jueves, 5 de mayo de 2022

CONSIDERACIONES SOBRE EL MODO DE PRODUCCIÓN

 


CONSIDERACIONES SOBRE EL MODO DE PRODUCCIÓN


UNA NUEVA ECONOMIA MAS DURA PARA LAS MAYORIAS



Lo dice un economista que investiga sobre el comportamiento de las grandes empresas y de las grandes posibilidades de influir en las decisiones de los políticos, de forma que el Estado pierde competencias frente a la que ganan las transnacionales. ¿FRENTE A LAS QUE GANA EL COMPLEJO MILITAR INDUSTRIAL?



La mejor manera de ganar la guerra de UCRANIA sería que los rusos obligaran a pararla y que Putin y su gobierno recibieran el rechazo de los ciudadanos de la federación rusa por haber contribuido a desmontar las conquistas logradas por la revolución y disfrutadas por la burocracia convertida en una nueva burguesía, los oligarcas ladrones.



Sigo pensando que la UE está subordinada al complejo militar industrial estadounidense porque este está haciendo la guerra que conviene a sus intereses nacionales en el territorio de Europa y no en el de EEUU. ¿Una prueba? La cesión a Marruecos del Sahara y no a los saharauis se hace porque beneficia la política de EEUU y no a la de España.



Reconozco el derecho de Ucrania a ser independiente –lo era en la URSS, y lo es ahora– pero este derecho tiene sus límites en lo tocante a tener misiles del pentágono en el territorio, y Rusia tiene derecho a reivindicar, que no lo está haciendo, a que se respeten los acuerdos verbales que se le hicieron al último representante de la URSS –Gorvachov– cuando se reunió con los dirigentes políticos occidentales de entonces.



La deriva de Rusia no ha hecho más que retroceder desde que los renegados firmantes de la disolución de la URSS (Rusia, Ucrania y Bielorrusia) convinieron en asegurarse sus respectivos patrimonios robados al conjunto de los trabajadores y ciudadanos de la Unión Soviética. Desde entonces, Rusia no ha hecho mas que retroceder haciendo concesiones a los capitalistas. Las repúblicas bálticas están en la OTAN y el cerco al territorio ruso convierte a este en objetivo de las transnacionales del capital financiero mundial.



Rusia no ganará esta guerra más que a costa de nuevas concesiones o parándola, antes de que los ciudadanos y trabajadores rusos se den cuenta de la ruina a la que están abocados, irremediablemente.



En esta guerra, lo mas llamativo es como Putin y su gobierno venden el gas y el petroleo a los enemigos que quieren acabar con él, cuando de lo que se trataría sería de cortar radicalmente los envíos de la materia prima para que los enemigos sintieran que no pueden comportarse con impunidad. Al no hacerlo de este modo (que abriría las puertas del descontento social generalizado), todo se reduce a un macabro espectáculo, un teatro criminal, que viene a confirmar que de lo que se trata es de tener un lugar al sol, dicho en otras palabras: quiere demostrar que son de fiar y que desmontaron la URSS para hacer negocios y no para desestabilizar un sistema del que quieren ser parte.



Sin embargo, el panorama no pinta nada bien, ni para los rusos ni para el resto de Europa, incluida la Unión Europea, y por supuesto, ni para los trabajadores y ciudadanos de EEUU, ni para el resto del continente americano, porque, según apuntan los estudiosos de la economía existente, el futuro es muy, pero que muy poco alentador. Una minoría de riquísimos propietarios tienen las deudas nacionales de casi todos los Estados, lo que les da derecho a disponer, de forma menos o menos púdicamente, de los recursos nacionales del conjunto de países, pero nadie, con los avales suficientes, quiere presentar los hechos, en estos términos, porque eso implicaría –implica– el compromiso de articular políticas de movilización y concienciación, demostrativas de la necesidad de convertir a los seres humanos en poseedores libres para buscar acuerdos consentidos que chocan con la indecente propiedad de los destinos humanos –que permite a un yonki de la tecnología comprar una red social para otorgar libertad de expresión a voluntad–, atesorados y custodiados por el uno por ciento del uno por ciento del uno por ciento.



El modo de producción de mercancías es pernicioso, indecente y contrario al armónico desarrollo de las potencialidades humanas. Al afirmarse en el malsano reconocimiento de la ganancia personal por encima del conjunto humano, potencia todas los vicios que permite a los individuos carentes de escrupulos, someter a ese conjunto, cosificándolo, convirtiéndolo en mercancía.



¿De que se trata? Se trataría de reinventar el socialismo y sus instrumentos porque estamos ahogándonos en la barbarie.

jmrmesas

cinco de mayo de dos mil veintidos


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