martes, 17 de marzo de 2015

LA PARADOJA



LA PARADOJA DEL GIGANTE

SE TRATA DE CUESTIONAR EL CAPITALISMO Y NO DE SALVARLO

Varoufakis es no solo un economista reconocido y brillante; así le califican sus pares, sino además, un pensador comprometido con una sólida cultura, un gigante, que emulando a Hércules, debe limpiar las finanzas griegas para cumplir los compromisos electorales. Su capacidad y formación le permiten desenvolverse en las reuniones, con la troika y en salones de conferencia pero los recursos intelectuales no bastan cuando, de lo que se trata es de cambiar la condición primordial de un sistema, que se ha desarrollado hasta el límite para someter y explotar a la naturaleza, utilizando a los seres humanos, generadores de plusvalía.

Su reciente artículo, “Una agenda para Europa” comienza remitiéndonos a un texto, en el que el autor (N.Kaldor) avisa de la imposibilidad de lograr una unión política solo por el hecho de facilitar una previa unión monetaria, queriendo resaltar como no ha valido de nada una decisión administrativa sin haber echado, primero, los cimientos estructurales de una unión política. De este análisis, del que no se extraen conclusiones, Varoufakis trata de corregirlo proponiendo una suerte de cohesión sobre cuatro puntos – europeización descentralizada –, la define, que serían administrados con criterios comunes, en una práctica que vendría a magnificar el error que él señala en la introducción de su trabajo, porque se elude, siquiera sea como un supuesto teórico, entrar en definir los límites del capital financiero. Creo que esto se podría denominar una hipérbole, porque la europeización descentralizada no está definida con los criterios políticos suficiente como para no dejar de ser una decisión administrativa, que él comienza por reconocer citando la autoridad de un teórico.

Si hay alguien capaz de discutir con ventaja con los políticos de Bruselas, si hay alguien con autoridad profesional e intelectual capaz de entrar en el retorcido lenguaje de la economía de los mercados, sin lugar a dudas, ese es Varoufakis, un profesor universitario que enseña en lugares tan dispares, pero emblemáticos como Grecia y Estados Unidos, y la izquierda radical europea, galvanizada por SYRIZA y espoleada por el efecto PODEMOS haría muy bien en tomar nota que ese lenguaje no es el que hay que utilizar porque de lo que se trata es de comprender que el poder de los mercados, el poder del capital financiero internacional ve un peligro letal para su supervivencia un Estados Unidos de Europa, colofón del artículo del intelectual y militante Varoufakis.

EL MUNDO EN METAMORFOSIS

La izquierda radical europea tiene en España la apuesta más probable de seguir los pasos iniciados en Grecia por SYRIZA, pero ahí termina la semejanza, porque desde el mismo momento en que SYRIZA se hizo cargo del gobierno, todo un dispositivo negociador se puso en marcha para hacer fracasar al nuevo gobierno, en el que los mercados veían emerger el peligro de una contestación social, necesariamente, enfrentada a la extrema libertad de la que gozan los negocios, la circulación del capital, libre para especular donde se tercie y con lo que se presente, si hay beneficio.

El agotamiento del modo de producción de mercancías dejó de ser , casi desde los albores del pasado siglo, el medio eficaz de desarrollar las fuerzas productivas haciendo progresar al conjunto de la sociedad, y hoy, se puede decir sin temor a ser tildado de demagogo que el empobrecimiento social que se extiende en la casi totalidad de los países desarrollados industrialmente es una consecuencia buscada por el capital financiero internacional para someter a las naciones, a los pueblos, imponiéndoles condiciones que limiten el acceso de esos pueblos a la cultura, al ejercicio de los derechos ciudadanos que definen la soberanía de la sociedad, o dicho en el lenguaje moderno, que impiden el empoderamiento de los pueblos, para que los gobiernos los dirijan como tropa disciplinada.

