domingo, 20 de octubre de 2013

DE JUECES Y SINDICATOS


DE JUECES Y SINDICATOS

LA REPETICIÓN COMO PEDAGOGÍA

Repetir, repetir y repetir es un viejo y conocido método para grabar en la memoria cualquier cosa que quieras recordar o quieran que recordemos de manera indeleble, imborrable; este antiquísimo método se emplea profusamente, en los más variados ámbitos, lo emplea el capital financiero internacional, las 147 empresas transnacionales, entre las que están todos los grandes bancos sistémicos, que les dice a sus gobiernos que hagan recortes porque el estado de bienestar -el welfare state- es insoportable y hay que hacer recortes, y sus gobiernos nos lo repiten machaconamente, porque siempre habrá una parte de la población, que se lo creerá, nos lo repiten los publicistas cuando quieren que compremos el último móvil, que menos dinero, que te quita, te lo da todo; cuando quieren que compres el nuevo detergente o cualquier chuchería, que sacarán los últimos euros que tengas ahorrados, porque el destino del dinero es el mercado para pasar a través del banco a un paraíso fiscal, donde ellos lo dedicarán a la especulación, que es la forma de producción del capital financiero internacional, para tener al trabajador a la ciudadanía, bien cogido, porque así lo dominan, por eso, la repetición es un importante método pedagógico, para grabar en la memoria ciertos temas que, ellos, quieren que aceptemos y nos creamos.

No es baladí el hecho que desde periódicos y tertulias, y sobretodo, los políticos de la derecha no paren de hablar para culpabilizar a los sindicatos y a los propios trabajadores de la ruina a la queel capital financiero internacionalel cartel de las 147 multinacionalesnos aboca, y esa repetición, día tras día, escupida, vomitada, en periódicos, tertulias y por políticos burgueses, da sus negros y contaminantes frutos, porque cuando escuchas hablar a esa clase media, -trabajadores que aún conservan cierto desahogo, porque la crisis les está rozando suavemente- su bestia negra son los sindicatos, o más peregrino aún, resulta que la farmacia hospitalaria se ha encarecido porque élellaconoce a una enfermera que se lleva las compresas a su casao que un médico ha cogido unas aspirinas, y este hecho puntual se generaliza, y así resulta que si una empresa va mal, la culpa es de los sindicatosde las centrales, y ninguno se para a pensar en semejante disparate, ninguno se le ocurre pensar en el dinero que los banqueros y empresarios del ibex 35 sacan a los paraísos fiscales, para no pagar impuestos a Hacienda, porque, ya se sabe, hacienda somos todos, pero unos somos más y otros no son nada, y este resultado, de este tipo de repetición, cala, permea, porque la batalla ideológicaha desaparecido de las filas de la izquierda, empeñada en el parlamentarismo, que solo sirve para producir la maraña legal que permite el increíble y desigual reparto de la riqueza, para cubrir con un barniz de legalidad el robo, el expolio de la burguesía.

