martes, 23 de octubre de 2012

CONTRIBUCION INTERESADA A LA ASAMBLEA DE SOCIALISMO 21

CONTRIBUCION INTERESADA A LA ASAMBLEA DE SOCIALISMO 21

PRECEDENTES

Los últimos años del siglo 19 y comienzos del siglo 20, la lucha de clases estuvo dominada por la potencialidad de las grandes empresas, los grandes monopolios que dominaron la economía reduciendo el ámbito del mercado, cada vez más dominado por el papel de estos monopolios que fijaban precios y controlaban la producción hasta el punto en que la burguesía industrial terminó por entregar el control de la producción a la gran banca nacional.
Esta época etiquetada como imperialismo, fue la causa que empujo a las diversas burguesías europeas a competir por la conquista de nuevos mercados, que en su afán de repartirse el mundo, dio lugar a las dos guerras mundiales, habidas en las primeras décadas del siglo 20, sin embargo, la consecuencia que esa disputa por el reparto del mundo tuvo, fue la pérdida del control del conjunto de la burguesía europea, que hubo que ceder ese control a la floreciente burguesía de Estados Unidos, y otra aún más dolorosa, que fue el nacimiento, primero y un aparente afianzamiento posterior, del primer país que culminó con éxito la primera revolución social, en Rusia.
Estos precedentes son los que habremos de considerar para tratar de enmarcar las características del capitalismo habido a lo largo del siglo 20, y que configuran las condiciones en las que se desarrolla la lucha de clases en la actualidad, pues estas características definen las condiciones requeridas para poder responder, eficazmente, a las maniobras del capitalismo, en esta etapa decadente, en la que está sumiendo a la humanidad en unas condiciones de empobrecimiento artificial, ante la carencia de una política de clase que sea capaz de expresar el sentir de la ciudadanía mundial.
Tras la SGM, las maltrechas burguesías europeas empezaron a entrever que la pérdida del control de los asuntos del mundo pasaba a las manos de la floreciente burguesía de la otra orilla del Atlántico, la cual, era consciente de su poder y desde ese momento, tomó la dirección de los asuntos del mundo, comenzando por la decisión de convertir su moneda, el dólar, en la moneda que regularía el comercio mundial, decisión percibida, claramente por el representante europeo en las discusiones de Bretton Woods, Keynes, que propuso el bancor, como la moneda que habría de regular ese comercio internacional. Ese enfrentamiento blando entre el representante europeo y el representante de Estados Unidos, definía la desconfianza entre las burguesías europeas y la burguesía de EEUU, que evidenciaba, no obstante el peligro soviético, la inicial voluntad de las burguesías europeas que se resistían a perder el protagonismo que tuvieron durante el siglo19 y comienzo del 20.
El resultado fue una larga etapa de enfrentamiento colaborador, en la que la burguesía europea puso toda las posibilidades que podía en impedir el papel del dólar como única divisa internacional, y mucho antes de que el presidente Nixon, tomara la decisión de sacar el dólar del patrón oro, EEUU, previendo la imposibilidad de que el dólar cubriese las necesidades del comercio mundial, ya en tiempos del presidente Kennedy, se propuso una suerte de moneda alternativa, los DEG -derechos especiales de giro- que pudiesen paliar el déficit de divisas capaces de cubrir las necesidades del comercio internacional. Aún así, existió una guerra sorda en la que se hacía fluctuar el precio del oro, o se especulaba contra el dólar, en un intento de restar poder a la burguesía del complejo militar-industrial de EEUU, que aprovecho todo ese tiempo en extender sus empresas monopolistas a lo largo y ancho del mundo, configurando el inicio de la globalización capitalista y financiera del mundo.

