viernes, 9 de enero de 2015

LO MÁS FÁCIL





LO MÁS FÁCIL




LA DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA SACARÁ, CADA VEZ MÁS
TODO LOS RECURSOS INDECENTES QUE LOS PODEROSOS
TIENEN PARA EVITAR MOSTRAR QUE SU MODELO DE SOCIEDAD
ESTÁ ACABADO


Lo más fácil es culpar al estado islámico de la matanza de París, ese montaje cocinado entre el Departamento de Estado USA, el MOSSAD y regado con los petrodólares de los jeques del petróleo de los estados del Golfo Pérsico, pero para mí, el asunto de la matanza tiene más que ver con el declive de un modo de producción, incapaz de satisfacer las necesidades materiales, culturales, espirituales de una sociedad, cada vez más despegada de las creencias religiosas, sean cuales sean sus orígenes de procedencia, que, también, cada vez más, se da cuenta que lo peligroso no son el nombre del dios invocado, sino el del humano que se arroga el privilegio de constituirse en el interprete de la fe a la que se apela, por tanto, los peligros provienen de los emires, rabinos, papas que interpretan una deidad, que del propio Dios, cuyos designios son interpretados por una tropa de canallas con la colaboración de los no menos canallas servicios secretos, y la matanza de París tiene todos los visos de querer velar las causas que hacen de este final de ciclo, el final de una clase social, la burguesía monopolista internacional, que ha agotado su capacidad para dirigir los destinos del mundo, embarrando el polvo con la sangre, para causar miedo y temor a una ciudadanía incrédula pero falta de perspectivas, porque hablar de alternativas choca con los intereses de la clase dominante.


Todos los creadores de opinión a sueldo de esa clase social, que maneja las finanzas para beneficio exclusivo de ese grupo de privilegiados del uno por ciento por ejemplo, se apresuran a echar ceniza sobre el islam como un peligro mortal, cuando el yihadismo moderno ha sido el invento más fabuloso creado por la CIA, a raíz de la ayuda soviética a Afganistán, para derrotar a los rusos invasores. Desde entonces, el yihadismo no ha hecho más que crecer, alimentado por un flujo de dinero, muy pródigo en ese tipo de subvenciones, pero muy parco para financiar medicinas para salvar vidas de la gente más pobre, por lo tanto, me parece mucho más conveniente bajar a niveles más terrenales, en vez de llevar la discusión a la altura de la teología, porque en el enclave político, económico y social que nos encontramos ahora, es muy útil clamar contra el islám, como recientemente ocurrió en Alemania con la manifestación de la extrema derecha, sin que nadie, que yo sepa, aclarase que el fascista Anders Behring Breivik, para defender a Europa del islám comenzó matando a más de setenta jóvenes socialistas noruegos, y que incluso juzgado y condenado, sigue teniendo presencia activa en las redes sociales, persistiendo en su actitud nazi. Que en Ucrania, la extrema derecha es alimentada políticamente por redes de simpatizantes de Estados Unidos y Europa, sin que la Unión Europea, a ningún nivel, se tome en serio la ayuda al fascismo ucraniano, porque así conviene a los intereses, poco claros de la geopolítica del bloque euro-estadounidense, dominante en la escena mundial.


El núcleo de la cuestión de nuestro tiempo, para un observador con la suficiente atención y sensibilidad es que, se mire en cualquier dirección que se mire, el sistema no ofrece más que dolor, miseria, recortes y embrutecimiento, como lo atestigua el Estado fallido mejicano, donde los 43 desaparecidos en Ayozinapa, es el colofón de una serie de asesinatos del narco fascismo, que tiene vía libre, porque los poderes del Estado mejicano no se atreven a levantar ninguna alfombra, o las matanzas selectivas del Estado Islámico contra las minorías de diversas religiones en Oriente Medio, contra los chiítas,incluso contra los mismos sunitas, si se oponen a los planes quiméricos de querer redefinir las fronteras; el terrorismo islamistas hace de los propios musulmanes el principal objetivo de sus matanzas, demostrable con el atentado llevado a cabo Yemén, casi al mismo tiempo que el cometido en París, sin que las repercusiones hallan sido, mediaticamente comparables, pese al crecido número de victimas yemenies.


