martes, 6 de agosto de 2013

MÁQUINAS 2

MÁQUINAS 2

MARX, LA CIENCIA, LA IZQUIERDA

En el siglo xix la ciencia era abarcable en su totalidad por las personas instruidas, aparte del interés de los investigadores por difundir y popularizar los hallazgos y Marx no era ajeno al interés por hallarse al corriente de los avances de la ciencia de su tiempo. El pensamiento marxiano está penetrado de la ciencia de su tiempo, y el propio movimiento obrero estaba contagiado de esperanza en la ciencia, que vendría en ayuda de la liberación de la explotación; el mismo Lenin decía que el socialismo eran los soviets más la electrificación, y el impulso de la revolución de 1917 no habría sobrepasado más allá de unas semanas sin el esfuerzo titánico de enseñar y culturalizar a una sociedad atrasada.

Hoy la ciencia es inabarcable porque es interdisciplinar, incluso para personas con un buen nivel de conocimientos y preocupándose de estar informado, seguir la marcha de la ciencia es una tarea imposible porque la ciencia es propiedad de las grande multinacionales y banco que alimentan al complejo militar-industrial mundial, que son los que utilizan la ciencia, y por supuesto, guardan celosamente, tanto la información como el amplio espectro de las aplicaciones de las adquisiciones científicas. En la prensa aparecía, hace unas días una noticia, prácticamente intrascendente, un equipo de la universidad de Tokio había logrado fabricar un circuito electrónico increíblemente fino en un soporte, virtualmente indestructible, y esto que podría tener efectos incalculables -tendrá efectos incalculables en la industria donde las fuerzas productivas cambian su naturaleza- para la vida normal y corriente, ni se ha comentado, mientras que un mundo de posibilidades insospechadas se abrirá para controlar a la ciudadanía, aún más.

El espionaje a la ciudadanía ha tenido trascendencia mundial por haber sido desvelado por un disidente que trabajaba en las entrañas del monstruo -Snowden-, más no porque no se hiciese antes, aparentando inofensividad, pues el trasiego de base de datos que los organismos oficiales y oficiosos ponen a disposición de las empresas privadas, bien porque los venden, bien porque no los protegen convenientemente, no es otra cosa que una manera de controlar a la ciudadanía, como lo son la pretensión de colar en las comunidades domésticas los medidores automáticos de consumo eléctricos o de otros fluidos (contadores), vía wifi, sin calibrar los riesgos para la salud que un entorno cotidiano vulnerado por la contaminación electromagnética, tiene para una ciudadanía desprevenida.

Hubo un tiempo que el movimiento obrero concienciado por la ideología en la que se discutían las ideas de Marx o Bakunin, en que se evaluaban los descubrimientos de las ciencias, en donde la organización internacionalista de los trabajadores era confianza y esperanza en un futuro liderado por la ciencia y el progreso, pero tras dos guerras mundiales y una innumerable cantidad de guerras locales, los trabajadores comprobaron en carne propia que la ciencia, en manos de la burguesía y sin control de la sociedad, mata más y es mucho más terrible, y del mismo modo que experimentaban tan terribles consecuencias, veían como sus líderes justificaban una realidad malsana. Desde entonces hasta hoy, el movimiento obrero ha ido perdiendo interés por la marcha del futuro, en la misma medida que la política ha quedado reducida a las campañas electorales, mientras vivimos rodeados de las aplicaciones que la ciencia, en manos de las grandes corporaciones industriales, configura nuestras vidas controlándonos, sin que seamos conscientes de la importancia de esas aplicaciones, y sin embargo, es en la ciencia donde está la respuesta a los problemas que se abren delante de la sociedad actual, pero esa ciencia deberá de ser arrancada del control de las grandes empresas y formar con ella una gran base de datos que la sociedad pueda consultar y disponer, y solo de este modo, la ciencia se convertirá en fuente de vida, y no como ahora, en un dogal que nos controla y nos vigila.

