viernes, 23 de mayo de 2014

EL FASCISMO EN EUROPA: DE LA MANO DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO USA


EL FASCISMO EN EUROPA:
DE LA MANO DEL
DEPARTAMENTO DE ESTADO USA


Lo que haya de suceder en el mundo en el presente siglo xxi dependerá sin lugar a dudas de lo que suceda en Europa en nuestros días, y eso es algo que el capital financiero internacional sabe perfectamente, como sabe igualmente que el estado presente de la situación actual es insostenible por más tiempo, y en la oleada de cambios que se perfilan, unos, buscados, otros, ineluctables y algún otro, imprevisto, el capital financiero, acostumbrado a la especulación económica, igualmente, especula intelectualmente sobre el futuro contemplando las opciones a la luz de las fuerzas productivas-destructivas que ellos manejan, porque son ellos los que financian la ciencia y la tecnología que las producen, y en estas conjeturaciones, y dado el cariz que han ido tomando los acontecimientos desde el estallido de la crisis de 2007/2008, han visto la posibilidad de terciar en el desarrollo de la situación, en el lugar idóneo, en el corazón de Europa, a través del más adelantado de todos, el complejo militar-industrial euro-estadounidense.

Desde la presentación en sociedad de la quiebra bancaria, conocida tiempo ha, pero mantenida en la recámara hasta el último minuto, pues no hay que olvidar, aunque no lo parezca, que las relaciones entre los socios, todos ellos, avezados depredadores, por muy cordiales que puedan parecer, no dejan de ser relaciones de poder, competición de puños de hierro revestidos con guantes de seda, que la situación debía madurar para que la intervención, pudiese arrojar resultados digeribles, y esta ha sido la apuesta ucraniana.

El capital financiero internacional, sólidamente estructurado en ese núcleo de 147 empresas transnacionales sabía que el liderazgo de EEUU estaba cuestionado; que su hegemonía industrial y económica era discutida por la propia dinámica de los hechos, y que el dólar había dejado de ser referencia obligada y que más pronto que tarde era inevitable un nuevo reparto de tareas y que, aunque EEUU pudiese seguir encabezando el grupo, sus decisiones habrían de discutirse cuando menos, por lo tanto, se hacía necesario pergeñar alguna estrategia con la que colocar peones en el lugar del tablero más decisivo: Europa. Esta ha sido la jugada Euromaidan; la apuesta por intervenir en Europa, a partir de Ucrania, no deja de tener sus riesgos, pero aparenta una cierta inofensividad para el resto de europeos.

Toda la literatura antifascista producida desde el nacimiento del fascismo, desde el final de la Gran Guerra de 1914, interesadamente olvidada por la socialdemocracia, desde entonces, mozo de espadas de las respectivas burguesías nacionales, y estúpidamente ignorada, por la izquierda parlamentaria, nos habla del fascismo como instrumento característico e imprescindible del capital financiero, y de la mano del Departamento de Estado de EEUU, este, el fascismo, ha vuelto para hacer su presentación en Europa, por la puerta ucraniana de la mano cómplice de una funcionaria de esa institución -Victoria(que se joda la UE) Nuland-, y no es casual que se haya hecho todo el esfuerzo de acabar con un gobierno legal, repetido por enésima vez, corrupto, y por tanto, homologable, con otros gobiernos, por ejemplo, España, sin que las semejanzas sirvan, más que para que toda la palabrería sobre la legalidad constitucional se haya ido por el desagüe, dejando con las vergüenzas al descubierto a EEUU, la UE y toda la caterva de medios empeñados en tergiversar los hechos.

El capital financiero internacional sabe que lo que haya de suceder en el presente siglo se ha de ventilar en Europa; no en China, no en Rusia, sino en ese núcleo de países como Francia, Italia, Alemania, España, Holanda, Bélgica, Reino Unido, Irlanda, Portugal, Finlandia, Suecia, Suiza, etcétera, sin olvidarnos de GRECIA, cuna de la civilización moderna y ensayo a exportar al resto, de ahí la importancia con la que el capital financiero ha terciado, está terciando en Europa desde el comienzo de la crisis, a través del ataque al euro primero, con las agencias de calificación; casi sin solución de continuidad con los recortes -semejante al asedio a una fortaleza-, y ahora, con la puesta en escena del fascismo, en un lugar, aparentemente, sin relación: Ucrania, pero que es clave para saltar hacia el norte y bajar hacia el sur. Toda la ofensiva que se desarrolla en Ucrania está premeditada; la misma matanza realizada en la Casa de los Sindicatos, en Odesa fue diseñada para producir una encerrona y masacrar a un número elevado de antimaidanistas, implicándose, financieramente, claro está, los notables oligarcas -investigaciones comprometidas señalan a un presunto financiador de la operación, Kolomeiski, entre la cúpula con sede en Kiev-, y esto habría de tomarse muy en serio por la izquierda mundial, porque afectará a la ciudadanía de todos los países, porque las fuerzas productivas-destructivas, son globales, y las materias primas, se las disputan esas 147 transnacionales, en todo el globo, por eso, al hacer coincidir las elecciones para elegir gobierno en Ucrania, con las elecciones al parlamento europeo, es una manera de ningunear las elecciones de la UE, poniendo en valor el asalto nazi al gobierno legitimo de Yanukovich -digámoslo nuevamente, corrupto y homologable con otros-, y bobaliconamente, la izquierda no ha tomado nota de la amenaza que se cierne sobre todo el continente europeo, en principio, pero, de tener éxito, las consecuencias serán mundiales, primero, porque el sistema económico financiero esta, socialmente, acabado; segundo, porque el auge, el empuje de las fuerzas productivas-destructivas auspiciados por la ciencia y la tecnología, pone cada vez más, fuera del mercado a la fuerza de trabajo, y esto, cuestiona, radicalmente, el modelo de sociedad, el modelo de convivencia, las mismas bases del sistema, y eso, lo sabe el capital financiero euro-estadounidense, lo saben los oligarcas que robaron a los pueblos de Europa del este, lo sabe hasta Fernandez Toxo, que admite sin complejos que la izquierda no tiene política para Europa, y sin embargo, en estas próximas elecciones, ni un solo miting, ni un solo debate ha presentado, descarnadamente los datos.

Ciudadanas y ciudadanos del mundo, si el fascismo ha hecho acto de presencia y no solo no cesa, sino que no ceja de incrementar su actuación, hemos de temer una confabulación gubernamental, tolerando y permitiendo sus desmanes para imponer silencio a la ciudadanía, porque el silencio cómplice de la UE, de los medios y del establisment, en ignorar las atrocidades del fascismo en Ucrania, potenciadas y dirigidas por Washington y su brazo militar -OTAN-, significará un brutal encarecimiento de las condiciones de vida y trabajo, tras las elecciones, porque los hechos son testarudos, y en las condiciones actuales, con un modo de producción en manos de una todopoderosa minoría, las condiciones de vida para la ciudanía, no harán sino empeorar porque los problemas fundamentales requieren modificar las condiciones del sistema, y de eso, no se ha hablado en ninguna parte, por eso, una medida, a nuestro alcance es cerrar el paso al fascismo, en estas elecciones, privándoles, de la posibilidad de tener representación en Europa. Es necesario votar izquierda, es necesario votar a la izquierda comprometida y consecuente. Por mi parte votaré Izquierda Unida, porque, pese a todo, significa la opción más organizada y con los más comprometidos.

jmrmesas

veintitrés de mayo de dos mil catorce

























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