jueves, 15 de agosto de 2013

SUPERIMPERIALISMO

SUPERIMPERIALISMO

UN CONCEPTO DELIBERADAMENTE IGNORADO

EL TEMOR DE LA IZQUIERDA A ROMPER LA BARAJA

En todo el trasfondo de la crisis actual, es importante que la población del mundo se aperciba y convenza, especialmente la clase trabajadora, y sobre todo, los obreros, que todo este proceso esta deliberadamente mantenido para proporcionar una derrota social equivalente a una guerra mundial devastadora, siendo este objeto el que anima y determina la voluntad del uno por ciento del mundo, cuya minúscula pequeñez social, no obstante su poder, les hace especialmente sensibles contra la importancia creciente de una ciudadanía cada vez más preparada técnicamente, pero políticamente desorganizada y expectante porque ante ella no aparece una alternativa, que dada la complejidad actual, no puede ser improvisada.

Todo el siglo xix fue un debate europeo sobre el sentido de la economía en la sociedad, que catalizaron los enfrentamientos sociales entre burgueses y obreros y que Marx estudio y recogió en su obra, -Miseria de la filosofía, Introducción a la crítica de la economía política, Grundrisse, e innumerables artículos en publicaciones, El capital- que el mismo Marx consideraba como su obra madura, y en la que polemiza con otros autores y críticos. Desde los finales de ese siglo y durante todo el siglo xx, el progreso técnico y científico hizo que ese debate anterior se perdiera porque las dos guerras mundiales tuvo como consecuencia una doble vertiente; al lado del progreso material se desarrollo un ataque ideológico indesmayable contra cualquier forma de independencia política del proletariado militante, que contó con la colaboración de los jefes de la socialdemocracia, que no vacilaron en formar piña con la burguesía contra la recién nacida revolución obrera, dividiendo al proletariado mundial.

LA GESTACIÓN DEL SUPERIMPERIALISMO
Antes de terminar la SGM, la burguesía de Estados Unidos y los burgueses europeos comenzaron a diseñar como sería el mundo tras la guerra, y una de las primeras decisiones fue preparar las condiciones en cuanto al funcionamiento económico y comercial del mundo con instituciones internacionales debatidas entre Roosevelt y Churchill, acordando, en 1941, es decir, antes de acabar la guerra -1945- la Carta del Atlántico, y que posteriormente dio lugar a la OTAN -NATO- en 1948. En ese periodo que siguió a la guerra, las tensiones entre los burgueses europeos fueron atemperadas por la posición indiscutible de los estadounidenses y el temor a las consecuencias de una república comunista -URSS- que pesaba en la consciencia burguesa con el temor suficiente como para evitar exacerbar las discrepancias por el reparto del mundo, que desde entonces quedo claro que el predominio europeo había pasado.

El proceso, durante ese periodo tenso, bajo el dominio de EEUU, que puso en pie las instituciones internacionales pactadas durante los años finales de la SGM -años más tarde, 1949*, se creo el verdadero instrumento de control y predominio burgués, los paraísos fiscales- fue una etapa en las que las tensiones entre las dos burguesías más importantes -francesa y británica- tratando de conseguir ventajas para ocupar una posición tras los yankis que indiscutiblemente no eran alcanzables en el nuevo reparto tras el aplastamiento de Alemania, evidenciaba una latente hostilidad entre europeos y estadounidenses, que se ponía de manifiesto con las vicisitudes por las que pasó el dólar, tan pronto como los intercambios comerciales comenzaron a estabilizar un comportamiento de normalización, lo cual demuestra que la formación de la alianza interburguesa no es producto de la buena voluntad, sino más bien la escena de una vieja película de Hollywood -creo que era Duelo al sol- en la que los amantes se aproximan mientras se tirotean. En este periodo previo al abandono del patrón oro por parte de Estados Unidos, se produjeron pugnas por afianzar el estatus nacional de las diferentes burguesías europeas, en las que Francia, casi pierde sus reservas de oro al querer mediar en la contención del precio del oro, sacando sus reservas al mercado para hacerlo bajar, es decir, la cooperación entre las diferentes burguesías ha sido y sigue siendo una imposición dictada por la realidad de los hechos a impulsos, en los primeros momentos, por la pujanza del comunismo -URSS-. En aquellos momentos, estalló el asunto de los misiles en Cuba, cuyo ejemplo -para toda sur America- amenazaba la influencia de los estadounidenses, que en siglo y medio se consideraron dueños de su patio trasero en todo el continente americano desde Tierra de fuego a Canadá, cuando los soviéticos trataron de compensar la amenaza que suponían los misiles instalados en Turquía.

