La jornada del 29S cerrada con la Manifestación ha sido de lo más clarificador del tipo de política que los dirigentes sindicales hacen y que los partidos políticos de izquierda callan, mientras que por parte de la ciudadanía trabajadora, la sensación de orfandad política, se traslucía, en diferentes carteles pegados aquí y allá en los que se venía a decir que tras la foto de rigor todo seguiría igual, aunque con palabras más gruesas que no cito, porque no copie textualmente el contenido de los carteles.
La manifestación, como toda reunión heterogénea, cada grupo expresaba sus opiniones como mejor le parecía o como mejor podía, siendo el factor común la critica más o menos ácida hacia Zapatero y su política, pero lo que más me llamó la atención fue la ausencia de gritos, de consignas gritadas, ni una sola consigna gritada contra la banca nacional ni internacional, ni contra el FMI, ni contra los especuladores, ni contra la política complaciente de los gobiernos beneficiando las exigencias de los mercados, toda la crisis de la economía mundial fue ignorada y silenciada, no por los manifestantes que individualmente portaban sus pancartitas y pegatinas con alusiones a los bancos y banqueros, sino por los convocantes, por los dirigentes, mientras que la falta de fragor político se sustituía con el estruendo atronador de diferentes grupos de tamboreros que ponían ritmo a la manifestación: la ausencia de política con mucho ruido y pocas nueces. Decididamente los “mercados” pueden estar tranquilos todavía, pues no eran tambores de guerra.
jmrmesas.
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