio Ortega con los bancos, y que participación hay entre los bancos y las empresas, de este empresario, pero de acuerdo con el informe de la universidad de Zurich, el esquema es que alrededor de la empresa principal se desarrolla una maraña de empresas clientelares con una participación suficiente, capaz de garantizar una determinada cuota de poder a la casa matriz.



Políticamente está aceptado que la sociedad es fuente de legitimidad, porque el poder viene del pueblo, y no de cualquier otro lugar; sin embargo, una vez enunciado, nadie insiste en que este hecho tome carta de naturaleza en las conciencias de los ciudadanos porque poner en valor el mencionado lema nos lleva a la siguiente reflexión, ¿es la fuente de legitimidad, fuente de riqueza? ¿Cual es y donde está el instrumento que expresa la soberanía del pueblo?

El mapa deja fuera de toda duda, que sin una sociedad sólidamente estructurada, conectada y comunicada, no sería posible acumular riqueza, por lo tanto, parece indudable que la sociedad es la principal fuente de riqueza; que sin la existencia de la sociedad, no tendría sentido ni la riqueza ni el poder.  

El mapa también nos dice el grado de injusticia estatal, de un modo indirecto, ya que la acumulación se muestra por la intensidad del color y el más intenso corresponde a España, donde está la 4ª fortuna más importante del mundo, según Forbes; además del dueño de Zara, también hay otros 25, mil millonarios; en Europa, en total hay 468, mil millonarios que en conjunto poseen 1,95 billones de dolares, información tomada de un video que edita la revista.  

Otra información nada desdeñable es la de señalar con nombres y apellidos quienes son los beneficiarios del desmantelamiento del primer Estado Obrero; quienes han sido los que se han adueñado de las riqueza de los pueblos que configuraban el Estado soviético. Casualmente, el nombre del oligarca más rico de Ucrania, Rinat Akhmetov, está ligado, aunque eso no aparece en el mapa, a una baza decisiva en el golpe de Estado, que tuvo lugar en febrero, habiendo pasando desapercibido en toda esta batalla, pero al parecer de los 5 mil millones de dolares que Estados Unidos inyectó en la democratización de Ucrania, una parte importante fue a parar a los bolsillos de este oligarca, hecho que la señora Nuland – que se joda la UE –, aprovechó para apretarle las clavijas.

Creo que este sucinto esbozo apunta razonablemente un argumento que demuestra la importancia de la sociedad como fuente de riqueza, y como tanto este dato, como el primer argumento, fuente de poder y legitimidad, es deliberadamente minimizado por el poder poder político, por lo tanto el conjunto de la sociedad es inconsciente de su propio poder, y la increíble potencialidad y riqueza de las relaciones de producción, no regladas, no sometidas a legislación, fuera de todo convenio de producción industrial y comercial, es canalizado por el poder político, a beneficio de la élite social que se apropia de ella y le permite medrar a costa de la sociedad, enriqueciéndose.  

¿Es posible un vuelco social sin que la sociedad sea consciente de su propio poder?

No. De ninguna manera será posible un cambio drástico que permita cambiar las estructuras que garantizarían la vida de las clases explotadas porque el poder político, manejado por la burguesía, que controla las llaves del manejo del Estado, de los Estados, en todo el mundo, no permitirá, que estos conceptos tuvieran preeminencia en la enseñanza, ni pública ni privada, porque eso, subvertiría la esencia del poder político del capital financiero, que es el dueño, de hecho, del poder del Estado, y el Estado es quien controla el tiempo político, aunque no se presente a ninguna elección. 

¿Por qué es importante este concepto?

Bordeamos peligrosamente una guerra mundial, y si esto sucediera, de nuevo, las masas humanas, estarán haciendo de relleno de una increíble carnicería, porque nadie se atreve a plantear, ante los pueblos, el dato escueto, que hoy, como en los previos a la primera guerra mundial, se le oculta. En aquellos momentos la formidable ascendencia que tenía la socialdemocracia sobre el conjunto de la clase obrera, en Europa, le hubiera permitido hacer un llamado contra la burguesía, contra los respectivos burgueses nacionales, sin embargo, sucumbieron a los mitos nacionales, por eso, no tengo ningún pudor en llamar traidores a la socialdemocracia, y modestamente, considero mi obligación de romper el hilo del discurso oficial, cuando este, miente con descaro, planteando la reactivación de la economía, cuando nada se a hecho por regular las causas que produjeron la actual crisis.


