martes, 8 de diciembre de 2020

MI BALANCE DEL FINAL DEL CAPITALISMO CONOCIDO


MI BALANCE DEL FINAL DEL CAPITALISMO CONOCIDO



Confieso que esto que a continuación sigue es responsabilidad de todos los que me han precedido en este, ¿puto?, ¿puteado mundo?, y que no son, ni han sido, ni probablemente serán las putas quienes lo putean si no los poderosos de todos los tiempos que no han querido repartir ni compartir ni asumir responsabilidades porque siempre habra una cocó de alto standing a la que señalar, o un cuñado o yerno al que enchironar y condenar, aunque los juzgadores sepan quien está detrás de las tropelías, pero son humanos (los jueces), y no nos vamos a poner exquisitos exigiéndoles ser celosos guardianes de las esencias de la Justicia, porque de lo que se trata es de mantener ciertas formas, ciertos protocolos. Dicho esto, lo siguiente es de mi cosecha y no será necesario buscar a cómplices a los que fusilar con el autor que firma.


O sea. Una vez concluida las elecciones del mundo —EEUU—, demostrando ellas, de retorcida forma, que la pandemia era, es, un modo de encubrir el fracaso de cien años del capital financiero, de los que las últimas siete décadas el dominio del capital financiero USA ha sido casí indiscutible y que como dije en mi último apunte, la burguesía yanqui está muy organizada, Trump está quemando sus últimos cartuchos porque sus maquinaciones están demostrando ser humo, y aunque el complejo militar industrial no se ha fracturado, aunque está tocado y trastocado, porque la burguesía yanqui sabe que no puede tolerarse distracciones, sin embargo tiene claro que son el último bastión del sistema capitalista, porque la pandemia tiene por objeto ganar tiempo mientras los thinktanks tratan de reinventar el sistema, para presentarlo tras la pandemia, que no será cosa de un día ni de dos.


Las elecciones USA han fracturado a la sociedad estadounidense (al mundo, ya lo habían fracturado antes, como hoy lo han contaminado) porque los problemas que hoy están presente, no solo en EEUU sino en todo el planeta derivan del agotamiento del modo de producción, que dijo Marx, que no era marxista, sino un inteligente conjeturador. ¿Se figuran un mundo lleno de industrias dando empleo a tres quintos de la población actual, que es más del doble de la que había al final de la segunda guerra mundial? ¿Donde quedan los increíbles avances en robótica, inteligencia artificial, big data, teoría de juegos, i otros y desconocidos etcéteras?


Lo que está sucediendo en Estados Unidos es muy parecido a lo que está ocurriendo en Europa y a lo que esta sucediendo en España, un mundo está mostrando su agotamiento mientras que el nuevo aún está por mostrar señales inequívocas de una nueva orientación. En Estados Unidos el episodio es más novedoso porque la sociedad parecía más homogénea, pero la actitud del Trump por querer agarrarse otra legislatura más no expresa otra cosa que vanidad, odio y racismo, es decir, la idiosincrasia del wasp —blanco, sajón, protestante— la ideología afín a los negocios lucrativos, caiga quien caiga, pues las adhesiones que recoge Trump, aunque fracture a su partido (GOP -republicano), a funcionarios y otros seguidores de relieve no expresan sino la profundidad de la crisis del sistema, que no es solo una simple, otra crisis económica, es la crisis anunciadora de una larga y dolorosa agonía.


Decíamos ayer, que era hoy, que la burguesía estadounidense pese a estar cuarteada porque la profundidad de la crisis no es otra crisis económica, sino la crisis del sistema; que esta está apercibida de lo que le va en los tiempos que entran porque el sistema tiene que reinventarse porque la pandemia es un tiempo de respiro y no puede matar a tantas gentes como para sentirse a salvo, y eso, a mi escaso entender lo apunta el personal que Biden elige para componer el esqueleto de su administración. ¿A qué apunta el nuevo gobierno de Biden? ¿Será el nuevo gobierno un refrito del de Barak Obama?


Para empezar, estos tiempos son otros tiempos, pero enlazando con la continuidad burguesa yanqui, algo tocada, como toda la estructura burguesa mundial, por el marasmo que está suponiendo la mortandad bajo la administración de un presidente, que no ha declarado la guerra a nadie, pero en cuya administración está teniendo lugar la mortandad más numerosa, tanto en Estados Unidos, en primer lugar y en el resto del mundo, el número de muertos pasa del millón y medio, en ese esqueleto, en esa armazón que puede componer la administración Biden, hay, que se sepa hasta tres relevantes ejecutivos del gigante Blackrock (firma comercial que maneja un capital propio de seis billones de dólares, seis billones que pesaran en la nueva administración), hay, además, numerosos negros de gran relieve, y eso no es debido a la influencia de Obama sino a la influencia que ha adquirido la movilización ciudadana de Black Lives Matter, pues estos tiempos no son los tiempos de Luther King ni del reverendo Jackson, estos negros estan hartos de ser ninguneados, de ser los malos de la película o ser los listillos en las series de televisión, y eso es, en términos generales, lo que está definiendo la pandemía, un tiempo que augura una nueva era, en la que solo hablan los que realmente tienen fuerza.