En todo ese tiempo no faltaron ni operaciones de falsa bandera -asunto Lavon-, para contrarrestar la presión de EEUU sobre Inglaterra a propósito del Canal de Suez, ni provocaciones como el ataque al buque de la USS Navy, Liberty, con lo que trato de dejar claro que el superimperialismo que se ha gestado durante todo ese periodo, está lejos de la almibarada descripción que Lenin pinta en el Imperialismofase superior del capitalismo, para desestimar la visión del ultraimperialismo kautskista, y sin embargo, en todo este periodo que menciono, en apoyo de mi tesis, se produjo un hecho determinante que fue la internacionalización de las fuerzas productivas como consecuencia del comercio internacional y de una economía influida por la moneda dominante, el dólar.

Esta realidad incontestable, la internacionalización de las fuerzas productivas, ha estado velada por los acontecimientos políticos, porque durante todo este periodo, la clase obrera ha ido perdiendo liderazgo, de una parte, por el sometimiento de la socialdemocracia a las necesidades de la burguesía nacional correspondiente y de la política estalinista de coexistencia pacífica que ha impedido a la clase obrera y a la izquierda, profundizar el debate teórico necesario para comprender los recovecos y meandros por los que se retuerce la política, y de otra parte, una producción cada vez más automatizada y especializada en la producción de medios de producción, que salvo el periodo posterior a la SGM donde la incorporación de los ejércitos desmovilizados a la producción industrial fue mermando entre el crecimiento de la automatización en la producción y la deslocalización de las fábricas hacia naciones con mano de obra más dóciles y menos organizadas, terminó por ocultar los cambios en la estructura económica, casi en constante evolución, durante todo este periodo, y que según parece hizo disminuir el volumen de la producción industrial en aras de la economía financiera.

La consecuencia de este esquema de pensamiento se debe a la terrible capacidad de la dinámica de los hechos materiales, que en su desarrollo cotidiano van moldeando la visión percibida por la mayoría social sin entender el trasfondo, y así, la internacionalización de toda la vida económica, cultural, científica, mediática, solo accesible a una élite queda oculta y deformada de modo y manera que mientras los hechos a través de los cuales, la burguesía extrae la riqueza, considerando al mundo como centro de operaciones, es presentado ante esa mayoría como decisiones nacionales, y ha sido esta dinámica la que ha ido moldeando, entre conflictos económicos y bélicos el entendimiento de una burguesía monopolista, que ha ido repartiéndose el mundo y estableciendo acuerdos y pactos que hace de esta élite cosmopolita, muy informadas de las sociedades nacionales en las que van a invertir para jugar sus decisiones ventajosamente, una clase muy homogénea, en cuanto a ser consecuentes defendiendo el interés de la clase monopolista, mientras la sociedad y la clase obrera, se dispersa en multitud de falsas opciones.

Toda la hostilidad y desencuentros entre las diferentes burguesías, tras la SGM ha terminado por configurar un reparto del mundo muy fluido y dinámico dotándose, durante este proceso de instituciones formales e informales que hacen de esta élite -el capital monopolista internacional- la representación de un teatro monumental saltando de cumbre en cumbre, encuentros informales, grupos de estudios en diversos thinktank una clase mucho más homogénea que necesita del nacionalismo para cubrir su monstruosa capacidad para chupar las riquezas de todo el planeta una tapadera, mientras que este mismo nacionalismo es una rémora en el bagaje del proletariado, un producto del pasado ya obsoleto del que no es posible desprenderse sin más porque ha configurado un entendimiento del problema que no tiene alternativa, porque las ideas, los conceptos son mucho más lentos de asimilar, habiendo de asentarse en la consciencia, y a esta consciencia no se la ha atendido, porque parecía algo dado por el solo hecho de ser explotado, por el solo hecho de ser proletario, obrero, trabajador, cuando precisamente por ello, el capitalismo movilizó una legión de publicistas para pintar un mundo de progreso, abriendo un abanico de falsas opciones, y cuando la crisis hizo su aparición, sin que desde la izquierda se diera el puñetazo en la mesa, el capitalismo monopolista se ha sentido fuerte, con la capacidad suficiente para imponer su política de empobrecimiento sin ningún tipo de pudor.