Como he citado más arriba, los 600 millones de empleo – 600000000 – que los expertos del Banco Mundial dicen que son necesario crear en un plazo de quince años, son empleos de alta cualificación, empleos que convienen en reconocer, afectan y exceden las estrictas competencias nacionales, demandando una cierta cooperación global para crearlos. Para hacernos una idea de la magnitud de la tarea, repartidos a lo largo de los años, suponen crear 40 millones de empleos cada año, en todo el mundo y eso, suponiendo un reparto lineal, a un país le tocaría aproximadamente en torno a 200 mil o 220 mil empleos anuales, que en 15 años serían más o menos, tres millones y pico de empleo por país. Si marchásemos en esa dirección, no se potenciaría el clima bélico, que las sanciones puestas en marcha por EEUU, con la complicidad de los dirigentes inútiles de la Unión Europea, hacen, sino que se buscarían formulas de cooperación y entendimiento que impulsaran esa creación de empleo, y que en cierto modo, vendrían a significar, una cierta modificación de las estructuras que lo impiden. Al no hacerlo así, se reconoce, implícitamente, que las estructuras han de ser rotas, por la guerra o por la revolución, y esto es una señal del agotamiento del sistema.


Las sanciones contra Rusia se corresponde con el pánico de la vieja burguesía que domina el mundo, su producción y su economía, porque el sistema tan estructurado, es incapaz de integrar a las economías emergentes y a potencias industriales como Rusia y China, pero sobre todo, por el temor de Estados Unidos a perder su preeminencia en Europa, ya que la política de Rusia empezaba a tender puentes con las economías europeas, y eso asustaba al capital financiero USA, en un momento en el que, el sistema monetario articulado sobre el dólar, con el euro como amortiguador que está absorbiendo los desajustes y tensiones producido por un sistema anquilosado, y que el dólar no podría absorber porque la ciudadanía estadounidense ya está en unas condiciones sumamente intolerables, dispararía los conflictos en el corazón de EEUU.

Todo esto son síntomas del agotamiento del sistema. Señales de alerta, que son un continuo, que están demandando nuevos enfoques a los problemas, que desde el inicio de la crisis no se quieren abordar, y que el capital financiero internacional se niega a encontrar soluciones de consenso porque la lógica del capitalismo es la acumulación y la expulsión de la producción de la fuerza de trabajo, y en este sentido, el empobrecimiento es el método de lograr aumentar la explotación de la clase obrera, unido a la privatización creciente contra la ciudadanía, tratando de someter a la sociedad, a toda costa porque el superimperialismo euro-estadounidense, es más consecuente con la lógica de sus intereses.

Es está lógica la que le lleva a tratar de rediseñar las fronteras de Oriente Medio, tan desconsideradamente acometido en 1916 por dúo Picott y Sykes, despreciando la historia y los lazos establecidos entre etnias y tribus a lo largo de los siglos de dominación del Imperio Otomano, poniendo en marcha el yihadismo, hasta el extremo de tener que aceptar que el Estado Islámico, se les ha escapado de las manos y funciona sin control, otra señal de alerta que emite el sistema, mostrando el agotamiento, y que recientemente, la ultima cumbre de la OTAN mejora, involucrando a los socios de Estados Unidos en una nueva invasión de los territorios controlados por el Estado Islámico, de tal manera, que el control del petróleo, en manos de Estados Unidos, se cubra con las tropas que la OTAN pondrá sobre el terreno en Iraq y Siria.

Esta misma lógica es la que está tratando de introducir en Europa el fracking, un método de producir gas natural y petróleo, dudosamente rentable con un inconveniente peligroso, ya que al descompactar los terreno tiene la característica de ser sensible a los terremotos, ampliándolos; el objetivo de tan discutible método, encierra un doble propósito, compensar una posible restricción del gas procedente de Rusia, y otra menos evidente, pero muy importante, destinada a impedir el abaratamiento de la energía, ya que el potenciamiento del fracking es la negativa del capital financiero que controla la industria petrolera a reducir la importancia de la electricidad; reducir la capacidad de producir electricidad, en la medida que una sociedad avanzada demanda es otra señal del agotamiento del sistema, ya que la producción de electricidad, en modo creciente, así como la fabricación de aparatos más eficientes que demanden menos consumo estriba en dedicar inversión a esta tarea, cosa que el capital financiero internacional impide, porque al facilitar el fracking, en realidad se está magnificando todo una producción industrial basada en el remozamiento del viejo motor de explosión de ciclo Otto. Una industria que no se quiere transformar dando entrada a otro tipo de motores, sencillamente, para evitar que el progreso social se extienda.