Es el silencio cómplice de los burgueses europeos el que da pábulo al terrorismo yihadista cuando está callado delante del crimen de Estado cometido el once de septiembre de dos mil uno cuando cuando las torres del World Trade Center fueron derribadas en unas circunstancias, cada vez más discutidas en cuanto a que tales circunstancias concurrieron de modo harto sospechosas, primero en el orden de la seguridad policial; segundo, en el plano político-administrativo, porque desaparecieron documentos vitales que estaban siendo investigados; tercero, porque en el orden político, las explicaciones fueron incompletas y apresuradas; cuarto, porque entre las victimas no hubo ninguna personalidad de relieve, de las que tenían su despacho en aquellos edificios, y dada la envergadura del hecho, y el apresuramiento en cerrar un caso que implicaba a personas de servicios secretos extranjeros, tales datos nunca fueron respondidos satisfactoriamente y ha llevado a expertos, en diversos campos a organizar una investigación, que pueda casar los hechos con los datos evidentes.


Por estas cuestiones, y la histeria política desatada en Estados Unidos y Europa legislando medidas antiterroristas, más destinadas a controlar a la ciudadanía que a evitar atentados, dada la facilidad con la que operan, el antiterrorismo se convierte en la excusa perfecta para tener a la población sometida y silenciada. Toda la expoliación del petróleo llevada a cabo en Siria e Iraq por el Estado Islámico, y comercializada con la complicidad de Turquía e Israel, revela una estructura comercial, imposible sin contables organizados dependientes del Estado Islámico y aún más, sin el beneplácito de la estructura comercial de los carteles petroleros, controlados, totalmente, por Estados Unidos y sus aliados europeos, por lo tanto, ese silencio que permite financiarse al Estado Islámico convierte a la burguesía monopolista europea en cómplice de un terrorismo, que encubre su manipulación en el expolio de los pueblos, teóricamente, dueños de las riquezas, así como, los bombardeos contra el Estado Islámico encubre la destrucción de la infraestructura productiva de Iraq y Siria. De igual modo que los suministros lanzados en dos ocasiones en paracaídas a los defensores de Kobani, que finalmente van a parar a manos de los islamistas, no es creíble atribuirlos a fallos de una fuerza aérea superentrenada y profesional, como son los pilotos americanos, sino a una ayuda encubierta de Estados Unidos al Estado Islámico, que es la legión extranjera de Estados Unidos en Oriente Medio.


Sin embargo, es el expolio económico, político y cultural el que llena de resentimiento a las sociedades de Oriente Medio y norteafricanas que se ven despreciadas desde la época colonial y de donde salen, paradójicamente, esos legionarios yihadistas, que tan útiles resultan a los intereses imperialistas, en unos momentos, en los que una parte de la sociedad trabajadora europea ve con optimismo el futuro, esperanzada en obtener, legal y pacíficamente una probable victoria, que, de producirse, deducen los burgueses monopolistas, alterarará un estatus quo, que cuanto menos, les obligará a hacer concesiones, no por que un determinado partido, sea Syriza, Podemos o cualquier otro gane, limpiamente, unas elecciones, sino porque detrás de esos partidos habrá una sociedad que empieza a tomar consciencia de su propio poder, que empujará a esos partidos a ir más lejos y que puede convertirse en un factor impulso, llamada y arrastre, que termine por poner en pie a la sociedad europea demandando cambios políticos para alumbrar nuevos modos de hacer política, frente a los que quieren utilizar este atentado para enfrentar a la ciudadanía, amparándose en dioses, que siempre están en silencio.


Si la izquierda es suficientemente ágil, debería coordinarse y el próximo domingo, no solo en París, sino en todas las capitales nacionales de Europa deberían solidarizarse para exigir explicaciones de quienes conocen y silencian, para impedir que la ciudadanía decida, porque puede pasar de todo para evitar que la sociedad tome en sus manos su destino, arrancándoselo a lo banqueros y sus políticos corruptos.


jmrmesas
nueve de enero de dos mil quince



















No hay comentarios:

Publicar un comentario