viernes, 23 de diciembre de 2011

MAQUINAS, CIVILIZACIÓN, MERCADOS


FUNCIÓN

En la actualidad, la relación de los seres humanos con las máquinas es poco menos que inevitable, pues estas están en todos los lugares, tanto dentro del hogar como fuera, y esto implica una determinada capacidad de interpretación, por parte del humano, para no quedarte bloqueado delante de un cacharro, que te impide obtener su servicio -suele ocurrir cuando la máquina habitual, la cambian sin previo aviso, y no hay nadie al que preguntar, y como se puede suponer, me estoy refiriendo a esas máquinas que sustituyen a los humanos -, por lo tanto, empezamos a familiarizarnos con estos hierros animados, que nos facilitan la vida a los usuarios y que a veces se la complican a los humanos que sustituyen.
Esta actividad trae como consecuencia una carencia de relaciones interpersonales que dificulta la comunicación, empobreciendola porque el dialogo con la máquina es muy poco complicado, siempre y cuando sepas la función que cumplen y lo que quieres obtener, y esto, trasladado a la relación entre las personas comienza a tener la consecuencia de esperar del interlocutor respuestas cortas y precisas, cuando, si algo distingue la funcionalidad de la máquina del humano es que este es extremadamente complejo, y cuando acomete alguna tarea, cada cual tiene sus propias razones para realizarla, e incluso cuando la tarea a realizar tenga la misma funcionalidad, la motivación, siempre es diferente, diversa, aunque el argumento motivador sea común, la interpretación interna despertará impulsos y emociones diversas, y si hacemos abstracción de todo esto, en las relaciones interpersonales, el resultado es la simplicidad, que es el objetivo de la funcionalidad, donde la empatía desaparece, porque hay que aligerar la comunicación para llegar a la solución-respuesta que se busca. 
Pero tal funcionalidad, deseada y buscada en la relación humano-máquina, es muy perjudicial en la relación humano-humano, porque al simplificar, tratamos de evitar el conocimiento del interlocutor, negándonos a aceptar sus motivaciones.
Este tipo de relación funcional es la concepción en la que basa su ejecutoria la sociedad en nuestros días, y es esta concepción la que recoge la política, trasladandola a todas las actividades,   y si hay una actividad  donde esta concepción debiera ser inaceptable es en el de la enseñanza, pues el fondo de esta concepción, de este criterio con el que se estructura la enseñanza es el de preparar elementos funcionales y no la de enseñar a pensar a los educandos, pues enseñar a pensar significa  enseñar a establecer relaciones cuyo objetivo es el de encontrar el sentido de la función,  del objeto, de la acción, de la sociedad, del poder, y esto, sí enseñaría a los educandos, a las personas, a ser ciudadanos preparados para ejercer el condominio, y no a ser simples votantes, cuyo ensalzamiento como pueblo soberano no es más que un burdo cuento, con el que se cubre la manipulación de los poderosos para confeccionar el mundo a la medida de sus deseos y de sus  privilegiados intereses, y mientras esto no indigne a una masa crítica de ciudadanos, dispuestos a exigir respuestas pormenorizadas de los temas que afectan a la mayoría, a ese noventa y nueve por ciento de la humanidad, que son los que generan la riqueza, no existirá pueblo soberano, porque no se puede ejercer la soberanía desde la ignorancia, no se puede ejercer la soberania desde el desconocimiento, no se puede ejercer la soberanía desde la incultura.

