jueves, 22 de julio de 2021

UN ESTADO FALLIDO

 





UN ESTADO FALLIDO



BIDEN PREPARA EL TERRENO CALIFICANDO A CUBA DE ESTADO FALLIDO



Me inquieta que Biden haya definido a Cuba como un 'estado fallido' porque es el mejor modo de ir preparando el terreno para facilitar el pasillo humanitario y la subsecuente entrada de la ayuda humanitaria en forma de tropas que 'garantizarían la distribución de la ayuda', osea, un clásico, una clásica injerencia.


Un estado fallido es un Estado que no tiene ni puede tener control ni mando sobre sus órganos constituidos, y que estos, ejército, policía, tribunales, cada uno por su lado, van a su aire ante la impotencia del gobierno y de sus ciudadanos. Algo así como que cuatro vehículos cargados de hombres armado se presentan ante la puerta del presidente de la república, dicen que van en nombre de la DEA y la guardia presidencial les escolta hasta la habitación donde duerme el presidente y lo asesinan sin más. Eso es un estado fallido, preparado durante años por la mano invisible de la poderosa potencia del norte.


Haití es un estado fallido cultivado durante décadas para no tener preocupaciones con él, y si se barruntan problemas se resuelven expeditivamente.


Un estado fallido es Libano, en donde las partes constituidas, ejército, policía, funcionarios de todo grado tienen que buscarse la vida porque el gobierno corrompido hasta lo más hondo es incapaz de organizar ningún tipo de ayuda o beneficio para el maltrecho pueblo, que no sea peor que la rutina cotidiana que sus ciudadanos conocen.


El ejemplo de estado fallido es una lista numerosa cuya característica más notable es estar en la complicada órbita de la influencia USA, por eso me inquieta que Biden defina Cuba como un estado fallido, porque visto el magnicidio de Haití, en el que los asesinos detenidos son todos elementos preparados por una empresa de seguridad, que tiene el precedente de las empresas de seguridad ligadas a las instituciones del Estado, cuya referencia de modelo empresarial fue Blackwater, su nefasto ejemplo ha producido una secuela que se está utilizando desde la intervención USA en Iraq para dejar las acciones de represalias claramente punibles fuera de la implicaciones políticas y diplomáticas al ser hechas por elementos civiles contratados por particulares en diversos lugares salvando al estado patrocinador de tener que responder ante la ley y la sociedad como causante directo, aunque todos piensen, no obstante la imposibilidad de demostrar probatoriamente donde está el autor intelectual que mueve los hilos, por eso, la definición de estado fallido es abiertamente preocupante. En Méjico, la entrega de armas de guerra al norcofascismo, tuvo ese contenido que consintieron los anteriores presidentes, algunos de los cuales estuvo en la nómina de agente de la CIA, todo un presidente de Méjico, ¿Fox?, ¿Salinas?, ¿Calderón?, ¿Peña?, la lista tiene varios, trabajando por el bien de la patria, ¿cual de ellas?, ¿¡se puede ser más traidor!?


El asunto de mis conjeturas es que, como vengo observando desde mi escasa lucidez estriba, en la situación está determinada por el agotamiento del capitalismo como modo de producción (Justo antes de que la pandemia de COVID-19 golpeara la economía mundial, las principales economías capitalistas ya se dirigían hacia una nueva recesión, la primera desde la Gran Recesión de 2008-2009. La rentabilidad del capital estuvo cerca de mínimos históricos; hasta el 20% de las empresas estadounidenses y europeas solo obtenían los beneficios suficientes para cubrir los intereses de su deuda, y no tenían nada que gastar para nuevas inversiones. Las tasas de crecimiento del PIB real habían caído a las tasas más bajas desde 2009 y la inversión empresarial se estaba estancando. Se avecinaba una recesión mundial) y este paréntesis que incluyo porque, en mi opinión confirma mi idea de la pandemia interesada en ocultar una recesión que hubiese puesto en pie a los trabajadores del mundo — este enlace es el articulo del autor del texto que cito, que no es que me de la razón, sino que yo uso libremente para confirmar el interés del capitalismo en ocultar una crisis que ya estaba en proceso de dejarse sentir, y que convendría enfrentar con una humanidad exhausta, desarmada ideológicamente y atónita — explicaría por que EEUU está obligado a afirmar su poder e influencia en toda América del sur, ante potencias como China, principalmente, pero también ante rusos y europeos, y ante las propias burguesías y gobiernos nacionales porque su patio trasero es la zona que garantiza su seguridad territorial, su espacio vital que quiere dominar en nombre propio, por eso Biden comienza su mandato aclarando que EEUU está de vuelta: EEUU ha vuelto.


