PRIMEROS PASOS
TANTEANDO EL TERRENO
La declaración de la X
asamblea de Izquierda Unida parece haberse percatado que dentro del
sistema no hay alternativas y que por lo tanto hay que romper con él
preparando un bloque social y político capaz de organizar la
ruptura, y desde esta perspectiva parece que la declaración explica
por qué hay que luchar por una nueva constitución, un nuevo orden
social y político para traer una tercera república, una nueva
república federal, en España, y aunque la declaración comienza
situando el problema principal en la actual Unión Europea, que
no nos sirve, y que hay que refundar, la
realidad es que salvo esa introducción genérica, y la afirmación
de su líder, Cayo Lara, en la intervención de cierre de que IU es
la syriza española, nada hace suponer que la X asamblea de IU
haya entendido la dimensión de la quiebra del sistema, -tampoco, la
SYRIZA griega-, porque una vez situado el problema, al comienzo de la
declaración, no hay ni una sola medida dirigida a proponer e
intervenir en la política europea para refundar esa Unión
Europea, que no nos sirve.
El sistema no nos sirve,
no solo a los españoles, tampoco a los griegos, italianos,
irlandeses, ni franceses, británicos, alemanes, ni estadounidenses y
por supuesto, ni a egipcios, sirios, etc., etc., porque en cuarenta
años, la economía se ha transformado de economía productiva a
economía especulativa.
Los economistas tiende a
obviar este tipo de datos porque están embebidos por el sistema, y
de su horizonte desaparecen estas consideraciones, que son
fundamentales, y como muestra véase el documentado
y apabullante artículo, lleno de
exquisitos gráficos estadísticos, sobre las repercusiones de los
salarios en la economía europea, que, evidentemente, si se desprecia
la transformación de la economía productiva a economía
especulativa, si se desprecia la benevolencia del Estado, de los
Estados, del mimo con el que obsequian a las grandes fortunas, a las
grandes empresas, en su tratamiento fiscal, evidentemente, poner
énfasis en los salarios, son ganas de hacer el problema insoluble.
La economía productiva es esa parte del proceso de producción en la
que, desde la extracción de la materia prima, su preparación y su
transformación en mercancía, -objetos desde un modesto bolígrafo a
un sofisticado avión comercial de última generación- implica el
empleo de una masa laboral determinante, y aunque el proceso de
automatización, cada vez hará menos necesaria la fuerza de trabajo,
aún hoy, esta sigue siendo crucial, y en la transformación de la
economía, el balance entre economía productiva y economía
especulativa el cambio, en estos últimos cuarenta años, la relación
se ha invertido desde los años setenta del siglo pasado a la
actualidad, pues si en aquellas fechas la especulación suponía
entre el 20% y el 30% del conjunto, en la actualidad, esos
porcentajes corresponden a la economía productiva, y esto es la
razón por la que, desde mi particular y humilde opinión, el sistema
ha quebrado, desde una perspectiva social y humana, haciendo que el
problema salte de las fronteras nacionales.
De igual modo, no se ha
tenido en cuenta la enorme cantidad de fraudes financieros cometidos
por los grandes bancos, especialmente en Europa con condenas, como la
del suizo
UBS, por la manipulación del
libor, y cuando esto sucede, y está pasando a lo largo de todo este
año y de los anteriores, no es un simple apunte, es todo un síntoma
de deterioro del sistema de producción mercantil, por eso insisto en
que no se si la asamblea, se ha percatado de la profundidad de la
crisis, porque es imposible tener políticas estrictamente
nacionales, como
lo evidencia la propia economía alemana, según
palabras del propio candidato del SPD, que habrá de competir con la
cancillera Merkel: Siete millones trabajan por menos de 8,5 euros
la hora, 1,3 millones trabajan por menos de 5 euros la hora, 900000
subcontratados trabajan por un salario que es un 40% menor del que
reciben sus compañeros por el mismo trabajo, uno de cada dos nuevos
contratos de trabajo es temporal. Todo verdad, pero todo consecuencia
directa de un SPD que vendió su alma al neoliberalismo. Y en esta
venta, Steinbrück fue el protagonista. Según
describe el corresponsal de
La Vanguardia, en Berlín, pero, especialmente, resulta
llamativo, que ante sometimiento del resto de los Estados de la Unión
Europea a las tesis alemanas sobre el supervisor bancario que habrá
de controlar a los bancos, se acepte que la asamblea no mencione el
fraude del Deutsche
Bank, mientras más del 80% de la economia financiera española
está controlada por el BCE de Draghi, semejante olvido no puede
significar más que una falta de política europea de Izquierda
Unida, que por ahora, parece estar en la buena dirección para
remontar el acoquinamiento de la izquierda en España.
Estoy
firmemente convencido de que una remontada de la izquierda, en el
ámbito internacional pasa por encauzar la lucha en Europa, y para
que esto sea efectivo, una dirección que se quiera apoyar en la
ciudadanía trabajadora, debe tener vocación internacionalista, y
esa vocación no la observo por ningún lado, ni en la Syriza griega,
ni en la syriza española,
y así como la ciudadanía internacional objetiviza sus problemas
cotidianos en la especulación y los banqueros, una política que
quisiera aglutinar semejante hostilidad hacia unas finanzas
deshumanizada, debería de construir políticas capaces de
transformar esa hostilidad en una lucha práctica por la
erradicación de los paraísos fiscales,
por las condonaciones de
todas las deudas
soberanas -me ha parecido
muy valiente y objetivo el artículo del señor Vicenç Navarro
explicando porque no se
deberían de pagar las deudas- cuyo único objetivo es
empobrecer, y de este modo sojuzgar a los pueblos para imponerles sus
políticas calamitosas, y la adopción de una moneda
única internacional que constriñera las manipulaciones del capital
financiero internacional,
los mercados,
el superimperialismo, y concretamente, en Europa, esa lucha, como
dice la declaración de la X asamblea, esta Unión Europea que no nos
sirve, debería de haber recogido la idea de luchar por los Estados
Unidos de Europa, concreción, según, humildemente creo, de la
alternativa a la actual Unión Europea, por lo que echo a faltar
medidas para contactar, internacionalmente, con otras fuerzas afines,
capaces de ir construyendo la red en la que atrapar a ese reducido
pero poderoso uno por ciento que nos imparte ordenes, a través de
los gobiernos, que por cierto, no han elegido, lo cual demuestra el
grado de perversión.
Dicho
esto, creo y espero que Izquierda Unida, por el bien de los más
necesitados y oprimidos, sea capaz de recoger el malestar ciudadano y
transformarlo en un potente movimiento que impulse, a los españoles
y a los europeos en ariete contra el capital financiero
internacional, y en este sentido, trataré de sumar fuerzas.
jmrmesas
diecinueve
de diciembre de dos mil doce
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