sábado, 20 de mayo de 2017

EL MALDITO MODO DE PRODUCCIÓN MERCANTIL


EL MALDITO MODO DE PRODUCCION MERCANTIL

Su obsolescencia, sin el valor de la inteligentsia para imaginar, deducir y,o, anticipar una alternativa que proyecte el salto del sujeto colectivo, de su primitiva infancia supersticiosa a su madurez lúcida y consciente es el causante del sufrimiento y deterioro de las condiciones humanas, que pasan de ser individuales a ser sociales, porque su raíz no están en el individuo sino en las condiciones sociales que el individuo experimenta, padece, impuesto por el poder de una élite corrupta, ella misma, víctima privilegiada, de un poder, que a lo largo de la historia, a cuidado de aparentar, desligado de la misma sociedad que lo genera.

Lejos de que esto último pueda significar una atenuación a su condición de meros instrumentos de decisión, ha de ser considerado (la función y la élite) un agravante porque desde el origen de los tiempos, el ritual y el secreto con el que se cubre el poder, cualquier poder, estaba y está la voluntad de apartar los entresijos del poder de la mirada de la sociedad, del pueblo, para de ese modo, privilegiar a una élite que se arrogaba – y se sigue arrogando, so capa de ser elegidos democráticamente – toda las capacidades decisorias, beneficiándose, en primer término.

El sistema, el modo de producción de mercancías está caducado porque cualquier nuevo descubrimiento, en cualquier campo, redunda en una mayor capacidad de control de la élite sobre el conjunto social, en una mayor capacidad de opresión y sufrimiento; en un mayor poder de destrucción porque la única industria impulsada, capaz de absorber todo lo que la ciencia y la tecnología produce, sin que esa producción revierta en el conjunto social, y sí unicamente, en la reducida élite que se arroga todos los poderes es toda la relacionada, directa o indirectamente, con la fabricación y el control de las armas de destrucción masiva. Esa realidad genera frustración, decepción, resentimiento, vacuidad, frivolidad, ingente cantidad de penuria física y psíquica que se traduce en crimen y corrupción generalizada, que en España se ha convertido en indecencia porque toda la estructura de la clase burguesa, carecía del disimulo, que en otros países proporcionaron las revoluciones políticas burguesas, y las movilizaciones obreras y populares, que se tradujeron en una mayor articulación social y política.

Queda claro para una inteligencia sin temor a la verdad, que en esta etapa del desarrollo mundial del sistema, que este, el sistema no producirá ni puede producir condiciones que eleven el nivel de vida de la sociedad porque esa escalón, ese peldaño de elevación lleva asociado un mayor nivel de consciencia y poder social que será fatal para la élite poderosa que tiene todo el poder, por lo tanto, de su política actual no puede esperarse otra cosa que destrucción generalizada, embrutecimiento e ignorancia, y todo el progreso logrado, todo el conocimiento obtenido, presente y pasado, es a pesar de esa élite, y no a su impulso.

La historia del progreso humano se debe a la interrelación. Es la suma sigma de esas relaciones sociales, en su más amplia y vasta influencia, en apariencia, independientes, pero mutuamente influidas unos con otras que han dado como resultado a lo largo del proceso histórico, recorrido por los diferentes modos de producción un incremento de los conocimientos y de la riqueza, material y espiritual, de los procesos de adquisición de conocimientos, en todos los ordenes, de los que una élite se ha aprovechado, apartándolos del conjunto humano, por eso, reivindicar poner en común la riqueza y los conocimientos es vital para lograr un salto cualitativo en el desarrollo del individuo colectivo.

Es el modo de producción de mercancías objetivado en la ganancia, en el lucro personal lo que impide el progreso del ser humano ahogando las capacidades y sentimientos más nobles, porque estos sentimientos y capacidades, si no tienen una materialización económica son considerados obstaculizantes para el desarrollo material enfocado a la obtención del beneficio económico de la élite, de la burguesía monopolista, esta mil millonésima parte de poseedores – este año han sido ocho – que tiene tanto dinero como la mitad de la humanidad, más pobre, según el último informe de Oxfan, informe al que ningún medio le presta atención, más allá del día en que es aireado al comienzo del año en la reunión de los más ricos en Davos, Suiza, desapareciendo de la escena hasta el próximo año; este – el modo de producción – es un pesado lastre que impide la vida armoniosa de la sociedad, porque esta al ser excluida de la participación consciente, pierde perspectiva y pierde profundidad, quedando reducida a la función de ser parte del mismo modo de producción, fuerza de trabajo, que el progreso técnico-científico, está apartando aceleradamente, por eso, reivindicar la expropiación de los expropiadores, es fundamental para dar sentido a la alternativa al maldito modo de producción mercantil. Todos los modos de producción han impulsado las fuerzas productivas para conseguir que el hombre no estuviese sometido a la naturaleza, y cuando, en gran medida, se ha conseguido el objetivo, este se pervierte porque el hombre se somete a la fuerza de su creación, la mercancía, acarreando una enorme carga de frustración y podredumbre, por eso es importante la alternativa, al modo de producción mercantil.