PREPARAR LA RESPUESTA DE LA SOCIEDAD

No obstante comprender que el capital monopolista internacional reparte sus propiedades por todo el mundo y de su increíble influencia y poder sobre el establisment de las diferentes sociedades ¿Cómo es posible que el uno por ciento social pueda dictar la política al conjunto del mundo? Si alguien considera que los economistas tienen la respuesta, lean estas reflexiones de este ramillete de escogidos economistas que La Vanguardia trae a sus páginas, y compárenla con esta otra: El dinero es una representación del valor y el valor es una medida del tiempo de trabajo socialmente necesario, y mientras la propiedad privada domine la producción, el dinero es y será un medio de coerción y de coacción de los expropiadores, el capital monopolista internacional contra la sociedad, y especialmente contra la clase obrera. Esta reflexión está hecha a la luz de las explicaciones que Marx hace en su obra, y si este ramillete de economistas dijeran cosa como esta que digo, tendría la virtud de ser entendida por una amplia mayoría social, y por tanto, cada sector de la misma sabría situarse en la contienda con quienes defienden sus intereses, mientras que “El dinero moderno es deuda, y la deuda es dinero” -Carlos Berzosa- dicha por un catedrático de estructura económica, requiere muchas más explicaciones, porque no aborda el problema del sentido de la economía y su función de clase, mientras exista cualquier modo de producción basado en la división de la sociedad entre poseedores de los medios de producción y el resto de la sociedad, irónicamente, fuente de legitimidad.

El superimperialismo que tras el hundimiento de la URSS se sintió dueño y señor del mundo, sin ningún tipo de pudor, dicta la política que sus gobiernos -a los cuales, tramposamente, nos permite elegir- han de aplicar a los ciudadanos, y que ningún político, economista, sociólogo, filósofo o periodista dará una explicación de por qué los mercados pueden condicionar la vida teniendo tan escaso volumen social -uno por ciento- contra un noventa y nueve por ciento global, y no es por otras razones que estas. Esta reducida élite tiene bajo su control las instituciones desde las que se controlan las decisiones que tienen una importancia fundamental sobre la vida de las personas, haciendo las leyes que les favorecen, escamoteando las riquezas generadas socialmente, evadiendo los impuestos hacia un laberinto financiero que dificulta el ya escaso control que las sociedades, los Estados tienen para vigilar y hacer cumplir las leyes relacionadas con la finanzas; porque esa pequeña élite controla todos los bancos sistémicos que han formado un cartel -147- empresas multinacionales, que tienen el poder real para influir decisivamente en la marcha de la economía del mundo, y de la que no hablan ni los economistas entrevistados, ni los no entrevistados, porque hablar claro en esos términos tendría un efecto inmediato en la marcha del sistema, y al silenciarlo, tanto si se hace desde la perspectiva de no presentar una alternativa, porque un nuevo modo de producción no puede ser sacado de la chistera, no se puede inventar artificialmente, como si se hace para ocultar información a la sociedad, la consecuencia es que al silenciarse se colabora con el manejo de la élite, haciéndose cómplices.

CÓMO TOMAR LA INICIATIVA CONTRA LOS MERCADOS

Creer que una situación como la actual cambiará iniciándose una etapa de recuperación es un error, o siendo más preciso, un dirigente político de izquierda que dijera que estamos iniciando una recuperaciónestará haciendo una TRAICIÓN porque unido a los recortes se está desarrollando una campaña de ataque a las libertades democráticas y a los derechos fundamentales en salud y educación, sobre la que se pasa de puntillas y que dificulta la organización e independencia de la ciudadanía, dirigiendo su filo, directamente contra la clase trabajadora, por lo tanto, infundir la creencia de la posibilidad de cambiar el estatus del capitalismo dependiendo solo del parlamentarismo es una falsedad traidora.

Decía que en 1949* la burguesía creó el verdadero instrumento de control y predominio de clase al crear esa reserva especial que son los paraísos fiscales. Este hecho, sobre el que políticamente no se habla, y cuando se hace, se aborda desde una posición meramente económica, tiene, en origen un carácter y naturaleza política, de la clase burguesa contra los trabajadores, netamente realizado con un interés y una visión a largo plazo tendente a asegurar, para los banco, un control del flujo monetario, al margen de los circuitos legalesvigilados por el poder político. Esta decisión revela el propósito y la intención, en aquellas lejanas fechas de dificultar, obstaculizar que junto al progreso técnico se desarrollara un progreso social, haciendo del dinero un instrumento de coerción y coacción, al reducir la circulación real y facilitar el endeudamiento a través del crédito. Era sabido que Keynes, años ante había hecho estudios sobre la influencia del aumento salarial en la clase obrera y las consecuencias positivas que para el conjunto social tendría ese incremento, de cara a un futuro, que él consideraba prometedor previendo el declive de la burguesía como clase dominante, liberándose así, la sociedad de tensiones (lamento no poder citar la obra del autor, pero si alguien la conoce y está en internet, agradecería su localización).