ESTRECHANDO LAZOS

A lo largo del siglo 20, las necesidades de la reconstrucción de medio planeta, al tiempo que se reconvertía la tecnología militar en artilugios para el consumo,imprimió un desarrollo desconocido hasta entonces que contribuyó a mejorar las condiciones de vida de la población, a ambas orillas del Atlántico, con unas consecuencias ambivalentes, pues la mejora de esas condiciones dio pie a una ofensiva ideológica para carcomer la conciencia de clase, y cuya principal víctima fueron los dirigentes obreros, que sin política de clase -eran los tiempos de la coexistencia pacífica- sucumbieron, no sin duras luchas a la ofensiva del capital financiero, ya capital financiero internacional. Fue la etapa de los reaganomics propiciados por el pacto Thatcher-Reagan, -permeados por las teorías económicas de Von Hayek y Fieedman- que significaron un drástico recorte en las retribuciones salariales, y el auge de los impuestos indirectos.
Esa etapa fue la del estrechamiento de los lazos de clase entre las burguesías de ambas orillas del océano, extendida posteriormente hasta el Pacífico para acoger a la burguesía nipona, y este estrechamiento de lazos de clase se hizo, no por prolijas discusiones ideológicas, sino por la más efectiva de compartir asiento en los consejos de administración vía participación accionarial, mientras que el entramado de instituciones internacionales, como el FMI, daba las pautas de los acuerdos, y así, una vez pasados los embates contra el dólar, y afianzada esta moneda como única divisa efectiva del comercio mundial, los DEG, que durante los setenta del pasado siglo, jugaron un papel de contención, empezaron a perder vigencia. Este papel de los DEG expresa, mejor que cualquier otro dato el acuerdo de las principales burguesías (estadounidense, europea y japonesa), pues en su origen, el valor de su cotización se hacia en función de una cesta de monedas que reunía, cito de memoria, más dieciséis o dieciocho monedas, y actualmente, la última valoración que tuvo lugar, creo, en 2010, se hizo en función de cuatro monedas, dólar de EEUU, libra esterlina, euro y yen japonés, y a esta participación accionarial y a esta dinámica de encuentros internacionales, informales y formales, particulares y gubernamentales, es a lo que denomino superimperialismo.
Este funcionamiento del capitalismo, que disparó el crecimiento económico, durante al menos, tres décadas, varió la estructura económica de la sociedad mundial varias veces, pues el crecimiento de las fuerzas productivas, que la ciencia, la tecnología y los procesos de producción trajeron, configuraron la estructura del mercado, haciéndolo internacional, interrelacionando territorios, materias primas, procesos, empresas, bancos, y finanzas, como nunca antes, reduciendo la tendencia del desarrollo desigual, (por eso se deslocalizan las empresas de Europa y EEUU) pues las fuerzas productivas, no cesan de crecer, aunque el principal consumidor de estas fuerzas productivas, no es la sociedad civil sino la industria militar en su conjunto, pero principalmente, el complejo militar-industrial de EEUU, el cual incluso financia un programa HAARP que pretende modificar un sector limitado de la ionosfera, -¿Una deformación del viejo sueño de Tesla?-, pero que otros consideran que la finalidad es utilizar el clima como arma de guerra, por lo tanto, podemos decir que el capitalismo ha internacionalizado el mundo, y que lo nacional es solo el señuelo para mantener distraída a una madura ciudadanía funcional, pero carente de la visión política de conjunto, y que la burguesía como clase, conocedora de la necesidad de romper el marco nacional, en cuanto a la producción, las finanzas, la economía, cultiva la ficción nacional, para controlar a una población desinformada, empobrecida y engañada.

