CAMBIAR EL SIGNO DE LA
DEUDA HISTÓRICA
DEFINIENDO EL CAMPO DE
ACTUACIÓN
Formalmente, la sociedad
es fuente de legitimidad, reconocida en la mayoría de las
constituciones de las naciones de los países industrializados, sin
ambigüedad que las cuestiones, pero en la realidad, la sociedad está
a años luz de ser un poder real, porque el verdadero poder escapa a
su control. En los últimos cien años, las ciencias han puesto en
manos de una minoría, ese escaso uno por ciento global, un poder
como nunca antes ha tenido una minoría social, y lo que es más
aterrador, ese poder no está en manos de elementos responsables ante
la sociedad, es decir, ese poder no está en manos de personas
elegidas en los procesos democráticos, sino en manos privadas, más
concretamente, en manos del capital financiero internacional, que es
quien financia la ciencia, aún cuando esa financiación, en gran
medida disponga de fondos públicos, que gestionan empresas privadas,
lo que da a esos grupos capitalistas un enorme poder para presionar a
los gobiernos, influyendo a los Estados para que apliquen políticas
que sean afines a sus intereses privados.
Este enorme poder de la
élite, se agiganta porque el conjunto de la sociedad no tiene
consciencia real de su déficit de poder, mientras la élite, ese
escaso uno por ciento, no solo tiene un poder real en una gran
variedad de aspectos sino que además es consciente de la falta de
percepción social del poder de la élite, que como mucho, el
conjunto de la ciudadanía mundial asocia a la acumulación de
dinero, y casi nada más, mientras que la capacidad para manipular la ciencia, y a la propia sociedad está perfectamente encubierto,
camuflado y disimulado de forma y manera que aparenta el orden
natural del desarrollo del progreso, cuando el desarrollo del
progreso no tiene nada de orden natural sino que este orden está
mediatizado por las fuerzas internas que obran en la sociedad y cuyo
abanico es enorme, pero solo aquellos aspectos de los cuales el
capital y su poder prevén obtener beneficio es estimulado,
apoyándolo mediante un uso financiero que estaría en relación
directa a la capacidad de obtener aplicación en los negocios y
asuntos que están relacionado y vinculados a los proyectos que la
clase dominante, la élite, valora como importantes.
La presente introducción
tiene por objeto tratar de situar la perspectiva de conjunto de un
balance de poderes en el seno de la sociedad, porque este balance de
poderes, no obstante su disparidad, no es estático sino
terriblemente dinámico, a veces, con velocidad insospechada, como lo
atestigua el arrastre del órdago de la diada catalana 2013, cuyo
inicio, nadie podrá negar, disparó Artur Mas un año antes, cuando
contra todo criterio decidió romper la baraja (una decisión siempre
a tener en cuenta, cuando el poder hace oídos sordos) y convocar las
elecciones por la independencia de Catalunya cuando el pacto fiscal
que proponía fue desoído por el gobierno de Rajoy. Aún cuando la
dinámica de la historia, ahora, está demostrando que los Estados
nacionales están en manos de las fuerzas que manejan los procesos
económicos, y esos poderes se concentran en las manos de un puñado
empresas controladas por el capital financiero internacional que
maquina proyectos supranacionales al estilo de la Unión
Europea, es decir, proyectos
ajenos a los intereses de la ciudadanía, en este caso, europea, y en
los casos imaginados por el superimperialismo surgido tras la SGM,
con idéntico comportamiento, lo que equivale a decir, con una
participación democrática meramente testimonial y simbólica, la
apuesta del independentismo catalán está destinada a enmerdar el
panorama, porque un micro Estado jamas podrá tener capacidad de
maniobra, ajustándose al marco que le señala el capital financiero,
y si se lo saltara, sería barrido sin consideración alguna, por
eso, el nacionalismo pequeño burgués, junto al nacionalismo
tradicional, se ha convertido en un argumento excelente en la
estrategia del capital financiero del superimperialismo, expresado en
esa sucesión de cumbres de diverso calado, Gs, ONU, troika, etc.,
que tan hábilmente demuestran usar, mientras la izquierda,
prisionera de ese sentimiento pequeño burgués, tolerante con el
nacionalismo marcha a la deriva porque no se atreve a definir sin
ambigüedad que el derecho a la propia lengua y cultura nunca
derivará en un Estado propio, primero porque va contra la tendencia
de la historia, segundo porque 1714 fue el desarrollo de la guerra de
sucesión de la corona de España y no la guerra de secesión de
Catalunya, y tercero, y no menos importante sino más, porque la
división del Estado es la división de la clase obrera, y esta, en
Europa ha sido fragmentada suficientemente como para que la izquierda
se tome en serio la tarea de evitar nuevas divisiones.