Que al empezar la reconstrucción de medio mundo destruido por la guerra, la burguesía decidiera ocultar los beneficios generados socialmente, revela una voluntad política de hostilizar a la sociedad, que está lejos de suponer cualquier intento de conciliar intereses interclasista, con lo que creo demostrar que un cambio en el sistema, para poner a la sociedad, al noventa y nueve por ciento, conscientemente, a la cabeza de un cambio social, nunca se dará por un mero cambio electoral, porque como demuestran los hechos, el sistema lo aguanta todo, lo digiere todo, todo menos la defensa de las reivindicaciones comunes, de clase, porque estas van dirigidas contra su naturaleza que le permiten explotar y dirigir la explotación de la humanidad, por lo tanto, en esta confrontación política, y no me estoy refiriendo a las elecciones, sino que un enfrentamiento para retomar la iniciativa, pasa por definir los objetivosy esta lucha es una batalla ideológica, en la que la crítica al sistema ha de ser constante, en cada una de las facetas de la vida social, por eso, la erradicación de los paraísos fiscalesla condonación de las deudas soberanas de todas las naciones y una moneda mundial, no son meros enunciados, son los objetivos que el sistema no puede digerir, son los objetivos comunes, y estos objetivos tienen consecuencias, y tales consecuencias que se traducirán en cada país con variaciones particulares requerirán una estructura legislativa internacional, de tal modo que si antes de terminar la SGM, la burguesía vencedora delineó unas estructuras para garantizar el funcionamiento y la reconstrucción del mundo sin perder el control, los objetivos comunes mencionados requerirán de esta batalla ideológica, capaz de extender al mundo la perspectiva con la que la izquierda prevé la construcción del futuro por el que lucha, por eso, las luchas no son nacionales, no pueden serlo porque todo el entramado de las fuerzas productivas actuales, tienen consecuencias globales, desde la economía a la ecología, y esta batalla ideológica, contra el nacionalismo burgués, que el capital monopolista internacional, el cartel de las 147 empresas, necesita para cubrir sus intereses globales, ha de ser arrebatado de manos de la burguesía monopolista luchando por los Estados Unidos de Europa, un gobierno europeo para una nación europea que la izquierda tiene y debe construir, una batalla, una apuesta en la que a la humanidad le va una vida de dignidad, salud y cultura, o de indignidad, sufrimiento, humillación.

Esta es la batalla necesaria para pasar a la ofensiva, y esta ofensiva será tanto más incruenta y pacífica, cuanto más decidida sea la apuesta internacional e internacionalista de la izquierda; a Syriza no le irá mejor por haberse constituido en partido sino porque la izquierda europea se atreva a luchar por estos objetivos; objetivos que deberían ser debatidos con premura porque como nos demuestran los hechos, empezar batallas, que no se continúan es catastrófico. La izquierda europea debe de salir sin ambigüedad en defensa de la revolución democrática en el norte de África y en el Medio Oriente, porque el capital monopolista internacional la utilizará contra la revolución en Europa, por más que la queramos pacífica; los mercados volcarán todo su poder en dificultarla, y el integrismo religioso islamista es su opción. En los años ochenta del siglo xx su enfrentamiento con la URSS en Afganistán no fue una lucha de poder a poder, sino que se hizo favoreciendo el integrismo islamista, en el que se volcó la CIA, y cuando la revolución en el norte de África trajo la primavera árabe, los Hermanos Musulmanes fueron la opción favorecida por el capital monopolista internacional. El error en Egipto, y Túnez ha sido la falta de continuidad de las fuerzas laicas que iniciaron las protestas, dejándose arrebatar la iniciativa en favor de las fuerzas integristas, que están activas y organizadas, mientras que la ciudadanía laica esta desorganizada y carente de cualquier tipo de apoyo, por eso, la falta de posicionamiento de la izquierda con su clamoroso silencio ha jugado a favor del integrismo, por eso mismo, la izquierda europea debe defender la revolución democrática en Oriente Medio y en el norte de África, porque la lucha en Europa se va a recrudecer en las próximas semanas, y para quitar hierro del asunto se empieza a anunciar una recuperación de la economía. El capital monopolista tienen liquidez suficiente como para reactivar la economía, pero esta recuperación nunca nos liberará del endeudamiento, ni privado, ni público, y mucho menos de los derechos perdidos en educación y sanidad, de las libertades democráticas, duramente conseguidas y Europa es el objetivo fundamental de los mercados, por eso, se nos espía, se nos vigila, y se nos cerca con todo lo que el cartel de las 147 tiene a mano, y dada la proximidad a la vuelta a la anormalidad política, la izquierda europea, y Izquierda Unida, a la que voto, deberían pensar sobre esta modesta reflexión, que supone romper la baraja con las cartas marcadas, con las que los mercados quieren hacernos jugar.

jmrmesas




quince de agosto de dos mil trece

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