sábado, 5 de marzo de 2022

UN NUEVO ORDEN MUNDIAL ¿QUÉ ORDEN?

 

UN NUEVO ORDEN MUNDIAL

¿QUÉ ORDEN?



Para dejar las cosas claras: Rusia tiene derecho a impedir que el pentagono vestido de OTAN le ponga sus misiles en la frontera apuntando a Moscú. Desde el confiado y poco sagaz Gorvachov, la URSS primero, y Rusia, a reglón seguido, pidió la desmilitarización otanista del continente eurasiático, sin que sus esperanzas y posteriores temores fuesen tomados en consideración.



El Maidan fue animado por la participación activa del senador John Mcain y la funcionaria Victoria Nuland, subsecretaria de estado en activo. La presencia de estos destacados personajes en un escenario conflictivo se interpretó como apoyo decidido de EEUU a los fascistas ucranianos, arropados por la cobardía de la Unión Europea, y cuando los tiros de los mercenarios de Black Water -tropas encubiertas de USA- empezaron a causar bajas, las quejas de la matanza que le llegaron a la señora Nuland de los asustados funcionarios europeos, las resolvió con el expeditivo comentario “que se joda la UE”. ¿De qué se quejaba Borrell cuando Biden decidió abandonar Afganistan a su suerte, sin la consulta a sus socios? El oligarca Putin (ex burócrata, neoburgués) que no está asociado a la UE, no le iba a consultar cuando la Unión Europea no es más que un sirviente de EEUU. Putin dejó las cosas claras criticando a Lenin, de forma que se entendiera que no había ninguna “patria socialista” que defender, solo intereses negociables, “Rusia no cree en revoluciones”, le dijo a la canciller Merkel.



Sin embargo lo que está ocurriendo no es otra cosa que el resultado del desmoronamiento del viejo orden impuesto tras la Segunda Guerra Mundial que analistas, sociólogos, politólogos y otros expertos ven pero sus informes filtrados convenientemente no llegan a la ciudadanía del mundo mundial porque pretenden ser resueltos por los dueños del mundo y sus estrategas, mientras acojonan a los pueblos con pandemias inventadas.



Como digo, el viejo orden se desmorona porque algo que todo buen entendedor del marxismo sabe, la estructura económica lleva cambiando, casi desde la SGM, con cada vez menos intervalo de tiempo entre los avances cientifico-técnicos que se incorporan a la producción, y este indetenible acontecer trastoca la superestructura jurídica y política en la que se asienta el sistema,conmoviéndolo profundamente, siendo su sistema monetario el elemento más débil, por creer EEUU, y aceptar sus feudatarios socios, que están a salvo al poseer USA la maquina de imprimir billetes, que desvaloriza el trabajo humano hasta el extremo de hacer obsoleta, para el sistema, la fuerza de trabajo, expulsada de las fabricas. El viejo orden basado en la producción de mercancías está marcando, en los hechos, su imparable obsolescencia, y todo los que no sea aceptar esta realidad, es decir, concebir un nuevo orden mundial despreciando a las masas, que cada vez son menos masas y más ciudadanos conscientes y preparados, está llamado al fracaso.



Quede claro que el derecho de los ciudadanos rusos a que sus fronteras sean seguras, de ninguna manera bendice los intereses de los oligarcas (exburócratas, neoburgueses) a ser expropiados, al igual que el resto del capital financiero internacional, que sueña con el balón de oxigeno que podría suponer la apertura de los territorios rusos y chinos a las transnacionales burguesas.



Se que esto que digo es irrelevante porque lo digo yo, un jubilado sin futuro, por que el futuro pertenece a las generaciones jóvenes que el sistema capitalista quiere debilitar con sus guerras y pandemias, interesadamente sobrevenidas (guerras híbridas).

jmrmesas

cinco de marzo de dos mil veintidos



PD. Hay un reconocimiento de la hispanidad de los países americanos de norte a sur. España fue una nación asentada en cuatro continentes. Esta realidad histórica abre una posibilidad estratégica colosal que podría suponer un giro determinante en la política futura. Rusia y China abordaron el socialismo (fallido en Rusia, comprometido en China) porque son grandes naciones. ¿Sería fútil que los españoles desestimaran esta realidad

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