Con expectativas del
mismo tenor, la situación podría ser tomada como un modelo, como
una forma de entender la vida ciudadana centrada en el aspecto local,
nacional, centrada en torno a la política nacional, cuando las
políticas nacionales están determinadas por la política que
conviene al interés de la fuerza central del capital financiero
intencional centrado en la atrofia del dólar, algo reconocido por y
desde diferentes
perspectivas, y que, sin
embargo, las decisiones que se toman, son valoradas en ese ámbito de
cumbres generales, aún cuando la decisión final esté cantada de
antemano y el resto de participantes tengan que acatarlas porque
son las adecuadas al interés del conjunto. Por tanto, las
perspectivas de conjunto para el núcleo que compone el entramado de
grandes empresas y bancos, consideradas desde dentro del sistema
-reforma del sistemas monetario, sistema financiero, etc.,- como en
lo que corresponde a concepción, principios basados en el
crecimiento del PIB y no en criterios de utilidad social, siendo
este criterio el señalaría ese déficit de poder social, ya que es
imposible variarlo si se desconoce la posibilidad de optar por otras
prioridades para organizar la producción en función del bien común,
y esto es, cuando menos, ignorado por los economistas comprometidos
socialmente, toda vez que al presentar los datos lo hacen sin tocar
el marco que da sentido a una concepción de la economía que hace de
la ganancia, la doctrina del sistema.
QUIEN SE ATREVERÁ A
HABLAR DE ECONOMÍA EN NOMBRE DE LA HUMANIDAD
Solamente quien sienta y
haga suya las reivindicaciones solidarias puede hablar en nombre de
la humanidad, en nombre de su abanderada, la clase obrera, la clase
trabajadora, y esto trasciende al economista más audaz y
preclaro, porque esto es tarea de la organización, tarea que
asuma colectivamente un partido, necesitamos
desesperadamente un partido de izquierdas,
dice Ken Loach y tal partido no puede ser, ahora, más que una
internacional porque todas las decisiones que se están tomando
actualmente, todas están pensadas poniendo el foco en un
nuevo reparto de poderes, porque la desaparición de la URSS, a manos
de la propia burocracia ha liberado espacio político que debe
ser disputado entre el viejo poder imperialista que se agrupa en lo
podríamos llamar el complejo militar industrial euro-estadounidense,
y ese reagrupamiento ruso-asiático que debe definir sus perfiles,
más allá del territorio ruso, estableciendo acuerdos con China,
Japón y otros territorios en el Pacífico. Eso es lo que se está
ventilando con la fabricación de pruebas abrumadoras para
demostrar que Siria ha de ser castigada.
Todo el entramado del
nuevo siglo xxi está articulado en torno a la fabricación
de pruebas que posibiliten al
superimperialismo actuar como policía universal, porque el espacio
político liberado -liberado en tanto que la URSS, formalmente,
defendía valores e intereses de clase, que Rusia, y de rebote
también China, ya no respalda- está destinado a crear las
condiciones, crear opinión, una opinión mundial que facilite y
justifique los manejos de los intereses del cartel de las 147
empresas multinacionales, entre las que están todos los grandes
bancos sistemicos.
Cuando la burguesía que
forma el entramado del superimperialismo es capaz de demoler el WTC,
con todos sus trabajadores dentro, con la mayoría de sus ocupantes
en el puesto de trabajo, el maquiavelismo supera con mucho un simple
afianzamiento del propio poder para convertirse en el argumento
central de nuevas aventuras, de nuevos espacios de conquistas,
que dudan en dar porque eso requiere un adoctrinamiento y un
adocenamiento de argumentos que puedan ser tragados por una
ciudadanía contrainformada desestructurada y escasamente encuadrada
en organizaciones de la clase trabajadora, por eso, ante este
panorama de conjunto, cuyo diseño esta enfocado teniendo como meta
al mundo, ¿Cómo es posible considerar que los problemas tienen
una respuesta nacional? Mirando a ras del suelo, el árbol nunca
nos permitirá tomar en consideración el bosque, porque nunca
tendremos la perspectiva suficiente como para apreciar un panorama
más amplio, y este panorama es el que se está jugando, cuando la
crisis que destapó la quiebra de las finanzas permitió acelerar la
decisión de someter a una ciudadanía, huérfana de expectativas de
metas, confundida porque todos los sueños por los que habían
luchado sus padres, y en no pocos casos, ellos mismos, se deshacían
como un castillo de arena tras una ola, por eso, es inútil querer
entender la economía buscando la opinión
de los expertos, porque ellos
difícilmente se atreverán a mirar fuera de lo que las
multinacionales que los contratan o lo organismos para los que
trabajan estiman que es el horizonte de la ciencia
económica, por eso, enfocar la economía como otra cosa que
vaya más lejos que la fabricación de mercancías de usar y tirar
requiere un nuevo enfoque y ese nuevo punto de vista tiene que ser un
levantamiento social que se niegue a seguir siendo rebaño y
reclame para sí, el control de las riquezas que ella, la
humanidad ha creado en el transcurso histórico, y para eso, esta
parte de la humanidad que lucha y se agita en países y continentes,
requiere, desesperadamente un nuevo partido de izquierdas, que dadas
las condiciones de la mundialización no puede ser más que una
internacional, pues si en 1864 se creo la AIT, cómo hoy, con una
burguesía mucho más organizada, con una buena porción de los
instrumentos productivos, financieros, políticos y administrativos
articulados en sus cumbres y thinktank, podría oponer batalla
una clase obrera desarticulada, sin más horizontes que la propia
subsistencia.