LA GUERRA QUE ESTADOS UNIDOS NECESITA

La OTAN es el escudo protector con el que se cubre Estados Unidos, consciente de su necesidad de embarcar en su delirio belicista a los socios euro-asiáticos del superimperialismo, unido esto a las sanciones, da idea de la profundidad política del momento, siendo esto, otra señal del agotamiento del  sistema, pero la élite del capital financiero estadounidense es muy consciente de que su apuesta belicista, únicamente, ella, será la única beneficiaria, y las burguesías euro-asiáticas serán las perdedoras, sobre todo, europeas, más allá de un reducidísimo grupito con el que comparte intereses. Este grupito considería posible una guerra convencional, sin armamento nuclear, ¿también química y bacteriológica?, para presionar a Rusia y que esta aceptase la desmembración de su territorio, poniéndolo en manos de las corporaciones transnacionales, cosa completamente descabellada, así que, únicamente una guerra, puede salvar al dólar, aunque existe la incertidumbre sobre el alcance y profundidad del conflicto.

¿CÓMO PARARLA?

El ejercicio del poder no termina tomando decisiones constatables sino que afecta a las propias concepciones ideológicas, incluso sentimentales desarrollando mecanismos psicológicos que permiten a la élite situarse por encima del bien y del mal, creyéndose que todo el progreso logrado es debido a sus desvelos – el papel de la sociedad es subestimado, como es de suponer, en una élite prepotente – y por tanto – terminan por creerse –, que una guerra pueda suponer una carnicería es algo inevitable si con ello se facilita el progreso. La historia reciente tiene ejemplos con toda una serie de atentados en Europa, realizados por los grupos stay-behind controlados por la OTAN, y parar esta dinámica pasa por tener claro una serie de ideas sobre la probable evolución del sistema.

La primera y más importante es que por mucho empeño que se ponga en querer hacer los cambios pacíficamente, la burguesía y el poder político controlado por el Estado dominado por la burguesía, pondrán todos los medios a su alcance para conseguir un grado de violencia necesaria que les permita endurecer las leyes. Si echamos una ojeada a la evolución del sistema desde el 11S de 2001, el incremento de las leyes antiterroristas han sido una excusa para recortar libertades, porque su apuesta mayor es la necesidad de la guerra.

Dicho esto, es necesario tener muy claro que no se detendrá el proceso bélico, por el solo hecho de desear que la evolución sea pacífica, sino que la ciudadanía y la clase trabajadora deben reivindicar su derecho a ejercer la soberanía compartida, como garantía de que si el sistema prepara la guerra, la clase trabajadora y la ciudadanía no combatirán en esa guerra como carne de cañón, sino por sus propios intereses, y esta tarea pasa, indeclinablemente, por atacar las finanzas exigiendo su publicidad, ¡no nos vale el secreto bancario!, y esto quiere decir atacar los paraísos fiscales.

La esencia del poder del capital financiero es la especulación. Si en 1970 la relación de capitales era setenta por ciento capital productivo, correspondiendo el resto a la especulación, en la actualidad la proporción se ha invertido y el setenta por ciento corresponde al capital financiero. Lograr semejante poder para desestabilizar un país, o todo un conjunto de países -recortes-, se logra sacando de la circulación los beneficios, lo que quiere decir, que a efectos legales el dinero oculto no cotiza, no tiene existencia legal, pero si tiene existencia para intervenir en los procesos de demanda de dinero de especulación bolsista, apareciendo de improviso. Si el dinero oculto, tuviera existencia legal, la inversión productiva y los salarios repercutirían en una sociedad más rica, y una población más preparada, culta y comprometida es lo último que necesita el uno por ciento para su tranquilidad.

No será posible detener el proceso bélico sin estar apercibido del increíble poder que una ciudadanía puede tener organizándose internacionalmente para sacar a la luz la fabulosa cantidad de dinero oculto, pero una cosa deben de tener claro la izquierda radical europea y mundial: sus pasos cautelosos no van a sorprender al capital financiero internacional, porque su peor pesadilla es precisamente esa toma de consciencia de una masa crítica ciudadana internacional, que se aperciba de su poder y de sus razones para demandar la clarificación y publicidad de las finanzas, publicas y privadas, y contra ella, se previenen.