EL CAPITALISMO EN SU FASE AGONICA

Así como en la etapa imperialista del capital, la economía estaba dominada por las políticas empresariales de las multinacionales, en esta nueva etapa del capital financiero internacional, la principal característica del capitalismo, es la de dictar la política a los gobiernos, estos, escudados en el genérico y enmascarado nombre de los mercados, se pliegan a las condiciones del capitalismo, para imponer a las sociedades las decisiones, que a juicio de la burguesía financiera, deben de aceptar los ciudadanos, como medio de seguir ejerciendo el control sobre los pueblos, empobreciendolos, y a esta política mentirosa, ladrona y de sometimiento abyecto, no se contesta ni desde las instancias gubernamentales ni desde las organizaciones políticas de la clase obrera, que se refugian en el nacionalismo torpe, porque creen que ahí esta su fuerza, sin comprender, que en esta nueva etapa, el, proletarios de todos los países, uníos, cobra su verdadera dimensión.
Por lo tanto, la denominación -superimperialismo- no es una cuestión menor, ya que determina que clase de política es la necesaria para oponer al núcleo internacional de la burguesía, cuya principal característica es la de definir el ámbito internacional de sus decisiones, a las que se le opone la torpe política nacional, o todavía más mala, independentista, cuando la independencia no existe, ni en lo económico, ni en lo político, valga un ejemplo, como el acontecido con el buque-escuela argentino, detenido en Ghana, porque un fondo de inversión reclama los derechos de propiedad sobre un navío de la marina argentina, o este otro, también argentino, en el que la reciente nacionalización de YPF, encuentra dificultades para encontrar inversores que pongan en producción los nuevos yacimientos.
En esta fase de declive del capitalismo, la economía productiva ha dado paso a la economía especulativa en donde el capital financiero internacional, los mercados, utilizan la mercancía por excelencia, el dinero, el cual derraman como valor de uso, mientras que la ciudadanía tiene que utilizarlo como valor de cambio para supervivir, cada vez en mayor proporción, en donde, en los últimos años los delitos económicos son el pan nuestro de cada día, tanto en la manipulación de los índices de referencia, como en la manipulación de información privilegiada, como en el falseamiento de los datos, y un largo etcétera, que demuestran, de un lado, la inutilidad del sistema como medio de garantizar las necesidades de la sociedad, cuando existen los medios necesarios para que así fuese, y de otro lado, la quiebra moral de los encargados de velar por la limpieza y honradez de los dineros confiados a su custodia, y esto es así, porque mientras se estruja a la ciudadanía de mil u una manera, los poderosos, los que controlan, guardan y manejan los dineros, es decir, financieros, especuladores: banqueros, los mercados, cuentan con la protección y el beneplácito de los gobiernos, que mientras escudriñan la nóminas de los trabajadores, profesionales y pequeños empresarios, facilitan medios para que los poderosos se lleven las ganancias a los antros del terrorismo económico, los paraísos fiscales, en donde, según indagaciones, se estima que el valor del dinero oculto es billones de dólares, pudiendo alcanzar más de treinta billones de dólares, quedando patente, que semejante cantidad no podría esconderse sin la colaboración de los estados y gobiernos que prestan protección a los que eluden la carga fiscal, y aún todavía más sangrante, cuando semejante cantidad de dinero está controlada, manejada y negociada por los mismos bancos y banqueros, a cuyo rescate han acudido los estados y gobiernos, que ponen a disposición los caudales públicos, con facilidades insultantes, para la enorme mayoría social que soporta el esfuerzo de la crisis.

