jueves, 12 de agosto de 2010

P O D E R

Diseñar una estrategia para homogeneizar a la clase obrera mundial y a la ciudadanía mundial, significa comprender la dimensión del problema, y esta dimensión radica en calibrar la potencia de las modernas fuerzas productivas como un todo global,cuya capacidad no está en la potencia de los medios de producción, con ser estos gigantesco, sino que la principal característica de las modernas fuerzas productivas es la misma sociedad en su conjunto, pues sin la madurez social los modernos medios de producción estarían condenados al fracaso; la propia sociedad es el valor más importante de nuestra época, y en este terreno, en el de hacer consciente a la propia sociedad de su propio poder debe estar enfocado el contenido y la acción de la construcción de la internacional.
Comprender esto en toda su amplitud es el paso principal en la construcción de la internacional, pues la potencia de las modernas fuerzas productivas, mundiales, internacionales, globales, radica en que dada la interrelación mundial de estas fuerzas necesita que las medidas políticas, organizativas y de acción en la construcción de la internacional vayan tejiendo la comprensión de una gradual maduración social, a escala global de los objetivos que persigue la construcción de esta internacional. En este terreno, el enfrentamiento con la burguesía internacional, ahora, no está en disputarles los medios de producción, tarea para la que no estamos preparados, sino en una lucha, dura, tenaz, sin concesiones, a ponerle L I M I T E S a su uso. Disputarles el control, y en este terreno ir ganando la confianza y el respeto de la ciudadanía es la manera de homogeneizar a una ciudadanía falta de objetivos políticos globales, mundiales, más allá de los deseos de paz y solidaridad, así que, la primera reivididicación global que hay que fijar es la de ERRADICAR LOS SANTUARIOS FINANCIEROS.
El principal problema en la valoración de la propia sociedad como creadora de valor radica en que este valor no es cotizable, razón por la cual, su apreciación no es percibida por la economía como la más importante cosa, el factor determinante en la puesta en funcionamiento de las fuerzas productivas, y esto es así, porque en el seno social es donde se gesta la preparación humana de los miembros, pero en tanto que, las relaciones sociales estan omnipresentes de una forma natural, y encaminadas a desarrollar el amplio mosaico de relaciones que tienen lugar fuera de los lugares del trabajo de producción de mercancias, su valoracion como factor decisivo no es tenida en cuenta a la hora de fijar el precio de las mercancias producidas en su seno, sino que más bien, la multidud de impuestos directos e indirectos, que en su raíz, es el modo de mantener en funcionamiento la sociedad, se corta, de forma interesada en presentar los inmpuestos, y en definitiva cualquier tipo de contribución, como carga cortada del proceso productivo, pero cualquier economista sabe que una producción competitiva estriba en invertir en innovación técnica y humana, sin la cual, la producción pierde calidad y por tanto, mercado. En el seno social, los impuestos presentados como carga, la imposición fiscal presentada como algo negativo en vez de como un benficio se produce porque el uso, distribución y asignación de recursos es el proceso más enrrevesado de la tarea política, porque solo, de un modo colateral, la sociedad percibe pequeñas mejoras que son el subproducto de la distribucion de los presupuestos que son discutidos en los parlamentos, ya que la discusión de tales presupuestos estan relacionados con la "po-lí-ti-ca", es decir, con lo que vulgarmente se percibe como mangoneo político relacionado con asuntos que la ciudadanía considera sin relación con su bienestar, sino más bien, con su infortunio.