Es muy importante este concepto, porque al capital financiero internacional, al sistema no se le va a sorprender, porque sabe que la clave de una evolución positiva del momento histórico pasa por su final como clase rectora, y como cuerpo vivo que es, se resistirá a desaparecer, incluso si su hipotética supervivencia pasará por un holocausto mundial, aceptarían el reto – ¡están preparando una guerra! – porque saben que la elevación de todos esos seres humanos que viven con menos de un dólar al día, – son prescindibles –, requiere un cambio de las reglas, y en esas reglas, su estatus tiene que desaparecer, por lo tanto los dirigentes que ocultan pudorosamente la necesidad, de expropiar a los expropiadores, son oportunistas, y por tanto, no son fiables. Primero, porque sus cautelas ideológico-políticas, no van a sorprender a la burguesía, y sí van a confundir a la clase obrera y a la ciudadanía. Segundo, porque como dirigentes han de ser claros respecto a los principios, y en esos principios va implícito anticipar que la sociedad que se va a construir, la ciudadanía tiene que saber por qué se lucha y contra qué, y quienes.

EL PODER RESIDE EN EL PUEBLO

Este es el principio, y también, el colofón, pero, ¿qué medios, qué instrumentos posee la ciudadanía para ejercer la soberanía?

Cuando en los años posteriores al final de la SGM, la burguesía decidió hacer extensivo el secreto bancario suizo, el capital financiero sabía que el incremento de los beneficios que se derivaban de la guerra, – en el capitalismo, la guerra no es una fatalidad, sino que forma parte del proceso de la circulación, como las crisis cíclicas –, introducidos en la circulación, terminarían contabilizándose en los balances nacionales de los Estados y eso conllevaría a tener una sociedad más preparada, menos dócil y más respondona, así que decidieron, por las buenas, ocultar los beneficios, con el propósito de impedir el progreso de la mayoría, por lo tanto, reclamar la condonación, cuando menos, de las deudas nacionales, no es ningún disparate, solo que esta evidencia, carece de teóricos dispuestos a asumir la defensa de la causa para la ciudadanía, y es está, la piedra de toque, que distingue una política comprometida, de una política oportunista. La ciudadanía no posee más instrumento para ejercer su soberanía que el derecho a votar para elegir, en frase de Marx, quien aplastará al pueblo en el parlamento, por lo tanto, detener la guerra pasa por dotar a la ciudadanía de instrumentos más sólidos y firmes que unas elecciones, que, como duramente se comprueba, vez tras vez, los programas electorales son burlados, en aras de intereses superiores, tal es la excusa del Partido Popular, liderado por el señor Rajoy, por poner un ejemplo.

Los partidos de izquierdas carecen de la solidez teórica necesaria para asumir el final del sistema capitalista, sin embargo, la sociedad, como cuerpo vivo genera respuestas que pueden abrir cauces al cambio inevitable. En el seno de la sociedad se entrecruzan dinámicas contradictorias, generando síntesis, y de estas dinámicas surgen partidos y organizaciones que tiran adelante del proceso histórico. Durante siglos la fuerza de trabajo fue la principal impulsora de las fuerzas productivas, y esta actitud configuró a las masas como simples ejecutoras de unas fuerzas productivas dirigidas por una élite. Hoy las fuerzas productivas son las ciencias y su aplicación a la producción y los procesos productivos, y estas fuerzas, expulsan a la fuerza de trabajo; es la dinámica de la acumulación capitalista. Cambiar esto quiere decir hacer real que la sociedad que sea, en efecto, fuente de poder y legitimidad, como lo es fuente de riqueza, y sin un partido, sin una vanguardia que asuma el agostamiento del modo de producción de mercancías, el proceso puede ser muy lento, incluso fracasar, porque el capital financiero internacional, como cuerpo vivo, apuesta por su futuro a costa de una hecatombe. Podemos carece de la estructura teórico-ideológica necesaria para liderar este proceso, sin embargo, la ciudadanía se reconoce en ellos y apuesta por ellos para organizarse y avanzar, y en este sentido, son una fuerza positiva a la que animar, no en demérito de las otras organizaciones, sino como un dinamizador.

Los acontecimientos venideros irán seleccionando que lugar ocupa cada cual, quienes quieren apoyar lo positivo y germinal, y quien es un freno al avance.

jmrmesas

dieciséis de septiembre de dos mil catorce 













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