El objeto de mis disquisiciones está relacionado con la ensoñación de los Estados nacionales en los que está dividida América de sur, de poder enfrentar al vecino del norte, no porque así lo crean los gobiernos, en la mayoría de los casos, aliados económicos y políticos del poderoso vecino, sino porque también lo puedan creer los pueblos, y eso es un error, primero, porque así se acepta por el conjunto de la burguesía mundial al considerar el continente sur de América como zona exclusiva y, segundo, porque el complejo militar industrial sí es capaz de tomar decisiones sangrientas (la pandemía y todo el proceso de investigación de la gripe española de 1918, así lo demuestra) y si China está dispuesta a ir a la guerra por Taiwan, EEUU irá a una guerra si se considera amenazado en su vecindad, en su espacio vital. De ahí mi idea de barruntar que la definición de Biden de llamar estado fallido a Cuba encierre una amenaza, porque aunque Biden no pudiese tener intención de ir muy lejos, hay senadores que no cesan de agitar la tesis del abandono de latinoamérica y consecuentemente, la falta de financiación del órgano militar encargado del área geográfica concreta, el Comando Sur.


LA HISTORIA DE ESPAÑA


España es un pequeño país al sur del continente de Europa, y Europa es imposible de entender sin España, de la misma forma que sería imposible de entender occidente sin Roma y su imperio, pues la simbiosis Roma-España ha sido la que consolidó el continente para el modelo de sociedad que hoy es el mundo. Hoy en la situación concreta de la que estoy conjeturando, España no movería una pestaña por América, su América, porque América fue española de norte a sur y de este a oeste. España se encontró un continente y trató de llevar a él, lo mejor que tenía, su fe y su cultura y que lo diga un obrero rojo, comunista y fusilable es un ejemplo chocante de la naturaleza de los españoles, de los que nunca tuvimos nada, ni tenemos nada, la burguesía española que heredó el poder, porque cuando estuvo en condiciones de reclamar su lugar en la historia, fue decapitada por el rey emperador, no fue nunca internacionalista, los que quedaron simplemente se dejaron llevar, aprendieron a medrar y hacer negocio sin la visión colectiva de querer hacer historia, esta se hizo a pesar de ella misma, porque en el fondo, como pueblo hemos heredado conceptos y valores antiguos que se resumen en la solidaridad y en querer ver en el otro un hermano, un doliente, alguien con el que podemos avanzar mientras rodamos por la vida, algo que queda de los siglos de la historia, en ver la salvación más allá, en un dejar el goce y el deleite para otro momento, que nunca llega, que creemos que disfrutaremos pero que siempre se tuerce, siempre se rompe y ha que volverse a rehacer y componer.