UNA PROPUESTA DE CLASE
Como decía al principio,
una
élite ha acumulado un enorme
poder sobre el conjunto de la humanidad, y es irracional que, al
menos un tercio de toda la riqueza financiera privada y casi la mitad
de toda la riqueza en paraísos fiscales corresponda a noventa y un
mil personas -91000- en el mundo, el
0,001% de la humanidad, y
semejante poder y riqueza, necesariamente tiene que deberse a un
injusto reparto, es más, es irracional llamar a esto reparto, esto
es un monumental robo, expolio programado, y siendo mínimamente
honesto y veraz, ningún economista, sociólogo, filósofo, político,
nadie con un mínimo de sentido común de la decencia y la justicia,
podría dar una explicación que no sea la que digo, robo, expolio.
La única manera de poner
coto a semejante latrocinio mundial y a semejante déficit de
poder social, es reclamando para la humanidad el conjunto de la
deuda, es decir, de ser deudores a ser acreedores del conjunto de las
riquezas ocultas en los paraísos fiscales, porque ese es el
resultado mañoso de haber impedido que las riquezas generadas
socialmente, hubiesen revertido en la propia sociedad por los cauces
de la imposición contributiva, incluso siendo esta más tolerante
con las finanzas de los poderosos que con la de los ciudadanos, pero
eso hoy, ya no es suficiente, para atajar un declive,
que de no tomarse iniciativas de este calado, o sea, sin ser teniendo
en cuenta los intereses del conjunto del genero humano, nos llevará
a una nueva guerra por el reparto del mundo, porque ni Rusia ni
China, pueden aceptar las integrarse en el mercado como segundones de
tercer nivel, pues ambos Estados tienen el tamaño, el territorio y
un mercado propio que les impulsa a tener proyectos e intereses que
chocan con la estructura que el capitalismo ha tejido en el
transcurso del siglo xx, y en esta confrontación, en la que vivimos
los prolegómenos con la fabricación de pruebas, India y
Japón se verán arrastrados a definirse por el bando más acorde a
sus intereses geopolíticos. Por lo tanto ¿Quien hablará en nombre
de la clase obrera, en nombre de la humanidad?
LA INTERNACIONAL
Se imaginan una cadena
humana cruzando Europa desde el extremo norte de Escocia hasta el
extremo sur en Grecia y desde Moscú a Gibraltar para reclamar el
cambio de signo de las deudas nacionales puestas en conjunto en
fideicomiso con el objetivo de mejorar las condiciones del conjunto
de la humanidad ayudando a la ciencia en la búsqueda y mejoras de
energías renovables, de proyectos que mejoren la calidad de vida, de
apoyo a la difusión de la enseñanza gratuita y de la cultura. De
fondo para garantizar una renta básica. Se imaginan una cadena
humana cruzando Europa desde el extremo norte de Escocia hasta el
extremo sur en Grecia y desde Moscú a Gibraltar para exigir que esa
disparidad de la riqueza entre los 91000 personas más ricas y el
conjunto de la humanidad empiece a corregirse, para exigir las
cuentas de todo ese entramado de paraísos fiscales, sea puesto en
claro y conocido, se imaginan una cadena humana cruzando Europa desde
el extremo norte de Escocia hasta el extremo sur en Grecia y desde
Moscú a Gibraltar para exigir un único gobierno para Europa,
responsable ante un único parlamento nacional europeo.
