martes, 17 de septiembre de 2013


CAMBIAR EL SIGNO DE LA DEUDA HISTÓRICA

DEFINIENDO EL CAMPO DE ACTUACIÓN

Formalmente, la sociedad es fuente de legitimidad, reconocida en la mayoría de las constituciones de las naciones de los países industrializados, sin ambigüedad que las cuestiones, pero en la realidad, la sociedad está a años luz de ser un poder real, porque el verdadero poder escapa a su control. En los últimos cien años, las ciencias han puesto en manos de una minoría, ese escaso uno por ciento global, un poder como nunca antes ha tenido una minoría social, y lo que es más aterrador, ese poder no está en manos de elementos responsables ante la sociedad, es decir, ese poder no está en manos de personas elegidas en los procesos democráticos, sino en manos privadas, más concretamente, en manos del capital financiero internacional, que es quien financia la ciencia, aún cuando esa financiación, en gran medida disponga de fondos públicos, que gestionan empresas privadas, lo que da a esos grupos capitalistas un enorme poder para presionar a los gobiernos, influyendo a los Estados para que apliquen políticas que sean afines a sus intereses privados.

Este enorme poder de la élite, se agiganta porque el conjunto de la sociedad no tiene consciencia real de su déficit de poder, mientras la élite, ese escaso uno por ciento, no solo tiene un poder real en una gran variedad de aspectos sino que además es consciente de la falta de percepción social del poder de la élite, que como mucho, el conjunto de la ciudadanía mundial asocia a la acumulación de dinero, y casi nada más, mientras que la capacidad para manipular la ciencia, y a la propia sociedad está perfectamente encubierto, camuflado y disimulado de forma y manera que aparenta el orden natural del desarrollo del progreso, cuando el desarrollo del progreso no tiene nada de orden natural sino que este orden está mediatizado por las fuerzas internas que obran en la sociedad y cuyo abanico es enorme, pero solo aquellos aspectos de los cuales el capital y su poder prevén obtener beneficio es estimulado, apoyándolo mediante un uso financiero que estaría en relación directa a la capacidad de obtener aplicación en los negocios y asuntos que están relacionado y vinculados a los proyectos que la clase dominante, la élite, valora como importantes.

La presente introducción tiene por objeto tratar de situar la perspectiva de conjunto de un balance de poderes en el seno de la sociedad, porque este balance de poderes, no obstante su disparidad, no es estático sino terriblemente dinámico, a veces, con velocidad insospechada, como lo atestigua el arrastre del órdago de la diada catalana 2013, cuyo inicio, nadie podrá negar, disparó Artur Mas un año antes, cuando contra todo criterio decidió romper la baraja (una decisión siempre a tener en cuenta, cuando el poder hace oídos sordos) y convocar las elecciones por la independencia de Catalunya cuando el pacto fiscal que proponía fue desoído por el gobierno de Rajoy. Aún cuando la dinámica de la historia, ahora, está demostrando que los Estados nacionales están en manos de las fuerzas que manejan los procesos económicos, y esos poderes se concentran en las manos de un puñado empresas controladas por el capital financiero internacional que maquina proyectos supranacionales al estilo de la Unión Europea, es decir, proyectos ajenos a los intereses de la ciudadanía, en este caso, europea, y en los casos imaginados por el superimperialismo surgido tras la SGM, con idéntico comportamiento, lo que equivale a decir, con una participación democrática meramente testimonial y simbólica, la apuesta del independentismo catalán está destinada a enmerdar el panorama, porque un micro Estado jamas podrá tener capacidad de maniobra, ajustándose al marco que le señala el capital financiero, y si se lo saltara, sería barrido sin consideración alguna, por eso, el nacionalismo pequeño burgués, junto al nacionalismo tradicional, se ha convertido en un argumento excelente en la estrategia del capital financiero del superimperialismo, expresado en esa sucesión de cumbres de diverso calado, Gs, ONU, troika, etc., que tan hábilmente demuestran usar, mientras la izquierda, prisionera de ese sentimiento pequeño burgués, tolerante con el nacionalismo marcha a la deriva porque no se atreve a definir sin ambigüedad que el derecho a la propia lengua y cultura nunca derivará en un Estado propio, primero porque va contra la tendencia de la historia, segundo porque 1714 fue el desarrollo de la guerra de sucesión de la corona de España y no la guerra de secesión de Catalunya, y tercero, y no menos importante sino más, porque la división del Estado es la división de la clase obrera, y esta, en Europa ha sido fragmentada suficientemente como para que la izquierda se tome en serio la tarea de evitar nuevas divisiones.

