viernes, 4 de octubre de 2013


ELEVAR EL TECHO DE LA DEUDA DE EEUU
O
DEJAR DE PAGAR LA DEUDA


La banca de inversión estadounidense, el capital financiero que es el que está detrás de los republicanos de EEUU, han observado, durante todos estos años como el mundo se ha tragado los recortes, sin que desde la ciudadanía del mundo, ni desde sus organizaciones de clase, un eufemismo para no llamarles incapaces, o peor, rendidos, se hayan tomado acciones para exigir medidas de control contra las grandes fortunas, las grandes empresas, contra ese capital financiero que no quiere ni oír hablar, y mucho menos que se tomen medidas que supongan una merma de su poder. Consecuentemente quieren más; quieren acabar con la tímida medida de la reforma sanitaria de Obama, porque están determinados a acabar con el estado de bienestar de la ciudadanía a la que contemplan horrorizados como su némesis, y saben que no habrá recuperación porque para que la haya, es condición imprescindible una derrota profunda de la ciudadanía mundial, cosa que no ha sucedido, y que aún está lejos de suceder.

Si a la profunda crisis de 1929 tuvo que suceder a una guerra mundial para que la economía volviese a tener un crecimiento, que ya fue un salto cualitativo en el aspecto social, político, funcional, de todo el mundo, a partir del cual, podía decirse que las reminiscencias del siglo xix habían quedado atrás, actualmente, la crisis de 2007/2008, está lejos de haberse resuelto porque lo que exige el capital financiero internacional, que definen el cartel de las 147 grandes empresas del mundo, y cuyo capitán es Obama, estriba en esta pelea entre el armador -las 147- que quiere tirar por la borda toda la carga inservible -la reforma sanitaria- porque es lo que se está exigiendo a todo el mundo, es lo que Draghi, el agente de Goldman Sachs, en funciones de director del BCE, está demandando a los gobiernos europeos, y los republicanos están demandando a Obama, porque sin derrota total y profunda de la ciudadanía, a ambas orillas del Atlántico, cualquier proyecto del superimperialismo está destinado a fracasar, esto es lo que se está dilucidando en este pulso entre los republicanos y Obama.

Lo que los republicanos están haciendo es lo que la banca de inversión estadounidense ha exigido del poder, desde hace tiempo, la completa desregulación de la banca, a nivel internacional para que la banca de inversión pueda operar en todos los países, sin restricciones, y de esta consigna de los ganster-banqueros, Making the World Safe for Banksters, los republicanos han hecho su ariete contra la reforma sanitaria de Obama, porque permite, facilita, que ese ataque se perciba como estrictamente nacional, cuando el contenido de ese ataque es internacional, porque lo que es bueno para Goldman Sachs es bueno para Estados Unidos, es bueno para el mundo de los ganster-banqueros, es decir, lo que vienen ocultando todos los analistas y políticos durante todo este proceso de mundialización de la economía financiera, lo que se está queriendo evitar es que la ciudadanía se entere de cuales son los planes perseguidos por el cartel de las 147 empresas multinacionales en las que están todos los bancos sistémicos, porque semejante plan es en realidad, el gobierno del mundo, que ya estamos percibiendo, pero, que todos los gobiernos niegan porque esa verdad les convierte en títeres, y a esto, están dispuestos a llegar al precio de hundir naciones, y ahora le ha tocado al gobierno de Obama, como ya antes, estamos experimentando en Europa, sobre todo, en el sur de Europa, de la mano del agente de Goldman Sachs, Mario Draghi, director del Banco Central Europeo.