ROBOTS

Dándole vueltas a las cosas, me paro a pensar en estos hierros animados que son las máquinas, sobre todo, cuando el cacharrito se trata de un juguete, el perrito robot, o cualquier otro cacharrito, que por su tamaño minúsculo, parece inofensivo y tierno, como ese avioncete, a penas una maqueta, que un soldado de verdad, de los que mata y muere, lanza con su brazo, y entonces reparo que el esfuerzo que la industria dedica a la investigación, financiando experimentos en las universidades, de las sociedades avanzadas, no es una inversión inocente, no puede ser inocente, y obviamente, no porque el avioncete, drones, se emplee en el combate, no por el hecho de que los robots se usen en la exploración espacial, ni en tareas incomodas, tediosas, o perjudiciales para el ser humano, su latente peligrosidad, ni siquiera está en los ingenieros que las diseñan sino en los elementos que las financian, porque, dándole vueltas a las cosas, y tratando de establecer relaciones que den sentido a los robots, cuando tan olímpicamente se pasa del sufrimiento humano, por parte de los diseñadores del futuro perfecto, el mismo espíritu de perfección que creó los santuarios financieros, vulgo, paraísos fiscales, estriba en la posibilidad  obscura, incómoda y terrible, de que estos diseñadores de futuros, estos representante del infierno en la tierra, recortadores de derechos, recortadores de conquistas sociales, que han sido hitos de sangrantes y largas batallas de los más débiles, por conseguir el estatus de personas, estribaría en la  nada desdeñable perspectiva de construir una humanidad a la carta, una humanidad de diseño, porque el mundo está superpoblado y habría que prever quien se queda y quien no.
Posiblemente alguien pueda considerar delirante, esto que digo, porque entre esto y el nazismo, la diferencia es estética, pues permeados de democracia, parece difícil notar las diferencias, pero si el nazismo fue vencido militarmente, en la SGM, sus ideas prosperaron en el bando vencedor, sobre todo después de la implosión de lo que el socio de Thatcher, el presidente Reagan denominó el imperio del mal, desde entonces y sin pudor, la prepotencia de los mercados, burgueses-especuladores, empeñados en hacernos comulgar con ruedas de molino, imponiéndonos un ascetismo, que ellos están astronómicamente lejos de practicar, afanados en construir el edén para ellos, se empeñan en querer modelarnos, pues quieren configurar el mundo, la sociedad, que  no nos engañen, no por nuestro bien, sino por su bien, y para eso habría que ver el modo de deshacerse, cuando menos, controlar a tanto bicho humano, y nada más práctico que empobreciendo pueblos, empobreciendo a la humanidad sobrante, porque no hay para todos, -según ellos- o no quieren que haya para todos, ¿No es sangrante ese medio billón de euros al uno por ciento de interés, del BCE prestado a los banqueros, cuando se desahaucia a unos viejos porque no pueden pagar la hipoteca?  Sí, es sangrante e indecente, pero atenazados por la impotencia teórica y la impotencia política, ¿Quien se atreve a plantear que la causa del mal es la propiedad privada de los medios de producción y de la banca?, nadie cuestiona esta premisa, que solo es así, porque desde casi el comienzo de la civilización, el fuerte ha expropiado al débil, lo ha sometido y lo ha utilizado como ha creído conveniente, pero los tiempos cambian, y el aliado histórico del poder, que en occidente jugaron las diferentes confesiones religiosas, la -Iglesia, desde Constantino- ya no la tienen, y han empezado a perderla en los países de confesión islamista, y esto, fue así en Europa durante siglos, pero, ahora, en los países del Medio Oriente y norteafricanos ha ocurrido cataclismicamente porque se ha producido un choque entre la fe y el mundo, pues la religión, la espiritualidad, enseña al individuo a mirar hacia adentro, en sí mismo, dentro del mismo pensante, pero para esto, tienes que estar aislado, y hoy el mundo está a nuestro alrededor, configurado para atraer la atención, la mirada, y, o se está muy equilibrado para mantener la tensión psíquica y entonces  se alcanza el misticismo, o te vuelves descreído, crítico, cuando no, cínico, y entonces, los jóvenes, las mujeres islámicas comprueban la falacia de sus dirigentes, sean religiosos o políticos, por eso se echan a la calle a protestar a exigir, a denunciar, y lo trágico de esto es que quienes podrían alentar y tal vez, orientar el curso político de esa lucha, la izquierda, principalmente europea, primero, porque son nuestros vecinos, segundo, porque tiene la experiencia, se encuentra paralizada, porque no se determina a optar por la salida correcta, construir Europa desde abajo desde las plazas desde las calles de las ciudades de Europa, esperando, prodigios de unos dirigentes que no quieren tomar esa decisión porque será el comienzo de su final.

