jueves, 12 de diciembre de 2019

POR QUÉ SOMOS POLÍTICAMENTE INMADUROS





POR QUÉ SOMOS POLÍTICAMENTE INMADUROS

Explicar lo obvio no es algo sencillo aunque pueda entenderse superfluo porque la obviedad política puede ser el resultado de una construcción cuidadosamente calculada para poder pasar de pormenorizar detalles reveladores.

Las elecciones del 10 de noviembre pasado pudiera ser esa clase de obviedad que disimulase las presiones de los poderes fácticos —ibex35 y otros y otros— haciendo recaer el inconveniente electoral en el fanatismo del poder de un presidente indeseado por esos poderes fácticos, que si son fanáticos del poder, como así lo demuestra el hecho inexplicable, inexplicado y permanentemente ignorado —demandando explicación metódica y pormenorizada — de cómo gente vulgar atesore tanto poder económico y político, si no es por el hecho de pertenecer a un conjunto estructural que permite a gente normal y corriente estar en esas dependencias en donde se organiza el poder económico y político que se oculta a la mirada común para presentar ante el mundo la fachada conveniente, el escenario preciso para que la representación continúe y el poder siga en las manos de los fanaticos del poder, es decir, el capital financiero: banqueros contaminadores, contaminadores consorcios industriales, y una copiosa retahíla de contaminadores velados por los creadores de opinión, que hacen recaer en la gente normal la culpa de todo.

Los fanáticos del poder no ignoran que la plebe, el populacho, la chusma está dolorosamente harta de pasarlas canutas, y todavía más, se da cuenta de la constante tomadura de pelo que supone el sacrificio de los más y del derroche descontrolado de ese reducido grupo de plutócratas que construyen su paraíso en medio de las desgracias.

Como descontextualizar resulta ingrato y peligros, conservar el marco en el que inscribir los hechos se revela util, necesario e imprescidible, mientras no sucedan hechos que les permitan, a los fanaticos del poder, sacar los tanque de los cuarteles imponiendo por la fuerza su orden y ley conveniente, Bolivia, por ejemplo. Desviar la mirada de la ciudadanía, del ibex35, de la monarquía y de unas instituciones trufadas de fascistas acostumbrados a ordenar y mandar significaba, volcar el peso en una maniobra de distracción que debilitase, más aún, al doliente y pagano ciudadano, y de pronto, los estrategas ven una ventana de oportunidad maquinando unas nuevas elecciones.

El proceso ya viene rodado. Siempre habrá un tezanos por ahí que hará creer (increiblemente) que unas nuevas elecciones darán el resultado apetecido, cuando todos (los perdedores) son conscientes del desastre del invento, pero, teniendo en cuenta la necesidad de conservar el marco en el que inscribir las acciones políticas, y considerando lo peligroso de descotextualizar, es decir, poner el foco en esa gente corriente que habita instituciones trufadas de fascistas, en esos nichos económicos donde habita la gente guapa con muchísimo dinero y muchísimo poder, resulta más tragable una nuevas elecciones, y de paso, probar el invento por si fuese útil volver a ponerlo marcha.

La inmadurez política del pueblo es esa construcción de presiones, a veces veladas, a veces, explícita que construyen los fanaticos del poder porque señalar a los codiciosos de las riquezas,no es que sea peligroso, es que es necesario construir una alternativa que la izquierda, diré, timidamente, quiere evitar reconocer, pero es necesario hacerlo, porque sin construir un nuevo marco de referencia no habrá alternativas, ni a la explotación de los seres humanos, ni a la liberación de los lazos que hacen a la mujer semiesclava en las sociedades occidentales y esclavas en las otras, ni a la contaminación, ni al gozo de cultivar las artes y las ciencias, solo fanaticos del poder que contaminan el planeta, industrias de guerra que destruyen vidas de pobres, llenándose los bolsillos y pudriendo sus corazones, eso sí, de una manera cómoda, agradable, y muy llevadera.

Apiademosnos de ellos y expropiemoslos del peso de la riqueza que les pudre el corazón, claro que eso significa construir un marco conceptual, para que avance la construcción de Europa conectada a toda Asia, y no aislada, y en armonía con los demás continentes y no contra ellos. Antiguamente se denominaba socialismo —¿vaselina para infiltrados del ibex?— cada cual saque sus conclusiones, pero para los gonzález que aún andan por el mundo, el vocablo, el concepto debe sonarles a monumental fracaso después de haber hechos congresos para abjurar de Marx. Irónico.

jmrmesas

doce de diciembre de dos mil diecinueve









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