Con expectativas del mismo tenor, la situación podría ser tomada como un modelo, como una forma de entender la vida ciudadana centrada en el aspecto local, nacional, centrada en torno a la política nacional, cuando las políticas nacionales están determinadas por la política que conviene al interés de la fuerza central del capital financiero intencional centrado en la atrofia del dólar, algo reconocido por y desde diferentes perspectivas, y que, sin embargo, las decisiones que se toman, son valoradas en ese ámbito de cumbres generales, aún cuando la decisión final esté cantada de antemano y el resto de participantes tengan que acatarlas porque son las adecuadas al interés del conjunto. Por tanto, las perspectivas de conjunto para el núcleo que compone el entramado de grandes empresas y bancos, consideradas desde dentro del sistema -reforma del sistemas monetario, sistema financiero, etc.,- como en lo que corresponde a concepción, principios basados en el crecimiento del PIB y no en criterios de utilidad social, siendo este criterio el señalaría ese déficit de poder social, ya que es imposible variarlo si se desconoce la posibilidad de optar por otras prioridades para organizar la producción en función del bien común, y esto es, cuando menos, ignorado por los economistas comprometidos socialmente, toda vez que al presentar los datos lo hacen sin tocar el marco que da sentido a una concepción de la economía que hace de la ganancia, la doctrina del sistema.

QUIEN SE ATREVERÁ A HABLAR DE ECONOMÍA EN NOMBRE DE LA HUMANIDAD

Solamente quien sienta y haga suya las reivindicaciones solidarias puede hablar en nombre de la humanidad, en nombre de su abanderada, la clase obrera, la clase trabajadora, y esto trasciende al economista más audaz y preclaro, porque esto es tarea de la organización, tarea que asuma colectivamente un partido, necesitamos desesperadamente un partido de izquierdas, dice Ken Loach y tal partido no puede ser, ahora, más que una internacional porque todas las decisiones que se están tomando actualmente, todas están pensadas poniendo el foco en un nuevo reparto de poderes, porque la desaparición de la URSS, a manos de la propia burocracia ha liberado espacio político que debe ser disputado entre el viejo poder imperialista que se agrupa en lo podríamos llamar el complejo militar industrial euro-estadounidense, y ese reagrupamiento ruso-asiático que debe definir sus perfiles, más allá del territorio ruso, estableciendo acuerdos con China, Japón y otros territorios en el Pacífico. Eso es lo que se está ventilando con la fabricación de pruebas abrumadoras para demostrar que Siria ha de ser castigada.

Todo el entramado del nuevo siglo xxi está articulado en torno a la fabricación de pruebas que posibiliten al superimperialismo actuar como policía universal, porque el espacio político liberado -liberado en tanto que la URSS, formalmente, defendía valores e intereses de clase, que Rusia, y de rebote también China, ya no respalda- está destinado a crear las condiciones, crear opinión, una opinión mundial que facilite y justifique los manejos de los intereses del cartel de las 147 empresas multinacionales, entre las que están todos los grandes bancos sistemicos.

Cuando la burguesía que forma el entramado del superimperialismo es capaz de demoler el WTC, con todos sus trabajadores dentro, con la mayoría de sus ocupantes en el puesto de trabajo, el maquiavelismo supera con mucho un simple afianzamiento del propio poder para convertirse en el argumento central de nuevas aventuras, de nuevos espacios de conquistas, que dudan en dar porque eso requiere un adoctrinamiento y un adocenamiento de argumentos que puedan ser tragados por una ciudadanía contrainformada desestructurada y escasamente encuadrada en organizaciones de la clase trabajadora, por eso, ante este panorama de conjunto, cuyo diseño esta enfocado teniendo como meta al mundo, ¿Cómo es posible considerar que los problemas tienen una respuesta nacional? Mirando a ras del suelo, el árbol nunca nos permitirá tomar en consideración el bosque, porque nunca tendremos la perspectiva suficiente como para apreciar un panorama más amplio, y este panorama es el que se está jugando, cuando la crisis que destapó la quiebra de las finanzas permitió acelerar la decisión de someter a una ciudadanía, huérfana de expectativas de metas, confundida porque todos los sueños por los que habían luchado sus padres, y en no pocos casos, ellos mismos, se deshacían como un castillo de arena tras una ola, por eso, es inútil querer entender la economía buscando la opinión de los expertos, porque ellos difícilmente se atreverán a mirar fuera de lo que las multinacionales que los contratan o lo organismos para los que trabajan estiman que es el horizonte de la ciencia económica, por eso, enfocar la economía como otra cosa que vaya más lejos que la fabricación de mercancías de usar y tirar requiere un nuevo enfoque y ese nuevo punto de vista tiene que ser un levantamiento social que se niegue a seguir siendo rebaño y reclame para sí, el control de las riquezas que ella, la humanidad ha creado en el transcurso histórico, y para eso, esta parte de la humanidad que lucha y se agita en países y continentes, requiere, desesperadamente un nuevo partido de izquierdas, que dadas las condiciones de la mundialización no puede ser más que una internacional, pues si en 1864 se creo la AIT, cómo hoy, con una burguesía mucho más organizada, con una buena porción de los instrumentos productivos, financieros, políticos y administrativos articulados en sus cumbres y thinktank, podría oponer batalla una clase obrera desarticulada, sin más horizontes que la propia subsistencia.