LA RESPUESTA DE CLASE

Ha sido ese crecimiento de las fuerzas productivas el que ha dejado pequeño el marco nacional, sobre todo, en Europa, donde la interrelación de los procesos de producción necesitaban deshacerse del corsé nacional para crecer, pero como las contradicciones del capitalismo no pueden ser abordadas más que mediante el choque, pues en la medida que la sociedad se compone de clases enfrentadas, estos intereses no admiten conciliación sino enfrentamiento y eliminación, y dado que esos intereses no son solo entre burguesía y proletariado, sino interburgueses, la burguesía de EEUU, temerosa del papel que adquiría el euro como moneda de reserva -la deuda de UE, en términos globales, es menor que la deuda de EEUU- la respuesta a los cautelosos pasos que da la burguesía europea, ha sido el ataque al euro, cuyas debilidades son conocidas, poniendo en marcha las agencias de calificación de EEUU, como medio de presión; el resultado es que tras cinco interminables años de recortes, el proceso no ha variado porque en lo fundamental, el mundo financiero sigue sin ser regulado, es decir, los problemas que darían estabilidad a la economía son la regulación del conjunto de las finanzas internacionales, el sistema monetario, y el desbloqueo del comercio agrícola (el único que está estrechamente sometido a la protección de los grandes países capitalistas de los países industrializados), y esto no se hará de un modo favorable para la ciudadanía mundial, sin un levantamiento, que se quiere pacífico, más no por eso menos firme y exigente, de al menos, la ciudadanía europea y si fuese posible acompañada del resto de la ciudadanía mundial reclamando para la sociedad el modo de producción de mercancías, en una primera etapa, para cubrir las necesidades del conjunto humano, siendo esta, la respuesta de clase, por donde pasa hoy el socialismo, en una primera etapa, que habría de llevarnos a la superación del modo de producción antagónico.
En estos últimos años, el asedio al que los mercados están sometiendo a la ciudadanía, especialmente europea, con la complicidad de los gobiernos, han ido muy lejos y se empieza a reconocer la necesidad de introducir alguna medida de freno a los recortes porque de continuar, se estaría poniendo en peligro al conjunto de la economía mundial, lo que, leyendo entrelíneas, significaría que el sistema podría entrar en barrena, por eso, el FMI, recomienda contención y pautar los recortes, y ante esto, la respuesta de la izquierda, sin política alternativa es salir del euro. Eso va contra el sentido del curso de la historia. ¿Por qué los compañeros de socialismo 21 se consideran más de izquierdas que Syriza? ¿Por qué si se considera que el euro no es la solución se pretende retroceder? ¿Por qué si las debilidades del euro son su carencia de una fiscalidad, un tesoro, no se lucha por los Estados Unidos de Europa? Hay que ir, al menos, un paso por delante de lo que las burguesías europeas pretenden, y si ellos pretenden la unión bancaria, nosotros debemos exigir un gobierno europeo, responsable ante un parlamento europeo, con una ciudadanía organizada en partidos europeos, con políticas europeas, y si alguien pretende remedar una edición del octubre de 1917, es que no ha aprendido nada.
Las elecciones en Galicia y en Euzkadi demuestran que las políticas sin objetivos no son tenidas en cuenta a la hora de elegir, y si de algo vale una idea consiste en proclamarla, explicarla y luchar por ella; somos mayoría y somos la mayoría que cotiza y financia a los estados, por lo tanto exigimos que ese núcleo poderoso de multimillonarios que no cotizan y que se llevan sus dineros a los paraísos fiscales, tributen proporcionalmente al monto de sus reales fortunas, por eso es preciso organizar una movilización internacional por la erradicación de los paraísos fiscales, porque no estamos ya dispuestos a soportar la expropiación constante y continua de nuestras condiciones de vida y de nuestros derechos.
Una dirección política de izquierdas, si se respeta a si misma, no puede ni debe enmascarar su política, sus intenciones ni su ideología buscando el voto fácil y cómodo, sino que ha de utilizar su política para conseguir la fuerza social, la masa crítica a partir de la cual los procesos de cambios se desencadenaran, porque esos procesos ya están en el interior de la sociedad y habitan en las consciencias de las gentes, sino ¿Como el movimiento social desencadenado por el 15M iba a cruzar el océano y producir los movimientos de occupys?, en esta pujanza social que reclama una nueva sociedad, un nuevo mundo, baso mi esperanza en que esa gente acoja y articule el programa común, un programa mínimo pero de contenido mundial: 1. Erradicación de los paraísos fiscales, porque el dinero circula a capricho de los especuladores, y eso debe de terminar. 2. Condonación de todas las deudas, porque durante más de sesenta años ocultar el dinero socialmente producido por el esfuerzo común, ha supuesto un gran robo al conjunto humano, lo reclamamos para impulsar la ciencia al servicio de la sociedad, para impulsar la enseñanza pública y gratuita para todos, como fuente de progreso y conocimiento. 3. Una moneda mundial, porque no llegaremos a un gobierno mundial, de un día para otro, y en ese transito, vencer las resistencias y recelos nacionales requerirá del vehículo monetario que contribuya a bajar las tensiones entre países propiciando un comercio justo. Este programa mínimo, articulado por la lucha para poner el modo de producción de mercancías al servicio de la sociedad, y no al revés, como lo está ahora es el germen inicial para la recuperación del socialismo, y esto sí va a favor del curso de la historia.

¿EPILOGO?

En todos los apartados de este apunte he hecho referencia al comunismo soviético. Yo mismo fui un militante de base, en los años sesenta, cuando participaba en ccoo, y lo que me llevó al PC fue constatar que ocurriese lo que ocurriese, los militantes del PC siempre acudían y nunca fallaban, a menos que los hubiesen detenido la policía, eso me llevó a la conclusión de que eran gente seria, responsable y confiables, y siempre he guardado por ellos respeto, porque se comprometían con el partido y con su política, y cuando abandoné el partido lo hice para militar en el trotkismo, porque consideré que la política soviética no representaba los intereses de los trabajadores, no ya mundiales, ni siquiera soviéticos, por eso me parece indecente que tras el hundimiento de la URSS, que se llevó por delante la decepción una enorme cantidad de militantes de todo el mundo, aún esté por hacerse en la izquierda el balance de tan catastrófico hundimiento, y no quería terminar esta contribución, que nadie me ha pedido, a la asamblea de socialismo 21, sin dar mi opinión sobre este evento. Si la izquierda quiere convertirse en una referencia social con una perspectiva global tiene que hacer ese balance, no solo del comunismo soviético, sino de todo un periodo de la historia que abarca, prácticamente, todo el siglo 20, es decir, el balance de nuestro tiempo presente, por eso, querría que esta contribución, interesada, partidista y sesgada, pero que pretendo, veraz y honesta pueda servir para avanzar algunos metros en ese curso histórico.

jmrmesas
23 de octubre de 2012



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