DEMOCRACIA-CONDOMINIO

El mundo puede cambiar si ese plantel de intelectuales, que saben que el sistema está acabado, tienen el valor de comprometerse y explicar a la ciudadanía del mundo, la falsedad de los conceptos en los que dice apoyarse, el estado de derecho, la libertad, el conocimiento, porque estos conceptos los han vaciado de contenido, ¿Cómo ha sido posible que los gobiernos hayan salvado a los banqueros, hace dos años, entregándoles los dineros públicos, y ahora, otra vez, les inundan de dinero, -500.000.000.000,00€- mientras a la ciudadanía se le exigen recortes, y pagar dos veces el mismo servicio, pues no otra cosa es el co-pago? Solo por la complicidad de la inteligentsia, capaz de mirar para otro lado aunque gesticule diciendo palabras sonoras que ocultan su impotencia. Solo con la complicidad de los sindicatos de clase, cobardes, incapaces de organizar una huelga general europea, exigiendo ya la erradicación de los paraísos fiscales, la condonación de las deudas y los impuestos progresivos, y esto lo digo, aceptando la dificultad para movilizar, cuando se asume que los objetivos estratégicos no están claros, pero consciente de que los objetivos nunca estarán claros si no se toma la determinación de no aceptar la política de hechos consumados, que los mercados, la burguesía-especuladora, esa alianza del capital industrial y bancario, de consuno con sus gobiernos, nos están imponiendo, sin otra explicación, que la propia, pues ellos son los mercados.  Solo con la complicidad de las organizaciones políticas de izquierdas, que están transigiendo con las decisiones de los mercados y los gobiernos, pues solo así es entendible que las decisiones políticas que quiere la burguesía, se estén imponiendo, cuando la imposición solamente la determina la decisión de la clase burguesa de empobrecer a la ciudadanía para poderla dominar, y todo lo demás, son cuentos, historietas para una clase, el noventa y nueve por ciento, a la que se empieza a considerar prescindible, menor de edad, que están convencidos de poderla engañar, dominandola con patrañas, de que hemos vivido por encima de las posibilidades, cuando se pueden gastar cifras astronómicas en subvencionar a los  burgueses-defraudadores; gastando cifras colosales  en todo tipo de experimentos científicos, de los que la ciudadanía soberana no puede opinar, y por lo tanto, no puede decidir, así que sus resultados, siempre serán expropiados, y no digo que los experimentos no se realicen; ¡Pero alguien puede tragarse, que sin una ciudadanía, formada e informada, los resultados se dedicarán a mejorar las condiciones de la humanidad, es que no está mirando a su alrededor, y viendo que más de media humanidad vive con a penas un dólar diario!
Como vengo diciendo, una y otra vez, el futuro se está decidiendo, en la medida en que la decisión es producto de una política, y no producto de un cataclismo natural e imprevisible, aquí, en Europa, por mucho que le escueza a todos aquellos que dan a Europa por muerta e incapaz de albergar un gesto de rebeldía que impulse a sus ciudadanos a tomar decisiones de progreso, pues solo, en la medida, en que la ciudadanía europea está estructurada por las concepciones políticas y que dichas concepciones se encuentran bloqueadas por el paso necesario de decidir si unirse al proyecto que impulsaron los burgueses y que ha dado origen a la estructura de la UE, o plantear otro tipo de construcción, la ciudadanía europea parece muda, sin embargo, hay una división entre dos concepciones históricas, la de los partidos socialistas, la socialdemocracia, que acepta este tipo de construcción, yendo por detrás de las burguesías nacionales respectivas, y por lo tanto, aceptando el papel de segundones -esta es la corriente que ha diseñado los eurobonos, y que propondría al BCE como banco que compre deuda y emita dinero-, pero que en la medida que no se animan a unir las fuerzas de las diferentes naciones y presentar un proyecto propio, aún aceptando los criterios de los tratados, su papel es prácticamente irrelevante, y luego están los otros, la dispersión producida por lo que fueron los partidos comunistas y que aquí, en España, subsiste adherida a Izquierda Unida, uno de cuyos más insignes representante es la fracción que lidera intelectualmente Julio Anguita.  Esta corriente es contraria a los acuerdos que dieron origen a la UE, y todo esto estaría muy bien, si se propusiera otra cosa, pero es que no se propone otra cosa, solo vaciedades e inutilidades como volver a las monedas nacionales, y esto discutiendo en familia, como proyecto político, no conozco una alternativa claramente presentada, y no hay más, que yo, al menos haya visto.