Todo esto está dicho no porque lo que suceda en América no nos importe, nos importa a los de abajo y a los de arriba, aunque por motivos diferentes y a veces, opuestos. Lo que sucede en el mundo nos atañe y afecta porque éste se ha enanizado en la misma proporción en la que las fuerzas productivas se están haciendo geológicas y cósmicas y el margen de error se reduce a la misma velocidad, pero hemos terminado por creer y aceptar que no podemos hacer nada y por supuesto, ni el establisment ni el gobierno español ni los gobiernos americanos se atreverán a romper el esquema que determina que papel juega cada cual. Los roles aceptados no se rompen más que cuando existe un proyecto, una visión de a donde vamos, y al menos a mí me parece que no existe tal proyecto, sino que nos llevan, que el capital financiero mundial dirigido por el complejo militar industrial, nos lleva a una destrucción selectiva y gradual, tratando de hacer el menor ruido posible para que no reaccionemos. Es decir, la sociedad, el conjunto de los pobres del mundo camina sin una idea aproximada de hacia donde nos dirigimos, mientras la élite que hace que el mundo funcione está conectada y coordinan sus preferencias, miden sus fuerzas y hacen sus jugadas moviéndonos como peones en el tablero del mundo.


En este esquema, lo que suceda en el mundo –siempre se piensa– es cosa de otros capaces de asignar roles que se harán cumplir de una forma u otra. ¿Qué sentido tendría reivindicar la unidad de España? Porque España ha trascendido sus límites como atestiguan el hecho de sus raíces hincadas en tierras que están cruzando mares y océanos, que a veces, algunos se atreven a reconocer pero que gobiernos y aveces, también los pueblos, se consideran como distintos, ajenos, sin tener consciencia de estar haciendo el juego al capitalismo cuyo credo es solo la ganancia. Está claro que existen historias, no la historia, la que es común, la que es el relato continuo, con sus grandezas y sus, no pocas miserias, pero que es común y nos identifica, nos obliga a reconocernos, incluso cuando nos enemistamos, perseguimos al enemigo con más saña, porque antes fuimos hermanos, amigos.


Esa historia común está oculta, no es la que aparece en los textos escolares porque en la escuela –en las escuelas del planeta– no se preparan los ciudadanos del mundo, solo se preparan a eficientes profesionales y obreros para que cumplan las tareas que se les ordenen.


Acude a mi memoria la imagen de un mapa de EEUU coloreado por la importancia del cristianismo allí, que está pintado en función de las tres corrientes más importantes, catolicismo en rojo, protestantismo en azul y mormonismo en verde, el predominio del azul es indiscutible y en ese mar de azul están salpicando débiles manchas rojas que tienen un mayor predominio en el oeste, donde también está asentado el mormonismo. Parecería que la fe dominante en EEUU es garantía de cohesión porque todo el sur es azul, Tejas, Florida, Georgia, Alabama, Misisipi, Tennessee,Virginia, Arkansas, Nuevo Méjico, pero en esas zonas también hay afroamericanos que también son protestantes, y la característica más importante de EEUU, además de su cruel desigualdad es su feroz racismo, algo que el luteranismo no puede corregir porque de suyo el luteranismo es racista, misógino, antisemita y separatista, porque no hay que olvidar que Martín Lutero fue la creación teológica de los príncipes europeos descontentos de Roma y contrarios al emperador, y que influidos por el imperio otomano, envidiosos de la liberalidad del islamismo otomano que otorgaba al sultán el relax del harén, deseaban romper la hegemonía romana que limitaba el ejercicio de su poder, frente a Roma, frente al emperador.


Contra esta teología se desgastó España porque iba contra los valores ancestrales de la fe y el amor al prójimo –solidaridad–, al primar sobre todas las cosas, la realización personal, que tan buen partido sacó, andando el tiempo, la burguesía europea ascendente, cercenada inicialmente en España. Tal vez por esto o por eso, España, las Españas se desgajaron, asumiendo los burgueses españoles en América la defensa de la patria chica –sus propiedades allí–, frente a la patria grande, porque esta, convulsa trataba de librarse de la desgracia napoborbónica.