La europeización descentralizada con la que el militante ministro de economía griego – Varoufakis – concluye sus medidas, un programa para mitigar el hambre y la pobreza es en sí mismo el reconocimiento de la contradicción antitética entre las medidas administrativas que propone y Estados Unidos de Europa, ya que este último es imposible de realizarse sin una lucha política abierta contra los mercados, contra el capital financiero internacional y que Varoufakis señala en su artículo cuando menciona la necesidad de inversión, gran cantidad de inversión en Europa, mientras que ella misma rebosa de ahorro oculto.

Los entresijos sociales, en las principales naciones desarrolladas, se agitan y convulsionan porque agobiados por un manto de leyes inicuas, leyes infames que benefician a los poderosos, tratan de romper un corsé que impide la vida. Sin querer, casi de rebote, han empezado a aparecer ante la sociedad organizaciones que muestran las lacras, las injusticias, la desigualdad perversa que los poderosos mantienen como garantía de su poder. Ahí están el international consortium of investigative journalists – icij – destapando el negocio de los paraísos fiscales, o arquitectos e ingenieros para averiguar que ocurrió, y por qué, con el derribo de las torres del WTC de Nueva York – rethink911 – y sobre todo una organización casi de caridad, pero cuyos informes expresan cabalmente el origen de las lacras e injusticias, del crimen, de la desigualdad, del hambre y la pobreza – Oxfan –, informes que gracias a un lenguaje alejado de tintes militantes, demuestran la naturaleza acaparadora y expoliadora del poder de los dueños del mundo.

Son señales que evidencian que debajo de la apariencia hay una sociedad viva que no concuerda con la sociedad oficial, y es este impulso interno al que hay que dotar de expresión política para construir un nuevo modo de hacer economía. Que Europa progrese y que la Unión Europea no se deshaga carcomida por las contradicciones nacionalistas requiere luchar abiertamente por la unidad de Europa, y esta unidad es imprescindible que sea acordada, debatida, impulsada conscientemente por la izquierda radical europea, que es lo que desde este modesto cuaderno de apuntes se propone, en vez de reformar un capitalismo empobrecedor.

SYRIZA, y a renglón seguido, PODEMOS, decidió catalogarse como socialdemócrata, entendiéndose con ello el intento de recomponer la ideología socialista rota en los comienzos de la primera guerra europea, y este impulso podría estar lleno de promesas venturosas si los militantes honestos que desean llevar adelante mejoras que permitan el empoderamiento de los pueblos se fijan menos en los resultados electorales inmediatos y más en acordar un conjunto de medidas comunes tendentes a facilitar el encaje de las contradicciones presentes en Europa.

España es el ejemplo nefando de una sociedad en descomposición que muestra esa podredumbre porque lo importante es hacer negocio al precio de pasar por encima de una ciudadanía, a la que se la pisotea mientras se le extraen los jugos vitales dejándola agotada; mirando con cierto distanciamiento veríamos que el sistema, en su conjunto, en el orden internacional, es esto lo que exuda: corrupción indiscriminada. Lo demuestran la sarta de fraudes bancarios aparecidos casi de continuo con el comienzo de la crisis, en Suiza, Reino Unido, USA, etc., lo demuestra, en ese mismo orden de cosas, como la industria más puntera y floreciente son las industrias ligadas a la fabricación de armas; cómo este proceder ha ido carcomiendo los instrumentos que controlaban la producción y los negocios, dejando inservibles, para la sociedad, las finanzas, el sistema monetario, porque el criterio de funcionamiento pasó de ser regulado por las instituciones internacionales, a ser dictado por Estados Unidos, en manos de los dueños del complejo militar industrial, un mundo, en el que a penas ochenta personas poseen casi la mitad de la propiedad mundial, y a esto hay que ponerle límites, y si en las reuniones internacionales, si en los salones donde se conferencia con el retorcido lenguaje de la economía, si en la troika reunida en Bruselas, un ministro militante, un gigante intelectual, preparado y capaz no pone sobre el tapete esta realidad ominosa, no se esta haciendo uso del lenguaje adecuado, porque se falsea la realidad, y el ahorro ocioso europeo, rebosante – en la cualificada opinión del autor de la propuesta de la europeización descentralizada –, en realidad el producto del latrocinio acelerado al que hemos sido sometido, con la aparición de los paraísos fiscales, en 1949, entonces ese ahorro seguirá ocioso, o se invertirá en la industria ligada a la guerra, o en proyectos, que poco o nada, benefician a los ciudadanos, que pasan hambre, frío, penurias, en medio de una sociedad culta, industrializada, preparada y capaz, pero que tuerce la cabeza para no mirar la injusticia y el daño causado, para someter y controlar.