UNA PROPUESTA DE CLASE

Como decía al principio, una élite ha acumulado un enorme poder sobre el conjunto de la humanidad, y es irracional que, al menos un tercio de toda la riqueza financiera privada y casi la mitad de toda la riqueza en paraísos fiscales corresponda a noventa y un mil personas -91000- en el mundo, el 0,001% de la humanidad, y semejante poder y riqueza, necesariamente tiene que deberse a un injusto reparto, es más, es irracional llamar a esto reparto, esto es un monumental robo, expolio programado, y siendo mínimamente honesto y veraz, ningún economista, sociólogo, filósofo, político, nadie con un mínimo de sentido común de la decencia y la justicia, podría dar una explicación que no sea la que digo, robo, expolio.

La única manera de poner coto a semejante latrocinio mundial y a semejante déficit de poder social, es reclamando para la humanidad el conjunto de la deuda, es decir, de ser deudores a ser acreedores del conjunto de las riquezas ocultas en los paraísos fiscales, porque ese es el resultado mañoso de haber impedido que las riquezas generadas socialmente, hubiesen revertido en la propia sociedad por los cauces de la imposición contributiva, incluso siendo esta más tolerante con las finanzas de los poderosos que con la de los ciudadanos, pero eso hoy, ya no es suficiente, para atajar un declive, que de no tomarse iniciativas de este calado, o sea, sin ser teniendo en cuenta los intereses del conjunto del genero humano, nos llevará a una nueva guerra por el reparto del mundo, porque ni Rusia ni China, pueden aceptar las integrarse en el mercado como segundones de tercer nivel, pues ambos Estados tienen el tamaño, el territorio y un mercado propio que les impulsa a tener proyectos e intereses que chocan con la estructura que el capitalismo ha tejido en el transcurso del siglo xx, y en esta confrontación, en la que vivimos los prolegómenos con la fabricación de pruebas, India y Japón se verán arrastrados a definirse por el bando más acorde a sus intereses geopolíticos. Por lo tanto ¿Quien hablará en nombre de la clase obrera, en nombre de la humanidad?

LA INTERNACIONAL

Se imaginan una cadena humana cruzando Europa desde el extremo norte de Escocia hasta el extremo sur en Grecia y desde Moscú a Gibraltar para reclamar el cambio de signo de las deudas nacionales puestas en conjunto en fideicomiso con el objetivo de mejorar las condiciones del conjunto de la humanidad ayudando a la ciencia en la búsqueda y mejoras de energías renovables, de proyectos que mejoren la calidad de vida, de apoyo a la difusión de la enseñanza gratuita y de la cultura. De fondo para garantizar una renta básica. Se imaginan una cadena humana cruzando Europa desde el extremo norte de Escocia hasta el extremo sur en Grecia y desde Moscú a Gibraltar para exigir que esa disparidad de la riqueza entre los 91000 personas más ricas y el conjunto de la humanidad empiece a corregirse, para exigir las cuentas de todo ese entramado de paraísos fiscales, sea puesto en claro y conocido, se imaginan una cadena humana cruzando Europa desde el extremo norte de Escocia hasta el extremo sur en Grecia y desde Moscú a Gibraltar para exigir un único gobierno para Europa, responsable ante un único parlamento nacional europeo.