No hay por tanto, tercera vía, la opción de Anguita, crítica con las determinaciones de los acuerdos de Maastricht, son una cortina de humo, porque criticar Maastricht y aceptar el estado burgués juancarlista no es coherente, solo sirve para ocultar que no se tiene una política para Europa, sobre todo, teniendo en cuenta que un proyecto en construcción como es la UE, es sumamente moldeable si se procura la fuerza y se tiene un proyecto propio para que las nervaduras del proyecto vaya poniendo los cimientos que saque el poder de manos de los burgueses y los ponga en manos de los ciudadanos.
Mi propia percepción (empece a escribir estos apuntes en  julio de 2010), se ha ido aclarando a medida que he comprendido el potencial  integrador y progresivo, por tanto, antiburguesía que tendría una política tendente a articular medidas que relacionaran a las diferentes ciudadanías nacionales en la consecución de objetivos comunes y dado que la relación fuerzas no variará mientras no se presente un proyecto común, que puedan hacer suyo otras fuerzas políticas, que vean en dichos objetivos opciones ventajosas, es lo que me ha llevado a potenciar la idea de que solo luchando por llevar la unidad europea, más lejos de lo que los burgueses europeos, espoleados por el capital financiero europeo están dispuestos a ir, es lo que terminaría por arrancar el poder de manos de la burguesía, no tanto porque no estuvieran en un gobierno común, como por el hecho de que estando en el gobierno, se vieran obligados por tener que aplicar políticas exigidas por la ciudadanía.
La política seguidista de la socialdemocracia, yendo por detrás de las respectivas burguesías nacionales, no ofrecen soluciones, pues cuando han estado en los respectivos gobiernos, las decisiones europeas las han tomado los banqueros, y esta es la principal característica de la globalización, que mientras que la economía se mueve en un ámbito universal, la política ha de estrecharse al límite del estado nacional, sin las competencias económicas que anteriormente tenía.
 La propuesta de luchar por los Estados Unidos de Europa, exigiendo un único gobierno, con un parlamento  común, diplomacia común y fiscalidad común, es tremendamente integrador para la ciudadanía y extremadamente disolvente para las élites financieras -no por casualidad, el gobierno de Cameron ha optado por salvar la City-, sobre todo si esa lucha se combina con la lucha por la erradicación de los paraísos fiscales, las condonaciones de las deudas soberanas y la imposición de políticas fiscales progresivas. Si a esto unimos la lucha por consensuar una moneda mundial, el omnimodo poder de la burguesía habría experimentado una enorme disminución, como la han experimentado los Estados Unidos, cuya más patente demostración es la gigantesca deuda, inasumible por mucha deuda compre la Reserva Federal.
El problema inevitable es que hay que estructurar un programa, un proyecto, apostar por él y animar a los luchadores al compromiso para explicar que si cedemos soberanía como nación es para recuperarla multiplicada, como clase, como sociedad, y esto sería democratico, porque estaríamos ejerciendo poder, ejerciendo condominio, y no importa si en el proceso, una burguesía cobra, transitoriamente, preponderancia pues como clase dominante, en su conjunto, la estarían perdiendo, porque los elementos que le permiten controlar el proceso, la regulación del flujo de dinero, las deudas soberanas -historicamente las grandes deudas se han condonado, pero entonces, beneficiaban a los poderoso-, y la emisión de dinero, estarían controlado internacionalmente, por organismos internacionales, y para ello, el único medio es explicar a la ciudadanía mundial, que el sistema está acabado, y que mantener el modo de producción de mercancias, sin ningún tipo de control por parte de las sociedades, de los pueblo, de la ciudadanía mundial, solo terminará por destruirnos a todos.
23/12/2011                                                 jmrmesas









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