En este ámbito es donde cobra fuerza y significación la lucha por la ERRADICACIÓN DE LOS SANTUARIOS FINANCIEROS, pues lo que se exige no es la incautación de esos capitales -solo los que tengan un origen en el delito- sino que lo que se exige es que se esclarezca a quienes pertenecen, y que coticen, en los fiscos correspondientes con una penalización, benevolente en función de ser empleado en usos sociales, y esta tarea determinante, es así, porque esas riquezas, esos capitales han sido generados socialmente en el proceso de producción, en el seno social y por lo tanto estan obligados a contribuir, pues toda la desconfianza y rechazo popular hacia la contribución social radica en la percepción que la sociedad tiene del fisco porque no se trata igual al poderoso banquero, que al ciudadano corriente, por lo que una campaña decidida contra los santuarios financieros perseguida internacionalmente será tenida en cuenta por la ciudadania mundial como un bien. El otro pilar fundamental en la erradicación de los paraísos fiscales, "santuarios financieros", para recalcar la protección que los gobiernos dan a la evasión fiscal de los poderosos, es la contradicción insalvable entre los santuarios financeros y el ESTADO DE DERECHO. Esta contradicción, que con la anterior está en el rechazo a la "ha-cien-da pú-bli-ca" que en todos los ciudadanos de todos los estados se siente hacia el fisco, es insostenible, cuando el estado, los estados, investigan minuciosamente al ciudadano corriente, a ese ciudadano al que siempre se le pide más y más, unas veces apelando a su sentido del deber, y las más de las veces coaccionandolo de múltiples manera, mientras que, al poderoso banquero, financiero, capitán de industria son todo ventajas para que su carga tributaria sea lo más leve posible.
Hacer del naciente siglo xxi el siglo de la maduración global hacia un mundo sin fronteras y sin explotación, debe de ser el objetivo de la nueva internacional, pues las condiciones materiales, objetivas,estan más que dadas -fuerzas productivas globales, producción masiva, comunicaciones globales, maduración técnica de la sociedad- si estos objetivos estan claros, la rapidez hacia la meta con que se producirá el tránsito será proporcional a la capacidad de la internacional para transmitir a la sociedad los elementos políticos que ayuden a la maduración colectiva, global; de la capacidad de la internacional para convertirse en una dirección global en simbiosis con la ciudadanía mundial.
Esta globalidad en la organización de la acción política internacional, medida y meditada, debe de forjar la percepción psicológica y emocional del proletariado devenido en ciudadano, pues la interrelación de las fuerzas productivas modernas, nos dicen que la épica de la revolución de octubre es historia, eso no se volverá a repetir, el proceso revolucionario nuevo dificilmente será una sucesión de asaltos al poder, sino más bien la lucha, limitando al capital financiero, o lo que es lo mismo a la especulación financiera, como se forjará la maduración colectiva, esa lucha que enfrentará los elementos de poder de la burguesía, la bolsa de valores, el sistema monetario, la desclasificación como mercancias de la producción de articulos vitales para la supervivencia, será la escuela donde el ciudadano global aprenderá el ABC del funcionamiento social, ese funcionamiento, que cuando quebró el sistema financiero con el Lehman Brothers, encogió aterrados a los gobiernos de todo el mundo, y que hizo decir al presidente francés aquello de "reinventar el capitalismo", pues tal es su función de agentes del capital, y no de la sociedad que los eligió.
Ciudadanía; este concepto es un elemento capital en la maduración social, pues si en los comienzos del siglo xx, el obrero era un sujeto sin derechos, condenado a jornadas de sol a sol, hoy, hasta ahora, el obrero del siglo xxi, en casi la totalidad de los paises industrializados, ese obrero tiene una jornada regulada con derechos laborales, con defensa sindical y cuando ficha y se marcha del lugar de trabajo, es un ciudadano con derechos políticos, que paga impuestos, vale decir que es el pilar financiero en el que descansa la compleja sociedad moderna, y en este hecho capital radica la importancia para la consecuente maduración política, pues en la imposición de límites al capitalismo, los ciudadanos, trabajadores en diferentes sectores de la producción y de la sociedad discuten de poder a poder a los, hasta ahora, propietarios dirigentes de la economía, que clase de economía queremos, que clase de producción y con que contenidos; si la internacional entiende esto, muy bien, si se esfuerza por hacer entender al ciudadano-trabajador que cuando reivindica no pide sino que exige, pues somos el elemento creador de riqueza, entonces podrá decirse que empieza la lucha por el poder.
jmrmesas

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