La respuesta a los problemas actuales se concentran en comprender y aceptar que el capitalismo, como las mercancías que fabrica tiene una obsolescencia programada, que esta obsolescencia no ha aparecido de repente, sino que fue anunciada como una ley que afecta a los modos de producción basados en el antagonismo de clase, y se inscribe en el desajuste entre relaciones de producción y fuerzas productivas, y este motor de la actividad social es el que enfrenta a las clases sociales, unas contra otras, porque la competencia entre las clases por unos recursos limitados dispara la hostilidad, y en el momento actual, donde el uno por ciento social ha configurado el sistema para que satisfaga sus expectativas de dueños del mundo, todo está dominado por ese entramado de las 147 multinacionales entre las que están todos los bancos sistémicos interconectados por participción accionarial, que no es que el sistema financiero este descontrolado, es que está controlado por los propios bancos sistémicos, que tiene el poder de influir en la propia marcha de la economía mundial porque los Estados, que deberían de intermediar vigilando para que las tensiones no terminen por hacer de la convivencia social un campo de batalla, están penetrados e influidos por esas personas que alternan su vida entre consejos de administración y consejos de ministros, y que las políticas que diseñan están pensadas para someter y derrotar al noventa y nueve por ciento social, porque en esa derrota les va su supervivencia como clase rectora, como clase dirigente, y sus economistas, sociólogos, filósofos, publicistas, etc., laboran para presentar ante la sociedad un futuro aterrador si no se aceptan sus dictados, pero el proyecto presentado es falso de principio a fin, porque la medida de la riqueza de una sociedad avanzada como es la sociedad actualen Europa, Estados Unidos, Japón, etc., la expresa la producción de medios de producción para producir conocimientos, para producir cienciaque al igual que el dinero, oculto en los santuarios financieros, está oculta, velada para impedir que esa ciencia, esos conocimientos sean patrimonio de la humanidad.

SUPERIMPERIALISMO

¿Cómo es que esta realidad demostrada de la influencia de las 147 multinacionales controladas por el uno por ciento social no se califique por su nombre técnico: superimperialismo?

El capitalismo no está desapareciendo. No, el capitalismo no solo no está desapareciendo sino que sus dictados tienen una vigencia demoledora. Claro es que las decisiones que toma pueden ser elaboradas en cualquier lugar, incluso en un consejo de administración o en cualquier thinktank de los que existen y se conspira contra la sociedad, pero las decisiones se emitirán desde un organismo cualificado, sea esta una cumbre, o el FMI, como recientemente ha hecho aconsejando una bajada del 10% de los salarios, para España, después de reconocer que su receta fue errónea para Grecia, repiten de nuevo, para España. Por lo tanto cualquier dirigente político o sindical de izquierda que diga algo semejante a la desaparición del capitalismo no puede más que estar eludiendo su responsabilidad o encubriendo su traición, porque el modo de producción llamado capitalismo tendrá vigencia hasta el momento en que la sociedad acabe con él, es decir, hasta que la fuente de legitimidad que es la mayoría social, consciente y deliberadamente, se haga con todos los recursos económicos, científicos y políticos, siendo ella quien tome las decisiones con todos los datos evaluables, liberados de secretos. No el capitalismo no está desapareciendo, y el hecho que este criterio lo sustente un dirigente de Die Linke es un motivo de alarma. La historia europea está llena de Noske de cualquier nacionalidad. ¿Habrá una nueva edición de este tipo de personajes ahora?

Si el término superimperialismo cobrara todo su vigor, toda su importancia, la consecuencia natural dejaría sin política a la socialdemocracia de cualquier país que vendió sus favores a los mercados, al capital monopolista internacional colaborando en el diseño de políticas nacionales, mientras este, tras dos guerras mundiales sacaba las consecuencia oportunas para estrechar lazos entre sus diferentes monopolios. No, el capitalismo no está desapareciendo sino que lo irónico de la situación actual sea que las tesis kautskistas se hallan revelado justas, ahora precisamente, en la era de internet, en la era de los teléfonos móviles de cuarta generación, cuando el movimiento obrero regresa a las catacumbas de la política nacional, incapaz de articular ese internacionalismo proletario, que los revolucionarios de todos los tiempos han querido cultivar como garantía de fuerza y poder contra el patrioterismo vacío. Podía tener sentido en 1915 el desprecio leninista por el ultraimperialismo, pero actualmente negarlo es caer en el juego del divide y vencerás, cuando las 147 multinacionales condicionan la economía mundial, decretan recortes y empobrecimiento, la respuesta tiene que ser el esfuerzo por conectar el movimiento obrero y a la ciudadanía a escala internacional con reivindicaciones comunes que cuestionen y discutan el poder del superimperialismo y estas reivindicaciones son erradicación de los paraísos fiscales, condonación de todas las deudas nacionales y una moneda mundial. Estos son los pasos previos para organizar un movimiento mundial ciudadano contra el poder de las 147.

jmrmesas




seis de agosto de dos mil trece

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