domingo, 18 de noviembre de 2012

SOBRE LA MADUREZ POLITICA DEL MOVIMIENTO DE MASAS


SOBRE LA MADUREZ POLITICA DEL MOVIMIENTO DE MASAS

¿ESTAMOS PAGANDO LA CRISIS?

     La crisis desencadenada en 1929 tuvo un recorrido largo de una serie de años en los que los movimientos de masas se fueron decantando y justamente, tras una década en las que las sociedades de todo el mundo experimentaron penalidades muy diversas, en 1939, comenzó la SGM que habría de durar aún seis años, y la humanidad conoció la más traumática de las guerras, tras la cual, la reconstrucción de los destrozos causados, se disparó un crecimiento espectacular al calor del conocimiento producido por los avances en todos los campos de las ciencias y de la tecnología logrados en un espacio de tiempo que media entre el hundimiento de Wall Street en 1929 y la llegada del hombre a la Luna en 1969.    Cuatro décadas más tarde del famoso crack del 29, fue un enorme espacio de tiempo que se llevo por delante muchas esperanzas y muchas vidas rotas de varias generaciones sacrificadas en el último reparto del mundo, y ese reparto, aún vigente, con los inevitables ajustes producidos por la correlación de fuerzas de los sesenta y siete años transcurridos desde el final de la guerra mundial a nuestros días, no parece que esté puesto en discusión, ni siquiera por la buroburguesía china y mucho menos por los neoburgueses rusos, por lo que es posible deducir que la actual crisis tendrá un desarrollo largo, que a falta del cataclismo bélico, motor de la reconstrucción industrial, sus consecuencias sociológicas, marcarán los comportamientos humanos y sus lineaciones en el terreno de la política, la economía, la vida, en su acepción más extensa porque estamos entrando en una nueva dimensión, en la que el mundo ya se ha convertido en lo alguien denominó aldea global, sin que la gran mayoría humana se haya apercibido de ello, en toda su extensión.

       Sin embargo, la decantación social no progresa en el sentido que haría posible un gran salto, porque la mayoria social no tiene la política necesaria para que la acción genere nuevas experiencias que supongan anclajes donde se condense la consciencia y esta se transforme en peldaños desde los que ampliar la necesaria profundidad para comprender como se mueven los intereses de las clases.

       La gran manifestación con la que concluyó la huelga del 14N, que si fue importante lo fue, precisamente porque desarrolló un proceso de contestación social coordinado y sincronizado en una buena parte del territorio de la Unión Europea, hizo de laboratorio experimental para comprobar ese grado de madurez de la consciencia de la lucha, pues la movilizaciones son el banco de pruebas donde se ponen en práctica los avances y retrocesos, que se pueden apreciar, como no podría ser de otra manera, en la propia acción, en la organización de la manifestación y en las consignas que exhiben las pancartas, sobre todo de las organizaciones convocantes.     Sin entrar en detalles más concretos, como por ejemplo, podría ser la función de un buen servicio de orden que detectara a los infiltrados, tanto gubernamentales como fascistas, destinados a provocar, las consignas coreadas son un buen termómetro para comprender cual es ese grado de madurez política, y así por ejemplo, se ha pasado de corear, ESTA CRISIS NO LA PAGAMOS, -desaparecida en el combate- que era una buena consigna porque expresaba que las crisis económicas del capitalismo, siempre las pagan los mismos, a corear, que se metan por el culo la reforma laboral, que es un exabrupto que no dice que tipo de reforma laboral queremos los trabajadores, porque los mercados, el capital financiero internacional sí dice que reforma laboral quiere: salarios de hambre, reducción de derechos laborales, sindicales, sanitarios, culturales, y etc., etc., que es lo que son los recortes, mientras que desde las filas de la izquierda no se dice que reformas serían las necesarias, por ejemplo, jornadas de seis horas, salarios de dos mil quinientos euros (no habría que recurrir al crédito usurero), y sobre todo, que el capital no se vaya por el sumidero de la contabilidad B de los bancos hacia los paraísos fiscales, cotice en función de los beneficios obtenidos y los capitalistas -banqueros y empresarios- coticen en función de sus reales patrimonios, dicho sin ánimo de ser exhaustivos, y esta diferencia, en el tipo de consignas coreadas sí expresa un retroceso político que denota la irrelevancia de las direcciones políticas de la izquierda, solo pendientes de recoger votos, y aquella consigna de esta crisis no la pagamos se ha volatilizado porque siendo consecuentes, habrían de haberse avanzado los objetivos que organizaran la lucha para no pagar la crisis, con los que, a pesar de las intenciones de los parlamentarios de izquierdas de querer avanzar, hemos de suponer, prestan al sistema un falso reconocimiento, que es lo que expresa el que no nos representan.

