jueves, 9 de agosto de 2012

UN PARTIDO INTERNACIONAL




EL PARTIDO, LA DIRECCIÓN

EL FACTOR HUMANO

Yanis Varoufakis, como otros economistas, Vicenç Navarro, por ejemplo, u otros u otros, lo que no quieren comprender, es que a la actual situación se ha llegado porque todo el entramado legal, a escala internacional, mundial, está dispuesto para favorecer a una clase, -el capital-, sobre otra clase -el trabajo asalariado-, y dada la disposición, es inevitable que se produzcan crisis; una vez producida la crisis, igualmente, su resolución, no es producto de un ejercicio de racionalidad sino de fuerza, y eso significa la necesidad de organizar la lucha y no de meras soluciones económicas, que serán siempre favorables al poder, porque este, lo plantea como una cuestión clasista,de poder, de interés, y sobre todo, porque al abandonar los partidos obreros, la teoría marxista, que se centró, precisamente, en desvelar esta naturaleza de clase, de la economía, se privó de la herramienta capaz de arrojar luz, sobre una escena, siempre en la sombra.

Los mercadosel superimperialismo, el poder evanescente (en apariencia), la necesidad de las burguesías de EEUU, y las europeaS, de entenderse, está en el entrelazamiento de los intereses de estas burguesías, lo cual indica, que las posibilidades de apoyarse en soluciones nacionales, no es realista, porque las empresas organizan su producción, como un todo, por eso, Europa, la Unión Europea, no puede seguir existiendo, como hasta ahora, de igual modo, que antaño, los reinos que componían España, tuvieron que ser unificados, (como pasó con la dispersión del poder en Alemania, o Italia), para poder ser viables, así que, será inevitable que se fuerce al euro a tener el mismo valor en toda la Eurozonapero eso significa luchar por los Estados Unidos de Europa, cosa que, semejante lucha, conscientemente asumida, por una nueva dirección de izquierda, que luche por los objetivos expuestos en los anteriores apuntes, supondría un terrible déficit de poder para las burguesías europeaS, y por extensión, a todas, pero que nadie, en la izquierda, plantea, por eso SYRIZA, cojea en su planteamiento, porque el problema del euro, una vez rebasado el planteamiento inicial de EEUU, de hostigar la moneda europea, temeroso de perder estatus, se ha convertido en la piedra angular de una compleja situación mundial económico-política.

Estoy de acuerdo, con esta afirmación que transcribo de la señora Rauber, la revolución es una construcción permanente y requiere esfuerzo político, formativo y organizativo consciente, autoconsciente. No hay linealidad, ni espontaneismos; no se daran los cambios sociales, políticos, ideológicos y culturales; serán (o no), construidos colectivamente (por las mayorías). Tampoco hay garantías respecto a los resultados: el presente y el futuro se disputan palmo a palmo, día a día, y esto, que es el abc de la lucha, quiere decir, que la fecha de caducidad del capitalismo la pondrá la lucha de clases, en el momento que una dirección, concientemente, llame a expropiar a los expropiadores, pero esta expropiación no será el asalto al palacio de invierno, sino un proceso, más o menos rápido, cuya velocidad dependerá de que se acepte que la lucha de clases ha pasado página, porque la coordinación entre la burguesía de Estados Unidos y las burguesías europeaS, configuran un salto cualitativo que va más allá del ámbito local, nacional, y aunque esté enmascarado por el estado nacional, la realidad es su naturaleza global, por tanto, en la nueva página, las reivindicaciones que han de primar son las reivindicaciones colectivas, de clase, de conjunto, por eso, las reivindicaciones que afectarán a la naturaleza del capitalismo son las que exigen poner las reivindicaciones de clase, por encima de las específicas, y eso es lo que quiere decir, poner el modo de producción al servicio de la sociedad, y no la sociedad al servicio del mercado, y en este sentido, los objetivos estratégicos medirán el grado de consciencia colectiva, empezando por el que concentra el núcleo del poder de los mercadosla erradicación de los paraísos fiscales, porque es, controlando el flujo monetario, globalmente, a través de la especulación, como los mercados, el superimperialismo, imponen sus exigencias a las sociedades. 