No habrá alternativa sin la consciencia y la voluntad de elaborar un modo de producción que ponga en el centro al ser humano, su crecimiento espiritual e intelectual, primero, porque la humanidad es una en su diversidad de razas, todos iguales – semejantes – todos distintos – individuos –; segundo, porque los problemas a los que se enfrenta, la humanidad, en esta etapa de la historia, a diferencia de otros momentos, el tiempo no es indefinido, el tiempo es determinante porque la calidad de los problemas no puede quedar en manos de un puñado de canallas, por mucho pedigrí que tengan; tercero, porque todos los modos productivos han impulsado las fuerzas productivas, hasta el momento presente, desarrollando el crecimiento material pero subyugando al ser humano como garantía del despegue que le liberaría de la dependencia de la naturaleza, y discrepando de Stephen Hawking, y sin desestimar la exploración del cosmos, la supervivencia de la humanidad solo la garantizará el cambio del modo de producción mercantil, impulsando una alternativa al modo de producción de los capitalistas, porque la sociedad, en su conjunto se sentirá concernida a buscar soluciones, sin esperar a líderes salvadores.

Creo obligado una reflexión sobre la socialdemocracia, a raíz de las elecciones francesas y de la vergonzosa y oportunista deriva del que fuera primer ministro Valls, así como la batalla que tiene lugar en España por la dirección del PSOE porque tras esta marca político-electoral – socialdemocracia – a la que se da por muerta, se esconde la vieja idea de ABANDONAR luchar por el socialismo, como algo que ha quedado obsoleto, sin valor, digamos, para ilustrar una una imagen, que hasta el momento en que se produjo la Revolución bolchevique de 1917, que los partidos políticos de la socialdemocracia, ocupaban el sector más a la izquierda del espectro político, y que solo tras la traición de las votaciones de los créditos de guerra de 1914 y de la revolución obrera de 1917 en Rusia, el movimiento obrero se dividió. Si los dirigentes políticos socialdemócratas pretenden seguir entregando, a la burguesía el potencial de la fuerza de la socialdemocracia, es evidente que semejante traición enterrará la marca socialista, por inservible, pero la lucha por el socialismo seguirá estando vigente porque la lucha por liberar al obrero de la explotación sigue estando en el foco.

Hay muchas formas de introducir de matute el abandono de la lucha por el socialismo, como la falsa lucha entre el capitalismo rentista y el precariado, que es de la misma inconsistencia que votar los créditos de guerra, y teorizar sobre el precariado me parece una traición. Alguna reflexión merece el asunto. ¿Por qué el capitalismo productivo nos ha traído al capitalismo rentista? ¿El capitalismo rentista no es el capital financiero? ¿A qué viene el disimulo sobre la denominación de origen? Solamente evitar la confrontación directa contra el capitalismo justifica tal disimulo, al sentirse, el intelectual, separado de la clase obrera, separado de la sociedad, tendiendo a teorizar la impotencia al perder la perspectiva, justificando la carencia del partido – el intelectual colectivo –, que no de organización electoral, minimizando la importancia de la atomización de la clase obrera y su falta de dirección. La burguesía tiene dirección y a esa dirección debe la construcción de esa red, de esa estructura institucional e internacional de las que obtiene rentas inmorales, y además, ineficiente – ¿demostró Marx la conexión entre la renta y la plusvalía? – ¿Acaso los diferentes think tank no es el cerebro que urde y articula al capital rentista, al capital financiero? ¿Acaso las diferentes cumbres internacionales de los gobiernos, no equivaldrían al politburo del capital financiero, cuyos dictados ejecuta el gobierno del complejo militar industrial? Defender la capacidad y la libertad de las personas para elegir qué tipo de trabajo y a cambio de qué salarios y condiciones quieren ofrecerse en el mercado de trabajo, ¿no rompe la solidaridad?, ¿es por esto que existe precariado?, ¿no es por esto que los sindicatos han traicionado a la clase obrera? ¿No es por esto, que un trabajador, un juez, puede mudar de sala? Esto es matute teórico.

La lucha por el socialismo significa volver a reivindicar lo que se proponían los primeros socialistas la expropiación de los medios de producción y de la tierra, la expropiación de los expropiadores, que actualmente, mediante la construcción institucional e internacional de redes para obtener rentas inmorales, una mil millonésima de propietarios tienen tanta como la mitad más pobre. Esta reivindicación es la que puede soldar la atomización de la clase obrera mundial, que hará iguales en derechos a los seres humanos y que estos puedan disponer de su futuro sin tener que temer si será Washington o Pyongyang el primero en desenfundar, y la renta básica no es más que una idea tolerada y tolerable por el poder, porque aparta la mirada del latrocinio legal del sistema, que en España se ha vuelto irrespirable.

jmrmesas

veinte de mayo de dos mil diecisiete



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