Estamos confrontados a una batalla decisiva, y en esta batalla, la burguesía pone en tensión todas sus fuerzas, todas sus opciones, todas sus huestes, confesables e inconfesables, y entre ellas, los jueces son una de sus opciones, porque la judicatura se nutre mayoritariamente de elementos procedentes de ambientes conservadores, y en no pocos casos, de personas cuyas familias y estatus tienen una vinculación determinante con el bando vencedor, y cuyas preferencias, pulsiones, les hace más o menos selectivo según provenga el delincuente; los jueces, personas, a fin de cuentas, están sujetas a los mismos sentimientos que el común de los mortales; recuerdo una película francesa, que retrata el ambiente de la judicatura gala en la época de la ocupación nazi, la vi hace años y no recuerdo quien la dirigió, pero la trama es que los jueces dictan sentencias imbuidos de no disgustar al ocupante nazi, porque ellos, jueces, personas, se cuidan de salvar su pellejo sin entrar en conflicto con el ocupante, como todos, y eso era así, entonces y es así, ahora, por lo tanto, los jueces tienen sus preferencias, su visceralidad, sus motivos para poner su énfasis en este o en aquel, y esto es posible que se esté desarrollando, en Andalucía respecto al caso de los eres -E.R.E.-, y de los sindicalistas implicados, por lo tanto, sus compañeros de la UGT no aciertan abucheando a una juezaAlaya, que tendrá o no sus particulares pulsiones hacia la izquierda, pero toda la visceralidad justiciera de los magistrados, se la tendrían que tragar, por mucho que quisieran escupirla, si no tuvieran donde pillar, y el caso, desgraciado caso, es que pillanagarran, porque existe una parte corrupta que las centrales sindicales tienen que limpiar, y no valen las explicaciones de los dirigentes, porque la realidad, los testarudos hechos cotidianos demuestran que las centrales sindicales, en España, pero también, de forma genérica, en el resto del mundo, no cumplen con su tarea reivindicativaporque el uno por ciento posee la mitad de la propiedad del mundo, y esto ha sucedido y sigue sucediendo porque se ha abandonado la lucha reivindicativa e ideológica, y afanados, la burocracia sindical en ser responsables, de dar una imagen, que pudiera ser vendible socialmente, presentable, acorde con los procesos de negociación, es decir, acudir a las negociaciones convencidos de la idea de poder discutir con la patronal de tu a tu, porque tienen respuestas a sus cifras amañadas y conocen sus triquiñuelas, en vez de poner sobre la mesa, las reivindicaciones y la fuerza, esos dirigentes, esos métodos han sido los responsables de la paz social que hemos tenido, hasta aquí, mientras la lenta carcoma del parlamentarismo burgués construía la base legal del proceso de rapiña de los mercados, se desproveía a la ciudadanía de las conquistas sociales conseguidas a fuerza de sacrificio, mucha lucha obrera, a veces sangrienta, para segurar una sanidad pública, implementada con los medios materiales públicos, una enseñanza pública, siempre recortada, derechos y libertades, ahora, cada vez más reducidas, más vigilada, mientras el capital financiero vaciaba las empresas descapitalizandolas, volcando los dineros en los paraísos fiscales, esos métodos sindicales desmovilizan a la clase obrera, porque no se trata de mandar a las negociaciones a finos universitarios que miden sus conocimientos con la patronal, se trata de plantear las reivindicaciones necesarias para que la calidad de vida y trabajo de los obreros no terminen como en Bangladesh, convertidas y convertidos en combustible de una enorme pira que alimenta la voracidad de los mercados, no se puede convocar una manifestación contra la reforma laboral para gritar vanalidades, -que se metan por el culo la reforma laboral- las consignas son objetivos a conseguir y los objetivos a conseguir, cuando la automatización del trabajo es cada vez mayor, y el trabajo, cada vez más especializado y necesitado de mayor cualificación profesional son, escala móvil de horas de trabajo, escala móvil de salarios, exigencia de cursos de formación dentro de la jornada laboral, es la elaboración de una base de datos sindical, en la que se demuestre el expolio de los trabajadores y de la ciudadanía a manos del capital financiero, y eso, claro está, haría pedazos esa imagen presentable del sindicalismo negociador.

Acabar con el estado de bienestar es el objetivo que se ha fijado el cartel de las 147 multinacionales que controlan la economía del mundo, y Draghi, el presidente del BCE es el dinamitero encargado de exigir de los gobiernos europeos, mano dura y no cejar en los recortes, y aquí, el silencio es mortal, por lo tanto, este objetivo de los mercados es el que hay que repetir, la ciudadanía tiene que apercibirse de que existe un complot internacional del capitalismo para acabar con un modo de vida que ellos consideran peligroso para el sistema, y los sindicatos, la izquierda europea, todos aquellos con un mínimo de sensibilidad y sentido común, tienen que explicar esto a un ciudadanía indefensa y intoxicada por la propaganda burguesa, porque si el cartel de las 147 transnacionales consiguiera, el objetivo, Europa, la avanzada de la ciudadanía mundial, estaría cavando la trinchera de una próxima guerra devastora, y eso sería imperdonable.

No se trata de abuchear a los jueces, se trata de desmontar ese complot internacional contra los trabajadores, contra la ciudadanía, porque el capital financiero internacional está fabricando las pruebas para demostrar sus razones, y si pudo ser capaz de demoler las torres gemelas, en su propio santuario, cómo no va ser capaz de fabricar, las que hagan falta, para mantener un sistema de producción obsoleto, que solo sirve a menos del uno por ciento.

jmrmesas

veinte de octubre de dos mil trece

No hay comentarios:

Publicar un comentario