lunes, 24 de febrero de 2014

INTENTANDO COMPRENDER




INTENTANDO COMPRENDER

LA DESAPARICIÓN DE LA URSS TIENE UN COSTE AUN NO RESUELTO

Absorbidos por el ajetreo diario de tener que sobrevivir, el ciudadano corriente trata de ubicar cada acontecimiento con el que nos obsequia la actualidad, buscando los perfiles, a modo de pieza de esos rompecabezas de múltiples piezas troqueladas, para encajarlas y poder continuar su cotidiano quehacer, solo cuando tiene tiempo y mira el puzzle, se da cuenta que hay piezas encajadas que no concuerdan con el contenido del dibujo, pese a que los contornos se adaptaban al hueco que los acogió, y en esa tarea de encajar acontecimientos, también me hallo, aunque me doy cuenta que en el apresuramiento, no siempre los contornos se corresponden con el contenido que expresan la profundidad de los acontecimientos.

Esta profundidad que sustentan los acontecimientos tiene, en el tiempo, la suficiente solidez como para apreciar de qué va el asunto, pues en casi los veinticuatro años transcurridos desde la disolución de la URSS, se puede comprender que aquella desaparición no puede ser considerada un mero pasar página, pues todo el pasado siglo xx ha estado dominado por la influencia de la revolución rusa de 1917, y eso no puede ser escaqueado, simplemente, pasando pagina.

Acontecimientos como el golpe de estado de Kiev, ahora se le está llamando revolución, no puede ocultar que tras esa denominación, así como los apoyos que está recibiendo, y de quienes, no pueden ocultar, repito, que lo que está en discusión es la negativa del sistema -el superimperialismo- a permitir la integración, en su economía de dos potencias Rusia y China, que aún respetando las reglas del superimperialismo, ambas naciones alteran el estatu-quo definido por unas relaciones de producción, que el cartel de las 147 ha construido y perfeccionado, en prácticamente el mismo tiempo de vida que se desarrolla desde los años de la desaparición del peligro comunista, con la ofensiva del liberalismo económico.

La economía internacional, para entender que es lo que ocurre, no se puede ver como un mero balance contable sino como una prueba de fuerzas entre dos contendientes económicos muy disparejos, en realidad es una prueba de relaciones de producción que no son compatibles, pues aunque, formalmente Rusia ha abandonado la concepción marxista de la economía, si es que alguna vez la tuvo, sin embargo, es un coloso industrial y militar y aunque su producción industrial queda absorbida por su industria militar y su escasa densidad de población, puede ir sorteando el temporal, porque, además, su deuda es casi inexistente, y aún conserva una considerable influencia internacional, que maneja con relativa calma y despreocupación. China, no obstante, es un problema diferente, y no es que formalmente sea comunista, cosa que hace tiempo el superimperialismo sabe que no será por ese lado por el que deba preocuparse, aunque pueda utilizar el termino para entorpecer los negocios, saben que la cúpula del partido y del Estado está podrida con cuentas de los líderes en los paraísos fiscales, y por tanto, el peligro rojo no es ese, por el contrario, el coloso chino, es una potencia industrial cuya producción compite con mercancías de alta penetración en los mercados que el superimperialismo controla, aparte de ser una importante potencia militar, sino que además, China tiene una importante reserva de dolares, y eso, unido a la penetración de las mercancías chinas en los mercados, le da a los chinos un poder desestabilizador, que el superimperialismo ha de cortar, porque le va en ello su capacidad de control de la economía mundial.