Si se pueden imaginar
esto, lo que seguramente no se pueden imaginar es a los actuales
dirigentes de la izquierda europea, realmente existente, que
lideran partidos y sindicatos, es, a estos dirigentes encabezando esa
lucha porque les rebasa, ya que están absorbidos por el
electoralismo parlamentario y la izquierda dejó de hacer teoría,
prácticamente, desde los años treinta, así que como dice el
cineasta K. Loach, Nos
han fastidiado esos líderes carismáticos con vanidades demasiado
grandes.
Sin embargo, la cadena catalana ha tenido éxito porque ha habido un
vuelco de la pequeña burguesía que ha visto la posibilidad de
cumplir sus expectativas para presionar al Estado español, para
reclamar sus impuestos: los
españoles nos robáis los impuesto;
esto me lo comentaba un amigo residente en Barcelona, que se lo
habían dicho a él, un individuo conocido en su ámbito como un
militante de izquierda y plenamente integrado en la cultura catalana,
que hasta ese momento, tenía por invención, algo que no pasaba de
ser anecdótico, y se ha sentido afectado por la deriva
independentista, a la que no ve como una mejora real para los
trabajadores catalanes, es decir, no cree que la independencia de
Catalunya vaya a mejorar las condiciones de la ciudadanía catalana.
¿Cómo ha sucedido?
La
prensa catalana se volcó desde el primer momento recogiendo y
jaleando la apuesta de Mas, sin que nadie le respondiese ni en
términos históricos, -1714- no fue una guerra por la independencia
de Catalunya sino por la sucesión dinástica a la corona de España,
ni en términos políticos, y los sindicatos y los partidos de
izquierdas, sencillamente se sumaron dejando el campo libre, porque
como ha dicho Cañamero, que sí estuvo en la cadena, rodeando la
Caixa, él no es de extrema izquierda sino de extrema necesidad, y
ahí radica el problema capital. La mera subsistencia no puede
oponerse a algo tan sensible como las señas de identidad nacional,
tan fáciles de manipular por la pequeña burguesía, muy próxima al
terreno, y por el capital financiero internacional, muy preocupado
porque la situación en Europa, pudiese dar un giro imprevisto, y en
este dejar hacer, la opción independentista le ha ganado el pulso a
la propia burguesía catalana, que Durán y Lleida expresa mejor que
nadie con sus gestos. A partir de aquí, la situación no puede tener
un desarrollo fácil porque el Estado no aceptará su fractura, es
decir, no habrá independencia y el federalismo solo será posible si
la ciudadanía tumba a la monarquía y se abre un proyecto
constituyente con una república que recoja un amplio abanico de
mejoras para el pueblo, y si esto no ocurre, se incrementará la
decepción imperante en la sociedad, porque no se ve salida a la suma
de recortes, porque desde la izquierda, no hay una perspectiva de
conjunto.
La
clase obrera la definen el patrón que contrata y el Estado que
reconoce derechos duramente ganados con mucha sangre y dolor, esto es
lo que significa decir que el capitalismo define los límites de la
clase a la que explota, pues este, travestido en Estado, pese a
emplear términos como ciudadano, en realidad ve a súbditos,
obreros, asalariados, y las mejoras conseguidas en las luchas
anteriores, es lo que el capital financiero quiere eliminar de la
Unión Europea, cuya llave del tesoro controla Draghi, designado por
Goldman Sach para acabar con el estado de bienestar en Europa, por
eso, la clase obrera es
clase para sí,
solamente cuando
lucha por sus reivindicaciones,
y luchar por las reivindicaciones más allá de la mera subsistencia
implica confrontar ideas, conceptos, proyectos, que cuando los
presenta el partido, los presenta la clase obrera, por eso, hablar de
la economía es el galimatías de los
mercados,
pues poner orden en el guirigay económico solo puede hacerse desde
un partido, esa internacional, desesperadamente necesaria, en la que
los trabajadores y los expertos analizan, cotejan y definen los
nuevos límites, el nuevo horizonte de la ciencia económica, y
entonces, eso ya no sera lo que diga un gurú, sino la expresión de
la clase organizada, y esto es lo que puede clarificar un negro
panorama de conflictos bélicos, entre las diferentes concepciones
del mercado, que la disolución de la URSS, ha abierto la liberar
espacio político hasta entones, cerrado a las multinacionales.
jmrmesas
diecisiete
de septiembre de dos mil trece
Dedicado
a los compañeros de OWS -Occupy Wall Street- en su segundo año de
lucha, porque como dijo José Martí, el héroe cubano, He vivido en
el monstruo y conozco sus entrañas.
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