¿Cómo lo harán? Si Obama consigue elevar el techo de la deuda, será a costa de tragarse su tímida reforma sanitaria, o cuando menos, reducirla a un simple gesto simbólico, mientras los republicanos seguirán presionando porque no se habrá hecho otra cosa aplazar un enfrentamiento decisivo, y este enfrentamiento, inevitable, porque el modo de producción mercantil ha llegado a un límite, cuyo traspaso implicará cambios substanciales importantes, se concentrará en saber si Estados Unidos, es decir, los agentes de Goldman Sachs, los republicanos, se atreverán a negar el dinero para pagar la deuda; todo se concentrará en determinar cuantos días se atreverán a dejar sin cubrir la deuda, porque esta decisión es la que transmitirá las tensiones al resto del mundo, esta decisión será la que determine si en ese afán de ocupar espacio político, el enfrentamiento, el duelo de titanes entre el superimperialismo y la neoburguesía rusa liderada por Putín, Siria se convertirá en el Sarajevo anunciador de más tensión, porque Estados Unidos está arrimando su flota al golfo Pérsico, y una escuadrilla de F22, raptors, atraviesa el Atlántico; todo esto hecho con el mayor sigilo, evidentemente, de cara a una ciudadanía, completamente en la inopia, porque los partidos, sus partidos de clase, están absortos en el juego parlamentario, que entretiene mucho, pero que no se atreve a tocar lo importante: ¿Por qué, durante todos estos años transcurridos desde la quiebra del Lehman Brothers, el sistema financiero internacional sigue sin regulación? ¿Por que, la ciudadanía mundial hemos de ser los eternos paganos, cuando somos fuente de legitimidad?

ES NECESARIA UNA RESPUESTA POLÍTICA COORDINADA DESDE LA IZQUIERDA

En mis últimos apuntes, he puesto mucha voluntad por hacerme entender sobre la importancia que tiene aceptar lo valdio que resulta negarse a ver la dimensión global del momento político que vivimos, cuando todo señala que el mundo se mueve a impulsos de fuerzas coordinadas que están fuera del alcance de la política nacional, de las políticas nacionales, porque la economía, que es el terreno en el que se miden las fuerzas determinante de los agentes históricos enfrentados, la burguesía, el superimperialismo, y la ciudadanía, en cuya interrelación se producen ese entramado de relaciones de producción, esas fuerzas productivas, cada vez, unas y otras más interdependientes, porque ese terreno es mundial, está conectado por mil y un complejo de relaciones biológicas -en realidad, todo el problema de la contaminación ambiental no es otra cosa que el desajuste introducido en la naturaleza, alterando sus ciclos naturales, por la industrialización- geomecánicas, culturales, históricas, políticas, y por tanto económicas, y o se acepta, digo, que dado el grado de complejidad e interralción, es necesario eliminar al máximo las tensiones derivadas de querer imponerse una clase social sobre otra, o estaremos enzarzados en en un enfrentamiento devastador.

Dado que este tipo de conflicto no es posible solucionarlo con razonamientos filosóficos, estando condenados, por tanto, a dirimirlos mediante el uso de la fuerza, que el uso de la fuerza, será tanto menor, cuanto más poderoso sea el bando de la ciudadanía, la propuesta de mi último apunte, sigue teniendo la fuerza de la razón, de otro modo, la economía variará en la medida que la izquierda pueda emitir un juicio sobre que es lo que persigue para el conjunto humanosi la izquierda pone en valor a la sociedad como objetivo a salvaguardar, por encima del mercado, por encima de la ganancia, como razón última del capital financiero mundial, porque tras esta ganancia, se esconden proyectos que consideran al ser humano, elemento prescindible, por tanto, los sentimientos y sufrimientos de la mayoría, desestimables, y la izquierda solo podrá hablar con la autoridad necesaria si se organiza y estructura como una fuerza internacional.

En Alemania, la mayoría de escaños lo tiene el conjunto de la izquierda. La socialdemocracia, el SPD, no obstante ha perdido de nuevo su techo electoral, habiendo disminuido, y de seguir el camino blando de ser el parachoques de la política merkeliana, por mor de su responsabilidad de estadistas, su futuro no sera mejor que el del PASOK griego, mientras que Die Linke y los verdes, han aumentado. Sería todo un gesto grandioso, que en conjunto, la izquierda alemana asumiera el rol de organizadores para convocar, si no un congreso mundial fundacional de la internacional, al menos una conferencia mundial de la izquierda en donde los delegados discutieran que futuro quieren para hacer de la economía un bien capaz de garantizar el futuro de la humanidad, porque existen los medios materiales, científicos, tecnológicos, culturales y sociales para hacer una economía sostenible, solo falta la decisión política y el valor necesario de reclamarla para el conjunto humano frente a los banqueros codiciosos, frente al capital financiero mundial.

jmrmesas


cuatro de octubre de dos mil trece

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