Si estas naciones fuesen potencias medianas, habrían tenido que transigir con las imposiciones del superimperialismo euro-estadounidense, pero al ser ambos, colosos industriales y militares, y hasta cierto punto, socios, respaldándose ambos con la orla de países como Brasil, India y Sudáfrica -BRICS-, se podría considerar un enfrentamiento entre dos visiones de competidores burgueses, y en este caso, la geopolítica implica, antes de intentar un nuevo reparto del mundo mediante un conflicto armado de dimensiones aterradoras, hostigar a los competidores recurriendo a toda suerte de golpes, entre ellos los golpes de estado sean estos duros, Egipto, o blandos, Ucrania, Venezuela, es decir, causando desequilibrios controlables, que no dejan de tener un riesgo muy alto, porque intentar desestabilizar naciones como Rusia o China, países multirraciales, con un alto contenido de agravios históricos, entre los pueblos que componen esos Estados, es tocar piezas básicas de un entramado mundial, que puede hacer ingobernable la convivencia entre los pueblos vecinos, y en ningún bando, sea estos que he mencionado, como entre los euro-estadounidense, la contabilidad de los agravios nacionales pueden ser incalculables.

En estos casi veinticuatro años transcurridos, el modo de producción mercantil ha agotado su faceta positiva como impulsor de las fuerzas productivas,estas, altamente internacionalizadas han producido un entramado que controla el cartel de las 147 transnacionales, y en ambos bandos, la industrialización automatizada, necesariamente reduce la intervención de grandes masas de trabajadores que van directamente a engrosar el paro; podría decirse, con un escaso margen de error, que estamos en vísperas de acontecimientos cuyos efectos van a decidir el próximo futuro porque estamos en uno de esos momentos, en la historia, en la que las contradicciones saltan porque los conceptos sobre el modo de vida, familia, perspectivas, etc., y sobre todo, la percepción de una corrupción galopante en la élite social que sirve de modelo, en los que se apoya el sistema, está hondamente cuestionada, así que las sociedades se saben ninguneadas por sus élites rectoras, y los odios acumulados no están sujetos por ningún credo capaz de refrenarlos -sean estos, políticos o religiosos-, por eso es necesario aclarar los conceptos, dejando claro que una revolución pretende un cambio social profundo, dando poder a la sociedad, y en el caso de Ucrania, la lucha se ha establecido entre facciones de exburocratas enriquecidos por el robo de la propiedad social.

Me parece muy importante comprender esto, porque los pueblos que componían la URSS se mantenían unidos, no sin grandes esfuerzos, porque la revolución y la lucha subsecuente por un mundo nuevo hizo de sólido aglutinante que se fue debilitando, en la medida que la burocracia llegó a separase por completo de la sociedad. Lenin fue muy crítico con los comportamientos burocráticos gran-ruso de los responsables del partido, encargados de las cuestiones nacionales, proponiendo un castigo ejemplar de un colaborador, con el que compartió trabajos en el exilio -Ordzhonikidze- pero señaló con crudeza a los responsables del tratamiento dado a los camaradas georgianos, responsabilizando a Stalin, otro georgiano como Ordzhonikidze y Dzerzhinski, por no tener el tacto y la sensibilidad necesaria que implicaba el tratamiento de los responsables del partido para con las cuestiones sobre las nacionalidades. Desde entonces las cuestiones nacionales fue una pieza angular de la URSS, y con su disolución, Rusia ha ido aflojando lazos con aquellas repúblicas cuya permanencia en la nueva organización, podría suponer constantes fricciones, azuzadas por la burguesía europea y estadounidense, pues conscientes de esa debilidad, se convierten en piezas de desgaste usadas en la geoestrategia, para señalar a los rusos el precio de su integración, en el mercado, si llegara a producirse, que no se producirá sin una confrontación determinante, porque, argumentara, algún despistado, que ya están en el mercado, pero que vendan sus mercancías no implica que participen del cúmulo de beneficios que la estructura profunda del capitalismo, guarda para la élite del uno por ciento.