UNA ECONOMÍA SOJUZGADA Y SOMETIDA

No deja de ser paradójico, incluso, irónico, que el certificador de la división del socialismo, de la socialdemocracia, en España, Fernando de los Rios, cuando rindió informe al Partido Socialista Obrero Español, después de llegar de Rusia y haber conversado con Lenin, sea el que, en mi opinión, defina con mayor claridad el dilema entre sociedad y economía, cuando sentencia sin ambages economía libre significa hombre esclavo; hay que tener sólidas convicciones para expresarse en unos términos, que no dejan lugar a dudas (recordaré que esa frase no fue dicha en el informe que supuso la división de socialistas y comunistas), y que centra la disyuntiva a cerca de la libertad de empresa, y dado que se trata de evitar la descuajaringación de la Unión Europea, para impulsar, apoyándose en ella la consecución de los Estados Unidos de Europa, empresa que requiere coordinación y fuerza no está demás reflexionar acerca de lo bien que el capitalismo ha estructurado su organización, tejiendo una red de organizaciones oficiales, institucionales y extra oficiales, privadas, donde donde tomar acuerdos. Nada hay en la izquierda, comparable a la conexión que el capital financiero mundial tiene articulada para soportar los embates más inesperados, y mientras la izquierda no entienda esa necesidad de articulación, la lucha política se convierte en un galimatías en el que todos parecen decir lo mismo.

Reconstruir el socialismo, recomponer el espíritu de la socialdemocracia significa iniciar un debate fraternal entre las diferentes sensibilidades que recorren el movimiento obrero, el movimiento ciudadano, acerca de que concepto, que intereses son inmediatamente exigibles, defendibles e inaplazable, mientras se perfilan los contornos capaces de contener la producción, la economía, las finanzas, a la luz de las nuevas fuerzas productivas, ya netamente internacionalizadas, mundializadas. Sería deseable y netamente fortalecedor que SYRIZA, acompañada de la izquierda radical, sobre todo, de la izquierda europea se dirigiera a los ciudadanos de la Unión Europea (no solo a los salones de banqueros y funcionarios) para explicar como impulsar esa meta, los Estados Unidos de Europa, y en ese impulso – al que no podrían sustraerse ni Izquierda Unida, ni Podemos, ni siquiera el PSOE –, explicar en que consistiría esa europeización descentralizada, cómo los ciudadanos pueden tomar parte en el diseño de las medidas económicas, y no que estas queden en manos de expertos, que como demuestra la historia, terminan apoderándose de los beneficios generados colectivamente y privatizandolos para uso personal. Los Estados Unidos de Europa no pueden ser realizados sin que un núcleo de la izquierda europea se sobreponga al griterío nacionalista, con que la que el capital financiero internacional nutre los movimientos fascistas – Ucrania – y tome partido, abiertamente, por construir la nación europea, dejándose en la batalla todo el esfuerzo necesario, porque, de otra manera, no será posible armonizar contradicciones.

Un mundo nuevo y mejor, un nuevo orden económico, un nuevo modo de producción no será posible sin que la izquierda apueste firmemente por la unidad de Europa, por los Estados Unidos de Europa.

jmrmesas

dieciocho de marzo de dos mil quince




No hay comentarios:

Publicar un comentario