EL SUJETO HISTORICO

Todos los procesos revolucionarios empiezan desde abajo, porque las condiciones materiales, en las que se desenvuelve la vida de la sociedad, experimentan tales dificultades, que necesariamente han de romper normas para poder subsistir, pero para que la protesta, desde abajo, adquiera carácter de enfrentamiento de clase contra clase, requiere que el enfrentamiento discuta, (discutir no significa dialogar, hablar, sino luchar por imponer nuevos contenidos a la cotidianidad y abolir viejas normas) las leyes que les imponen los mercados, y en este sentido, no comparto las conclusiones de la señora Rauber, porque el sujeto histórico sigue siendo el que enfrenta capital y trabajo, burguesía y proletariado, y mientras exista explotación, la revolución seguirá teniendo el carácter económico, que en su análisis, la señora Rauber, menciona, por eso, la expropiación de alimentos acometida por el Sindicato de Obreros del Campo, pese a su gesto simbólico, es contestada, desde el poder, con la amenaza de una legislación especial para los que atentan contra la paz social, precisamente, porque el poder metaboliza las protestas normales, pero, aquellas que ponen en tela de juicio, el poder de los expropiadores, son duramente castigadas, aunque sean simbólicas, porque, quien únicamente puede atentar contra la paz social, son los mercados, es decir, ese núcleo del capital financiero, que enmascaran su poder con el anodino apelativo de los mercados, pero que vigilan día a día, que sus normas, sus recortes, se lleven a término, porque los acuerdos sobre las deudas son las alianzas  que revelan la relación de fuerzas entre esas burguesías, (en las que unas, pierden más que otras) y ese atentado, es privativo del poder, y lo que revelan los ejemplos a los que hace mención, la señora profesora, en América del sur, es precisamente, la carencia de una dirección de la clase obrera, que se suple con la iniciativa de la pequeña burguesía, cuando lo que hay que entender, que en esta etapa del capitalismo, la lucha necesita saltar de la nación, del estado, hacia afuera, contaminando la revolución, extendiéndola, porque el poder de los mercados, es como la radiactividad, indetectable a simple vista, pero mortal, y a esto, los actuales dirigentes de los partidos de la clase obrera, son incapaces de enfrentarse porque son rehenes del parlamentarismo burgués.


PARLAMENTARISMO, LA DIRECCIÓN, EL FUTURO


El mundo puede estar muy cerca de comenzar una nueva etapa, si se deshace de los viejos hábitos que han lastrado el desarrollo social en los últimos cien años, en donde el mundo burgués ha alcanzado la cima y comenzó su descenso, tiempo ha, porque desde aquí en adelante, el desarrollo de las nuevas fuerzas productivas ha de ser entendido, necesariamente, como única opción de progreso, si la sociedad en su conjunto se forma y cultiva como la principal fuente de esas nuevas fuerzas, y no los meros inventos tecnológicos, sino que la sociedad misma es la fuerza productiva, y eso significa potenciar la educación y formación no solo de las nuevas generaciones, sino del conjunto, y este paso, que puede estar muy cerca, comenzará luchando por hacer que el modo de producción de mercancías, comience por producir para la sociedad, para el conjunto humano, con lo que se iniciará el proceso para depurar el modo de producción del antagonismo de clase, para transformarse en nuevo modo de producción.

En la medida en que la meta empiece a calar, se habrá iniciado la cuenta atrás, se habrá iniciado la   finalización del capitalismo, porque dado el entrelazamiento de los factores económicos, la socialización de los procesos económicos, ya existente, donde las interrelaciones e interacciones son constantes, lo único privado, son los beneficios, ocultos en los santuarios financieros, arrastrará a una sociedad tras otra, por eso es importante entender, que este cambio no dependerá de los procesos electorales, a los que las viejas direcciones del movimiento obrero, dedican su principal esfuerzo, porque estos cambios, no solo no son potenciados por el parlamento, sino que este, entorpece su marcha, cuando no, en su contra, y sin embargo, los parlamentarios, cogidos en la trampa parlamentaria, se desgastan y se consumen, sin obtener ningún avance significativo para la clase obrera, para la ciudadanía, como lo demuestran los recortes, donde el parlamento se muestra incapaz de frenar la descapitalización, la legal, la elusión fiscal, la prima de riesgo, etc., y la ilegal, la fuga de capitales, y mientras, las sedes de las partidos obreros, están vacías, en los barrios donde las hay.

Por eso los viejos partidos, en la medida que la lucha se endurezca, perderán militante, afiliados, simpatizantes y votantes, porque al no ser capaces de responder a las necesidades sociales las crisis internas los debilitarán, sin embargo, una dirección revolucionaria, no se improvisa, ni se puede inventar, de un día para otro, pero, siendo coherente, en esta línea, los militantes de los viejos partidos, que comprendan que ha llegado el momento de poner en primer término las reivindicaciones de clase, generales, globales (respondiendo así a los mercados), por encima de las nacionales, sectoriales y profesionales serán los que formen esa nueva dirección, ¿Es necesario decir que tal dirección, no importa quien sea el primero en levantar la bandera, adquirirá el carácter internacional?, pues dicho está, y establecer contactos y coordinar el esfuerzo será la primera tarea, cuya función más importante no será conspirativa, sino orientativa, formativa, señalando objetivos, definiéndolos y fijándolos, y cuando esto suceda, y cuando esta dirección abandere la lucha por los Estados Unidos de Europa, llame a luchar por la erradicación de los paraísos fiscales, a no pagar las deudas soberanas, y luche por una moneda única, entonces, se habrá iniciado el camino hacia el socialismo.
jmrmesas
10 de agosto de 2012















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