viernes, 25 de agosto de 2017

COHERENCIA ANALÍTICA


COHERENCIA ANALÍTICA


Por fin, el dato oculto ha sido revelado. Zbigniew Brzezinski fue el creador del yihadismo político militante, y lo más revelador fue la trampa creada por Estados Unidos con la operación Ciclón, en julio de 1979 destrozando Afganistán con 30 000 mercenarios cuya tarea era asesinar, violar y robar. Solo eso es suficiente para abominar de cualquier objetivo político que pudiera motivar el crimen, – desbancar un gobierno legítimo, que no convenía a sus intereses –, pero lo políticamente correcto es que este tipo de información sea silenciada y guardada a buen recaudo para no abrir los ojos de los que creen en la buena fe del complejo militar industrial cuando lo que lo anima no es otra cosa que asegurar el botín del expolio. Es la mafia elevada a su maxima expresión.

El articulo de la señora Armanian es no solo clarificador sino valiente y comprometido, porque por canalla que pudo ser el autor intelectual – Brzezinski –, se pudo llevar a cabo porque el capital financiero encontró el respaldo estatal, nada menos que del imperio del bien, Estados Unidos, cuyo comportamiento para con sus propios ciudadanos es hartamente condenable como demostró Gary Stephen Webb, escribiendo un libro – Dark Alliance – donde volcaba sus investigaciones sobre la complicidad de la CIA y el narcotráfico, así como la política de inundar los barrios negros de crack, para anular a unos ciudadanos, que no eran del gusto de los WASP (white anglo saxon protestant) ¿Es extraño que los ciudadanos estadounidenses les ofendan los símbolos de la Confederación, usados para mantener encendida la llama del odio? Los sucesos en Virginia –Charlottessville – y Carolina del Norte – Durham –, demuestran una lucha de clases, en USA, silenciada o cuando menos, maquillada que no tiene cabida en la información que recibimos de los medios, interesados en pintar un cuadro del que están ausente las desigualdades sangrantes, por eso, las explosiones de indignación masivas que reivindican igualdad, acabar con las injusticias terrenas son defendibles y solidarias, demostrando que la manipulación de la campaña electoral de Trump fue posible porque esos wasp, no solo estaban en el partido republicano sino que forma el núcleo del complejo militar industrial, es decir, republicanos y demócratas, por eso, Sanders no tenía cabida ahí, y Trump pudo ganar las elecciones.

Son las desigualdades, las injusticias, las incongruencias, lo que genera el odio y este se manifiesta en las sociedades donde la organización social presenta dificultades porque pasaron casi sin transición del medievo a la industrialización facilitando la manipulación de la élite dirigente, rápidamente convertidos en burgueses, que subyugan al pueblo, dificultando la organización y la defensa de los intereses populares. Cuando la violencia no reivindica, cuando la violencia es el crimen sin otro fin que crear terror, miedo irracional, entonces hemos de sospechar en una manipulación interesada y emboscada en unos objetivos difusos, etéreos, celestiales, solo aptos para enajenar a jóvenes desarraigados, y resentidos que perciben la injusticia pero carecen de la información, el conocimiento, y de quienes son los que de verdad ganan con el crimen y el expolio.

Eso es lo que invalida, lo que falsea el debate sobre los jóvenes terroristas que quieren imponer el islam medieval, el califato – una quimera, una fabulación impostada –, mientras se oculta la finalidad política de los inventores del radicalismo yihadista – que el planeta produzca riqueza para un puñado de multimillonarios –, mantenido por el complejo militar industrial y la red de thinktank, donde anidan los herederos políticos de Zbigniew Brzezinski, y todo los medios que sí conocen este tipo de datos pero los callan en debates y tertulias porque es lo políticamente correcto, dicho en términos más cabales, mantener al pueblo trabajador en la más absoluta ignorancia que es como mantenerlo en la más absoluta indefensión.

Por eso es terriblemente indignante la despreocupación por cogerlos vivos, porque muertos no pueden hablar, no pueden contar qué argumentos, qué razones les impulsaron a una acción cuya única finalidad era causar daño a gente desconocida y mientras todos se felicitan que las cosas funcionan, pero pueden mejorar – ¡faltaría más! –, nadie se pregunta cómo es que la CIA puede anunciar con meses de anticipación un atentado, en Londres, o París, o Barcelona. ¿No resulta inquietante? ¿No parece sospechoso?, en tanto se pasa de puntillas en la descoordinación de los diferentes departamentos policiales, argumentando que aunque, en España es casi inexistente, por celos profesionales, eso ocurre en casi todos los países, y si eso es así, la explicación más plausible es que tal descoordinación podría encubrir la posibilidad de utilizar esa falta de centralización para ser utilizada por los servicios secretos, manteniendo de este modo una estudiada opacidad, que únicamente puede beneficiar a los dueños del mundo que juegan con nuestras vidas como lo que somos, peones sin valor.

¿De verdad la izquierda tiene voluntad política para defender los intereses comunes; de verdad? Más nos vale que así sea, porque el interés puesto por los poderosos que controlan la información global y saben donde y cuando ocurrirá un atentado es su disposición a impedir que en España, que en el sur de Europa las cosas se les escapen de las manos, y al fijarse en Barcelona han comprendido que ahí está el eslabón débil en España, no pudiendo significar otra cosa que hacernos saber que lo pondrán todo lo difícil que puedan hacerlo.

jmrmesas

veintiséis de agosto de dos mil diecisiete



















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