Si se pueden imaginar esto, lo que seguramente no se pueden imaginar es a los actuales dirigentes de la izquierda europea, realmente existente, que lideran partidos y sindicatos, es, a estos dirigentes encabezando esa lucha porque les rebasa, ya que están absorbidos por el electoralismo parlamentario y la izquierda dejó de hacer teoría, prácticamente, desde los años treinta, así que como dice el cineasta K. Loach, Nos han fastidiado esos líderes carismáticos con vanidades demasiado grandes. Sin embargo, la cadena catalana ha tenido éxito porque ha habido un vuelco de la pequeña burguesía que ha visto la posibilidad de cumplir sus expectativas para presionar al Estado español, para reclamar sus impuestos: los españoles nos robáis los impuesto; esto me lo comentaba un amigo residente en Barcelona, que se lo habían dicho a él, un individuo conocido en su ámbito como un militante de izquierda y plenamente integrado en la cultura catalana, que hasta ese momento, tenía por invención, algo que no pasaba de ser anecdótico, y se ha sentido afectado por la deriva independentista, a la que no ve como una mejora real para los trabajadores catalanes, es decir, no cree que la independencia de Catalunya vaya a mejorar las condiciones de la ciudadanía catalana. ¿Cómo ha sucedido?

La prensa catalana se volcó desde el primer momento recogiendo y jaleando la apuesta de Mas, sin que nadie le respondiese ni en términos históricos, -1714- no fue una guerra por la independencia de Catalunya sino por la sucesión dinástica a la corona de España, ni en términos políticos, y los sindicatos y los partidos de izquierdas, sencillamente se sumaron dejando el campo libre, porque como ha dicho Cañamero, que sí estuvo en la cadena, rodeando la Caixa, él no es de extrema izquierda sino de extrema necesidad, y ahí radica el problema capital. La mera subsistencia no puede oponerse a algo tan sensible como las señas de identidad nacional, tan fáciles de manipular por la pequeña burguesía, muy próxima al terreno, y por el capital financiero internacional, muy preocupado porque la situación en Europa, pudiese dar un giro imprevisto, y en este dejar hacer, la opción independentista le ha ganado el pulso a la propia burguesía catalana, que Durán y Lleida expresa mejor que nadie con sus gestos. A partir de aquí, la situación no puede tener un desarrollo fácil porque el Estado no aceptará su fractura, es decir, no habrá independencia y el federalismo solo será posible si la ciudadanía tumba a la monarquía y se abre un proyecto constituyente con una república que recoja un amplio abanico de mejoras para el pueblo, y si esto no ocurre, se incrementará la decepción imperante en la sociedad, porque no se ve salida a la suma de recortes, porque desde la izquierda, no hay una perspectiva de conjunto.

La clase obrera la definen el patrón que contrata y el Estado que reconoce derechos duramente ganados con mucha sangre y dolor, esto es lo que significa decir que el capitalismo define los límites de la clase a la que explota, pues este, travestido en Estado, pese a emplear términos como ciudadano, en realidad ve a súbditos, obreros, asalariados, y las mejoras conseguidas en las luchas anteriores, es lo que el capital financiero quiere eliminar de la Unión Europea, cuya llave del tesoro controla Draghi, designado por Goldman Sach para acabar con el estado de bienestar en Europa, por eso, la clase obrera es clase para sí, solamente cuando lucha por sus reivindicaciones, y luchar por las reivindicaciones más allá de la mera subsistencia implica confrontar ideas, conceptos, proyectos, que cuando los presenta el partido, los presenta la clase obrera, por eso, hablar de la economía es el galimatías de los mercados, pues poner orden en el guirigay económico solo puede hacerse desde un partido, esa internacional, desesperadamente necesaria, en la que los trabajadores y los expertos analizan, cotejan y definen los nuevos límites, el nuevo horizonte de la ciencia económica, y entonces, eso ya no sera lo que diga un gurú, sino la expresión de la clase organizada, y esto es lo que puede clarificar un negro panorama de conflictos bélicos, entre las diferentes concepciones del mercado, que la disolución de la URSS, ha abierto la liberar espacio político hasta entones, cerrado a las multinacionales.

jmrmesas

diecisiete de septiembre de dos mil trece


Dedicado a los compañeros de OWS -Occupy Wall Street- en su segundo año de lucha, porque como dijo José Martí, el héroe cubano, He vivido en el monstruo y conozco sus entrañas.









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