domingo, 18 de enero de 2015

TERRORISMO





TERRORISMO


SU ASCENSO ES LA CONFIRMACIÓN DE LA DESIDEOLOGIZACIÓN DE LA LUCHA DE CLASES


El atentado de París, analizado por diferentes personajes de relieve internacional convienen en señalar una acción de falsa bandera para obligar al gobierno de F. Hollande a seguir los intereses del complejo militar industrial dictados desde Washington sobre el diseño de la política de EEUU en Oriente Medio, y de ellos, con el que más me identifico es el de la señora Armanian, pues a mi modo de ver, alude a la lucha entre poseedores y desposeídos, que es lo que se está ventilando cada vez con mayor claridad.


Todos los conflictos que tienen lugar en el mundo, en estos momentos, revelan la terrible ferocidad con la que la burguesía percibe la amenaza que supone tener que disputarse recursos, sean estos energéticos, estratégicos, financieros, tecnológicos en medio de una ciudadanía desconfiada, que quiere cohesionarse pero que carece de una alternativa, porque esta no puede improvisarce, dado que tal cuestión, no puede entenderse como una satisfacción de carencias materiales que incomodan la vida cotidiana de las diferentes sociedades, (que es como responden los partidos políticos, cuando se dirigen a la sociedad proponiendoles soluciones puntuales que llenen tales carencias, imposibles de satisfacer, de otro lado, porque su realización afecta al modelo de sociedad, que ellos – los partidos de izquierda - eluden tocar porque choca con el modelo de sociedad vigente), así pues, como no se atreven a cuestionar el capitalismo, cuya existencia es la que impide satisfacer tales necesidades, bordean los límites, a los que hemos llegado, no como medio de una decisión audaz, sino como final de un proceso, que ya no tiene más recorrido, y por lo tanto, romper tales límites se convierte en una cuestión de supervivencia, tanto para los de abajo, como para los de arriba, o dicho de otra manera, ni el capitalismo puede continuar como hasta ahora, ni la sociedad puede tolerar el desnivel abismal, que hace de la vida una constante frustracción.


PREPARANDO LA GUERRA


Menos mal que su santidad Tenzin Gyatso, el Dalái Lama, cree que no habrá una tercera guerra mundial, y que por tanto no hay que dividir a las personas entre ellos y nosotros, pero todo parece girar, precisamente, entre nosotros, los pueblos del mundo, y ellos, una minoría que atesora la riqueza y el poder, y es ahora que el sistema está en un momento crítico, en el que hay que tomar decisiones porque el mundo no puede seguir como era, y ellos, conscientes de que no pueden acudir, ahora, ya, a las armas, porque esa decisión comporta preparar el terreno social y político, que requiere un tiempo de preparación, acuden al terrorismo, acompañándolo del juego de la especulación con las materias primas, sean estas, metales estratégicos o combustibles – petróleo -, para ir preparando, destruyendo la cohesión social entre creyentes y no creyentes, inmigración y naturales, entre nación opresora y nación oprimida, cuando en todas las naciones, la nación oprimida son los de abajo y la nación opresora, los de arriba, porque es imprescindible desgajar, fragmentar a la sociedad industrializada, porque esta es mucho más homogénea que las sociedades donde la industrialización ha sido implantada desde Europa y Estados Unidos, en periodo de tiempo más corto, que el largo periodo que ha tenido lugar en Europa en los quinientos años de duración del capitalismo y del modo de producción mercantil.


En ese largo periodo de industrialización, se ha ido produciendo una, diríase, homogeneización negativa de la sociedad industrial, en forma de lento proceso de desideologización y descreimiento, que, paradógicamente, la convierte en un cuerpo de difícil movilización y manipulación, política y socialmente; un cuerpo de tal dimensión es imposible de encuadrar y militarizar, siendo aquí donde entra en función la labor disgregadora del terrorismo, en la sociedad industrial, en las dos orillas del Atlántico.