No obstante la configuración del personal elegido por Biden apunta a una suerte de neofeudalismo empresarial, donde las grandes firmas, bancarias, industriales, comerciales serán las que quieran imponer las condiciones del juego.


El auge de los grupos fascistas en los países más avanzados expresa la efervescencia social, agitada por el temor que sienten la mediana y pequeña burguesía a un mundo cambiante, pero a diferencia del siglo pasado, donde el periodo de entreguerra, los felices veinte fue la época dorada que al tiempo que se quería olvidar la Gran Guerra, se bailaba charleston, y se popularizaba el jazz, el fascismo crecía, inventando una ideología, Mein Kampf, haciendo la marcha sobre Roma, tirando de filósofos como Goethe, Nietzsche, en la época actual, el fascismo no tiene que reinventar nada porque vivimos en un mundo fascistizado por la dictadura de la gran empresa y el sometimiento comprensivo de los sindicatos de clase, remachando una pasividad dictada no por el miedo sino por la perplejidad de unos cambios que, en general, la gente no se ven hacia donde apuntan así que, los grupos fascistas mantenidos por el dinero que circula por esos canales oscuros, en los que tan a gusto se mueven todos los que están próximos al poder, hibernan por si fuera necesario su concurso, pero con la pandemia, la televisión y los extraterrestres que construyeron las pirámide ¿Que falta hace Dios?, el capitalismo de los Blackrock, Amazon, Microsoft, etc., pueden disponer del tiempo que haga falta para reinventarse, donde voy yo gritando ¡Arrepentíos! ¡El final de los tiempos está aquí! Son ganas de incordiar, más, ahí queda.


Los felices veinte, del siglo pasado, también fue la época de la lucha por el hombre nuevo, por un tiempo nuevo. Fueron los tiempos de la lucha por el socialismo donde empezaba la construcción de una nueva nación la URSS, contra la que la burguesía coaligada luchó porque intuía el peligro mortal que amenazaba su dominio. El siglo transcurrido ha brindado al mundo el crecimiento más fabuloso de las fuerzas productivas, que han dejado de ser nacionales para llegar a ser mundiales y esta realidad, es a partes iguales una bendición y una maldición, todo dependerá de las reinvenciones en proceso. Si los Blackrock del mundo logran reinventarse con los poderes que suponen la teoría de juegos, la inteligencia artificial, el big data, el adn a la carta, la robótica y las nuevas armas biológicas, la humanidad podría estar en un tris de experimentar un nuevo ser humano, para una élite poderosa.



He tenido tiempo de ver algunos videos sobre versiones de la historia que aumentan mi simpatías por Irlanda, cuando en las guerras de defensa de España contra el expolio practicado por los Estados Unidos, los irlandeses en el campo enemigo se pasaban de bando porque creían que España defendía mejor los valores por los que ellos luchaban. La lucha de ideas, incluso ofreciendo la vida. Conmovedor. Mi apoyo a Méjico y a Lopez Obrador en la lucha por hacer que los anteriores presidentes sean responsables por ceder los yacimientos del Golfo de Mejico a los Estados Unidos por un plato de lentejas, y confieso que desconocía que Benito Juarez no firmo la cesión de Nuevo Méjico dejando abierta la puerta a que generaciones futuras de mejicanos reclamaran los territorios expoliados. Un ejemplo.


He visto digo, algunos videos en los que ciudadanos de Puerto Rico reivindican su vuelta a la Patria, que tienen mi simpatía, y si fuera preciso, mi persona, pero, por favor, rey, ni en la baraja, por cierto, el desplome de la antena de Arecibo es algo más que un desastre, es un símbolo de una época que se va, y que desde aquí me consta que ni el gobierno ni los combativos patriotas dispuestos a fusilar a 26 millones de españoles de segunda regional, moveran un dedo por hacerse eco de un deseo que sienten en Puerto Rico una parte de su población. Hacerse eco de ese deseo sí que sería defender la lengua de Cervantes y Quevedo, de Lope y Góngora. Hubiera sido una hazaña histórica, cuando en tiempos de la democracia una delegación de naciones indias norteamericanos pidieron ayuda para hacer del español lengua franca entre las diferentes naciones de Estados Unidos. ¡Que gran ocasión perdida! ¿Qué se hizo? ¿Nada?


El anterior apunte, creo, o en unos de los últimos, hablé de mi idea de Europa–Eurasia, por incluir a Rusia y a las naciones que componían la extinta URSS pero había un cierto desequilibrio en el esquema porque el norte estaba excesivamente presente, evidentemente sin incluir China, porque se trataba, en principio, de Europa.


En ese esquema, el sur podía parecer algo escuchimizado, pero con tiempos tan cambiantes, incluso podría estar representado por una suerte de nueva asociación, España y Portugal como cabeza de una Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas —URSI—evidentemente incluyendo las republicas americanas que quisieran reintegrarse en la madre patria, así Europa estaría equilibrada y el mundo más compensado.


Creo que nadie morirá de un infarto si lee esto, pero si alguien tiene que morir, ¡que se mueran los feos!


Aquí, un modesto fusilable

jmrmesas


ocho de diciembre de dos mil veinte



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