Los burgueses americanos temerosos de la incipiente revolución gaditana como garantía de salvaguardar sus propiedades frente a la rebelión que se iniciaba en la convulsa España en los comienzos del XIX, terminaron rompiendo la unidad y España, fragmentada por los regionalismos peninsulares, en realidad, la carencia de un mercado interno que habría corregido los desequilibrios soldando las diferencias que agrandaban los burgueses, estas, las rivalidades interburguesas fueron confiadas a la corrección de un Estado podrido por una monarquía corrupta y una corte y cohorte de personajes acordes con los tiempos. Por eso, España se considera desligada de América, de la América que fueron provincias ultramarinas, y si Biden dice que Cuba es un estado fallido, desde luego, desde el poder no se le dirá que eso es lo que Biden, el complejo militar industrial quiere que sea Cuba, un estado fallido al que se le allana el camino para que se derrumbe, pues esa es la concreta ambición del bloqueo a Cuba, como lo es el bloqueo a Venezuela.


A QUIEN SERVIRÍA LA UNIDAD


La unidad no la quieren los poderosos, los poderosos quieren la separación, la división, fomentan la diferencia. En un principio, el continente estuvo repartido en dos virreinatos que se unían en el centro del istmo continental, Nueva España al norte y Perú al sur. Perú era todo el continente sur, menos la parte interceptada por el meridiano del acuerdo de Tordesillas, que luego sería Brasil, no el pedacito que es hoy, que gobernará, pese a Keiko Fujimori, Pedro Castillo. Tuvieron que pasar dos siglos hasta que la perseverancia inglesa consiguió con el ransomware de entonces dividir el continente sur, al que no consiguieron someter por la fuerza de las armas, pero sí, atrevés de sus agentes contrabandistas, hackeando el continente para impedir la naciente industrialización hispanoamericana, que empezaba a querer despegar, en el este en Buenos Aires, y en el oeste, bueno en el oeste es curioso la forma que va tomando toda la costa este, en forma de cuchillo primero, de sable al final, arrebatando terreno a lo que sería Argentina. La estrechez del territorio de Chile revela la intención de los ingleses de la necesidad de terrenos en donde descargar la mercancía, más que de adentrarse al interior. Perú se fue dividiendo en Nueva Granada y luego en capitanías generales en la misma medida que desde el centro, España, los sucesivos ministros —Galvez, héroe en la independencia de EEUU –Galveston–, Floridablanca, Aranda— que se ocuparon de las provincias de ultramar imaginando soluciones para las cuales los Borbones sucesivos y sus ministros pretendían liberarse de una tarea que les rebasaba.


Ni el rey ni la burguesía peninsular ni la burguesía de las provincias ultramarinas fueron capaces de evitar la división y España que era, no solo la península sino América y Filipinas –les costó a los yankis fusilar uno de cada cinco varones filipinos imponer el inglés en el archipiélago, tan pronto como estos pisaron las islas en 1898, la brutalidad y la premura que el presidente Mc Kinley azuzó a sus tropas dificultó el inicio del inglés. Algo que recriminaron filólogos y lingüistas estadounidenses y en tiempos tan próximos como 1968, el 60% de los filipinos no sabían expresarse en inglés. Tal exceso de apresuramiento mckinleyano no pudieron compensar la inteligencia del franciscano Pedro de San Buenaventura que hizo el primer diccionario de tagalo en 1613, facilitando la introducción del español allí. Una lengua aceptada en todas las islas en la que se expresaban con comodidad y soltura, ya que esa práctica —recoger vocabulario nativo y hacer gramaticas nativas— se empezó realizando en el Nuevo Mundo, donde los misioneros estudiaron las lenguas nativas para predicar la palabra de Dios–, es decir, la unidad de España, una nación que trascendió sus límites naturales, geográficos, fue condenada por la geopolítica a reducirse a sus límites naturales, mientras nacía una nación que sí pudo trascender los nuestros porque la burguesía fue y es incapaz de reclamar la unidad, al garantizar la división, su estatus económico.


Al pueblo, a la clase obrera, la unidad le resultaría claramente beneficiosa pero tiene que reconocer la falsedad de la historia oficial que es motivo de enfrentamiento y empobrecimiento colectivo, general, extensivo.