El temor procede del grupo social más veterano, la burguesía euro-estadounidense, que previendo una competencia económica, mortífera, con el nuevo bloque, en proceso de consolidación operativa -BRICS-, y conscientes de la imposibilidad de emplear la fuerza bélica, intenta la vía de ablandar el terreno europeo, antes de proponer soluciones que modificarían el escenario mundial en profundidad. En principio, en Oriente Medio, el esfuerzo de variar las fronteras, conjuga diferentes factores en el que el ISIS, vendría a jugar el rol de T.E. Lawrence, el cinematográfico Lawrence de Arabia, al que dio vida en la pantalla P. O´Toole, por eso, las atrocidades cometidas allí, implicando a niños en las matanzas, en el papel de matarifes, está velado púdicamente, por la prensa burguesa, pero el temor, ante la imposibilidad que el invento se les vaya de las manos, estriba en que, a diferencia del primero, que fue apartado del diseño fronteril, porque la primera guerra mundial ya tenía definidos el cuadro de los vencedores, y tocaba a los diplomáticos -Sykes-Picot- terminar el trabajo, en la actualidad, todo está por hacer, porque no hay nada definido, y en Europa, aún no ha comenzado la guerra (y si así sucediese, el retroceso histórico sería inconmensurable), por lo tanto, mientras se gana tiempo en Oriente Medio, mareando la perdiz, Europa, y eventualmente, Estados Unidos, requieren la atención del terrorismo para domesticar a la población.


EL 11S


El mayor y más demoledor ataque terrorista ha sido llevado a cabo en territorio estadounidense con la destrucción de las tres torres del WTC de Nueva York, y el ataque al Pentágono en Washington . Semejante ataque se cubre con el manto de los kamikazes saudíes, que hace desconfiar, a tal punto hasta personalidades del establismen USA; incluso se ha formado una organización de expertos arquitectos, ingenieros, químicos, etcétera, intentando echar luz sobre una destrucción que más parece una demolición controlada que un accidente.


Si efectivamente fuere una demolición, el impacto de los aviones fue la excusa perfecta para iniciar la demolición, y si fue tal, implica que con antelación calculada, personas con conocimientos específicos, medios y colaboración de los dueños de las torres, de las tres torres, facilitaron acceso a los artificieros, que necesariamente tuvieron que dejar algún rastro documental de la actividad, y esto compromete a los servicios secretos, cuando menos, por ineptitud, pues en esas torres se guardaban pertenencias gubernamentales.


El señor Thierry Meyssan, incluso apunta la existencia de un golpe de Estado fugaz ese día, ya que el poder estuvo en manos de los militares durante un lapso de tiempo suficiente para asegurar que nada escaparía al control de un supuesto plan de exigencias ¿del complejo militar-ndustrial?, pues los militares, por sí solo no tendrían capacidad de decisión. Si todo esto es así, ese atentado encubriría planes de alcance global, hecho en nombre de los intereses del pueblo de Estados Unidos, y correspondería, en primer lugar, al pueblo estadounidense, victima de su clase dirigente -corporate class- expoliadora, y criminal, enredada en el complejo militar industrial, el lugar de honor para aclarar qué encubría esa demolición, quienes se beneficiaron y benefician, con aquella destrucción, qué planes de guerra y latrocinio encubre la supuesta amenaza terrorista, estableciendo lazos con la ciudadanía europea para prevenir futuras consecuencias, sobre todo, en estos momentos que en el sur de Europa se viven momentos de esperanza en un cambio positivo en Grecia y en España, siendo esa colaboración la mejor manera de prevenir atentados, que nunca benefician a los de abajo, y siempre a los de arriba; como aparecía, en una foto, en las inmediaciones de una mezquita de París, en la que un creyente musulmán, portando una pequeña pancarta decía, en francés, no en mi nombre, el pueblo de Estados Unidos debe exigir y demandar a su gobierno aclarar ese atentado, pues en su nombre, se lleva a cabo un expolio global, que a la mayoría no le beneficia, y si son, junto a los otros pueblos, explotados, masacrados, empobrecidos.


jmrmesas


dieciocho de enero de dos mil quince






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