LA IZQUIERDA INTERNACIONAL

La sociedad, la ciudadanía no perdonara que la izquierda europea, sobre todo europea, no tome posición respecto a los acontecimientos en Ucrania. A la izquierda le han pasado acontecimientos importantes sin que tomaran posición política, sin definirse sobre acontecimientos que están marcando nuestro tiempo de vida, y así, se quedó muda ante la disolución de la URSS, porque defender a la Unión Soviética, querían que significara defender a la burocracia represora del pueblo y ladrona de la propiedad colectiva, se ha quedado muda ante la indignación del pueblo tunecino cuando este se echo a la calle para demostrar su hartazgo; se ha quedado muda ante la primavera árabe y su posterior ahogamiento en sangre, y no puede quedarse muda ante el golpe de estado en Ucrania porque no puede bendecir con su silencio una pelea entre los exburócratas soviéticos, jaleados por el superimperialismo, porque no se trata de defender a Yanukovich, ni a Rusia, se trata de denunciar la expropiación de la sociedad por un grupo de indecentes trepadores que se aprovecharon de la confianza depositadas en ellos por la sociedad, para saquear su riqueza; se trata de respetar las reglas porque si hubo unas elecciones no más sucias que las occidentales, el respeto a esas reglas es determinante, o estaremos de acuerdo en promover la toma del congreso de los diputados en España, porque no nos representan, y la cupula del Estado y del partido en el gobierno están podridas, como las que el superimperialismo bendice respecto de lo oriental, con el apoyo de Londres, Berlin y Varsovia, y los buenos oficios de Washinton para lograr un gobierno de unidad nacional.
Izquierda Unida y el Partido de la Izquierda de Europa tienen que tomar posición política con respecto a los países ex socialistas, si quieren dejar claro porque es por lo que hay que luchar. Las próximas elecciones al parlamento europeo no pueden ser encerradas en una pelea por quien encabezará las lista, porque eso se interpretará, con todo justicia, por quien va a medrar durante cuatro años en Bruselas, porque unas elecciones que, al menos Izquierda Unida y el Partido de la Izquierda de Europa querían que fuesen el inicio de un cambio social, tienen que empezar por definir los objetivos por los que hay que batallar, que programa se lleva a esas elecciones y el compromiso indeclinable de quienes encabecen la candidatura, a pelear por ello. No se trata de dejar que el más valiente diga lo que a su juicio le parezca, el compromiso es otro, y este es, por adelantado, dejar claro ante la ciudadanía que es por lo que se va a luchar, ¿Se va a pedir una reforma fiscal para que los burgueses europeos paguen? ¿Se va a convertir eso en una batalla seria para lograr resultados, o solo en maniobras jurídicas que no servirán para nada? ¿Alguien cree que una renta básica pueda ser lograda sin dejar muertos en las calles? Si alguien cree que esto es posible, sin coste social y político, o es estúpido o pretende engañar a la gente. El sistema está acabado, y el superimperialismo euro-estadounidense no puede permitir que unos advenedizos -China, Rusia- compitan, por cierto, ¿Por qué no se utiliza este término que define perfectamente la finalidad de los lineamientos sociales? Porque la socorrida corrección política permite escamotear los conceptos que definen la lucha de clases, porque la lucha de clases no es un balance contable sino una pelea que definen las relaciones de producción, ¿Cómo es que los sindicatos no dicen nada sobre el creciente número de horas extraordinarias que no se pagan? No se pueden ocultar detrás las huelgas que no tiene otro remedio que liderar.

Concluyendo; el modo de producción mercantil no puede producir avances sociales y políticos, porque esta faceta se agotó desde casi el final de la SGM, y el necesario cambio tardará tanto como el tiempo que tarde la humanidad en producir una vanguardia capaz de plantear unos objetivos capaces de ilusionar y motivar a lo más avanzado de la ciudadanía a luchar por esos objetivos. Todo no puede ser delineado milimétricamente, pero un núcleo de objetivos claros, sí deben ser expuestos: Condonación de las deudas nacionales, erradicación de los paraísos fiscales, una moneda mundial, y para ello, la exigencia de una enseñanza gratuita, sanidad pública, condiciones de vida digna, una renta básica, y ESTAR DISPUESTOS HA HACER QUEBRAR A LOS ESTADOS, SI LOS RICOS CONTINUAN NEGANDOSE A PAGAR IMPUESTOS; como dijo Napoleón, citado por Lenin, lo primero es plantear seriamente el combate, y luego, ya veremos que pasa. Que así sea.

jmrmesas

veinticuatro de febrero de dos mil catorce







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