No me parece superfluo retomar el hilo de la desatención sanitaria, en términos generales y al sur de EEUU, en particular, porque me parece que la carencia de vacunas está relacionada con la necesidad de mantener a la población del continente sur en un estado de necesidad creciente, porque ese espacio vital le es necesario para cumplir la tarea de organizar el mundo a la medida de sus intereses, es decir, la posibilidad de que se produzcan cambios positivos para el conjunto de la humanidad está directamente relacionado con entender que la pandemia ha sido planeada por el núcleo del capital financiero USA, sabiendo que las crisis económicas se van a suceder cada vez a mayor velocidad, porque el crecimiento de la población y la incapacidad del sistema para coadyuvar al mantenimiento del conjunto social es imposible. Las crisis de 2008 y la de 2018, disimulada con el covid19 fueron acciones, hechos económicos de recoger beneficios, pero habrá una tercera crisis que estará determinada por la necesidad de ajustar el balance, de aquilatar el valor real descontando el crecimiento del dinero circulante emitido mediante el cual se ha incrementado la valoración de complejos industriales,infraestructuras, laboratorios científicos, urbanización y un numeroso etcétera que artificialmente inflado con dinero gratis, desvalorizado porque no tiene su equivalencia en trabajo socialmente necesario, forma una montaña de papel, osea, el dólar tiene que adquirir el valor real y esa acción afectará al conjunto de la población del mundo que sufrirá las consecuencias de la escasez, de la desocupación habitacional y del desempleo, y ese ajuste no puede hacerse queriendo volver a un mundo acabado, superado, sino inventando nuevas modos, nuevas prácticas y sobre todo, tomando consciencia de la necesidad de empoderar al conjunto social, para que sea capaz de controlar el poder de los administradores políticos.


Sería muy ingenuo creer que la política de EEUU la decide el presidente y su administración, cuando más bien la administración y el presidente son los valedores del complejo militar industrial y ese núcleo duro del capital financiero posee herramientas que no podemos ni imaginar, estando en condiciones de poder diseñar una humanidad a su capricho, por eso, la pandemia está lejos de haberse sofocado y el mundo que hemos conocido no volverá.


Si he hablado de la unidad de España no es para reconstruir un imperio que se agotó, ni siquiera para construir un gran Estado nacional, mi ensoñación (próximo a los 80, los proyectos a más de un telediario de distancia es un delirio), de una unión de repúblicas socialistas ibéricas tiene el delito de creer que mi origen cultural me hace entendible y que por eso mis conjeturas pueden tener un determinado calado a la hora de luchar por levantar la bandera roja del socialismo redentor.


Dije al principio que el mundo se enaniza en función del crecimiento de las fuerzas productivas que adquieren carácter geológico, cósmico y esta manifestación evidente del materialismo histórico, que imponen los hechos nos obliga a revisar los comportamientos subjetivos, vale decir ideológicos, más no por ello, despreciables puesto que tomar consciencia de esas fuerzas productivas requiere valorarlas y aquilatarlas desde conceptos, éticos, filosóficos, jurídicos, religiosos-morales. Demandar acabar con la indecencia de la propiedad privada de los poderosos que se arrogan el privilegio de atesorar la riqueza generada socialmente, distribuyendola al capricho de leyes inicuas es intolerable. La propiedad privada de los medios de producción es abiertamente nociva, delictiva y criminal contra el conjunto de la vida en el planeta. La facultad de fabricar lo que al propietario le apetezca, ha de ser revisada sin dilación, porque forma parte de las herramientas inimaginables que poseen los poderosos. Empoderar a los débiles es la tarea para lograr una humanidad más justa, o lo que es igual, menos egoísta, más compasiva.


Claro esta, que esto no lo dice un doctor en … , ni un economista de … ni siquiera el presidente de la comunidad de vecinos, pero sería bueno, estimado lector que te parases a meditar sobre lo que aquí se dice, que va contra una estructura social no contra ningún pueblo, no contra ninguna nación.

Dicho está

jmrmesas

veintidós de julio de dos mil veintiuno


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