COMO SE HA LLEGADO HASTA AQUÍ

       En mi anterior apunte mencionaba la interrelación de los consejeros que desarrollan su labor en diferentes consejos de administración, y ponía el énfasis en el caso del magnate del acero, el hindú Mittal, que reparte su tiempo entre la dirección de su vasto imperio siderúrgico y la gestión en los consejos de administración de Goldman Sachs y EADS (la mención de este señor, no encierra ninguna intención particular, solo que su nombre -Mittal- se presta a ser tomado como un icono, al igual que, por ejemplo, Soros, sin que en este apunte, por mi parte, vea intenciones ni mejores ni peores en ellos que en otros, que hacen idénticas tareas), y este empeño por mi parte en demostrar la función económico política de los consejeros está enfocado a explicar que dada la naturaleza de las tareas que acometen estas empresas, cuyo ámbito traspasa las fronteras de estados y territorios tan diversos, necesariamente les convierten en un poder supranacional, presionando a los poderes políticos gubernamentales, por diversos caminos y vías para conseguir eliminar obstáculos a las empresas y a los intereses que les proporcionan sus cuantiosos medios, tanto de manera directa como indirectamente, y este modo se presta a la influencia venal, es decir, el soborno, la corrupción, y a este tipo de presiones es a la responden los gobiernos, legitimamente elegidos cuando deciden oír a esa poderosa minoría, que indefectiblemente coincide con lo que se ha dado en denominar los mercados, en contra del mandato de la ciudadanía.   Todo el desarrollo de la economía mundial habido desde los años en los que el mercado quedo estructurado por las empresas multinacionales ha sido un continuo fluir de acuerdos en los que las grandes empresas multinacionales han conseguidos obtener un conocimiento profundo del ámbito donde desarrollan sus negocios, y que vulgarmente es conocido como el mercado, pero en tanto que el entorno de sus intereses empresariales monopolísticos están inscrito en el terreno internacional, el mercado es el conjunto mundial, y este interés en conocer sus posibilidades, les proporciona un conocimiento profundo de naciones, territorios, yacimientos de todo tipo de materiales, metales estratégicos, fuentes de energías, recursos naturales y sociales, así como de las legislaciones que les afectan y la forma de soslayarlas, o simplemente burlarlas, porque lo que cuentan son los objetivos, y eso incluye conocer no solo la práctica de los gobiernos y la posibilidad de lograr aliados en ellos, como la disposición de la ciudadanía a defender sus recursos.

          Este tipo de desarrollo empresarial es el que está presente en las grandes empresas multinacionales, sin límites de tiempo, mientras que el espacio de tiempo de cualquier gobierno está limitado, al menos, a la duración de una legislatura, y esta tensión es la dinámica que mueve la gestión de los consejos de administración, que una vez estructurado el último reparto del mundo, se dedican a tratar de dominarlo, con acuerdos y fusiones, unas veces, con absorciones, opas hostiles, o destruyendo al adversario otras, porque el objetivo es el dominio en solitario, y mientras en este ambiente de efervescencia social la decantación de las clases sociales se polarizan en primera instancia, en función, no de sus intereses de clase, sino de sus valores y mitos, -nacionalismos, razas, religión- la pequeña burguesía es la primera en prestar oídos a las teorías de extrema derecha, que siempre reduce el problema a una mera cuestión de ley y orden, represión sin más, como si la pobreza, la incultura, la enfermedad, pudiese reducirse a un mero problema de represión, cuando no es más que un aplazamiento, y sin embargo, cuando como ahora, los objetivos de clase son vitales para orientarse entre la espuma de la efervescencia social, son las teorías fascistas, más o menos abiertamente expresadas, las que canalizan y polarizan a los sectores más dispuestos a impedir los cambios necesarios, es decir, a dejar las cosas como hasta ahora, cuando eso es imposible, y esto ha sido así, porque el abandono de la lucha revolucionaria por el cambio de sociedad, fue abandonada por la socialdemocracia y su rama radical, los partidos comunistas que creyeron las teorías del socialismo en un solo país y de la coexistencia pacífica, la cual facilitó el desmantelamiento ideológico de los luchadores obreros, que faltos de una guía, aceptaban la vía parlamentaria, no como un medio para organizar la lucha, sino confiando en el sistema, el cual se ha dotado de un entramado legal que dificulta, obstaculiza e impide la organización de esta lucha de clases, y ahora asistimos en Grecia al experimento fascista de contemplar como un grupúsculo dispones de medios cuantiosos para repartir asistencia sin que nadie se plantee de donde proceden los dineros que utilizan los fascistas, quienes son los que los financian.
  
         Los planes de las grandes multinacionales, con una visión dinámica de la actividad económico política, pueden durar mucho más tiempo que el mandato de un gobierno, cuyos planes siempre son a corto plazo y esta perspectiva de cualquier multinacional, cuyos objetivos pueden extenderse en el tiempo, desde luego no es contestada, por los gobiernos, que consideran legítimo tales objetivos, para los cuales, cuanto más desregularizado sea el mercado, tanto mejor resultan las posibilidades de las grandes multinacionales para tomar los países como si de una finca privada se tratase, y esta actividad que es la que les permite a las multinacionales el compadreo con los gobiernos, solamente podría ser contestada por un partido obrero internacional, porque solo objetivos globales puede darle a la ciudadanía una perspectiva de conjunto capaz de orientar las políticas sociales con un contenido que se sobreponga a la visión cortoplacista de las contiendas electorales, por eso considero que el superimperialismo, al tener como campo de operaciones al mundo, en toda su extensión, y tener planes que se extienden en el tiempo, necesariamente demandan desde la izquierda, politicas que rebasen el marco nacional, y esta política pasa por fijar objetivos, y solo comenzando por fijar objetivos estratégicos para la acción inmediata se conseguirá construir el partido obrero internacional, y desde esta perspectiva la lucha por controlar las finanzas es la principal y más importante cuestión, y eso es lo que significan las consignas erradicación de los paraísos fiscales, condonación de las deudas y una moneda mundial, porque todas ellas combinadas entran en ese coto cerrado que son las finanzas mundiales, por eso estos objetivos, internacionalistas, se complementan con la necesidad de que la izquierda abanderase la lucha por los Estados Unidos de Europa, porque tal lucha segaría la hierba bajo los pies de las burguesías europeas, cuyas maniobras están destinadas a mantener dividida a la ciudadanía europea, en la cual ven su enemigo histórico de clase.
jmrmesas
diecinueve de noviembre de dos mil doce

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