EL GRAN JUEGO
DE QUE SE TRATA
Una década. Es el
espacio de tiempo, en lo que los expertos calculan que una crisis
empieza a dejar sentir sus efectos benéficos en la sociedad,
pero la crisis del 29, tras diez años, su siguiente alumbramiento
no pudo ser más mortífero, pues fue el comienzo de la SGM, y
todavía tuvieron que pasar seis más para que la recuperación fuese
veloz, tras la enorme destrucción en vidas y materiales que consumió
la disputa por el último reparto del mundo, y si bien es cierto que
la actual situación no parece que los tres grandes (EEUU, Europa y
Japón), discrepen en lo fundamental, más allá de los ajustes
puntuales, esta crisis es tan profunda como la de entonces, salvo que
el estrechamiento de los intereses del capital financiero
internacional, los mercados, ante quienes rinden cuentas los
gobiernos democráticamente elegidos, desde Rajoy a Obama pasando por
Hollande y Merkel y el espeso entramado de organizaciones
internacionales, oficiales y privadas que conforman el
marco en el que dirimen sus diferencias los mercados,
suavizan sus efectos
sobre las espaldas del proletariado mundial, la sufrida ciudadanía,
que siempre paga las consecuencias, aunque siempre será mejor los
recortes que una guerra, y en
eso, hemos avanzado,
aunque la disputa entre Japón y China por la propiedad de las islas
Senkaku-Diaoyu, según japoneses o chinos, sean los que las refieran,
podría tensar mucho las relaciones, pues los burócratas chinos,
aprendices de burgueses, llevan tiempo demandando su participación,
en primera línea, en el empeño en diseñar los nuevos ajustes del
orden mundial.
En
este marco global, es en el que hay que entender los ajustes en el
que las diferentes burguesías mueven sus peones para lograr ventajas
en el tablero mundial, y precisamente la apuesta más importante se
está desarrollando en el campo de batalla europeo, porque estos
ajustes aunque sean pacíficos, hasta ahora, en Europa, no por ello
dejan de ser dolorosos.
El
ataque al euro que comenzó de la mano de EEUU moviendo a las
agencias de calificación, tenía y tiene, por objetivo, asegurar la
posición predominante del dólar como moneda en la economía
mundial, rol, ensombrecido por la escalada del euro como moneda
internacional, y este ataque ha tenido como consecuencia abrir una
crisis política global, porque el viejo orden capitalista está
agotado y necesita cambios profundos, cuya alteración implica
ajustes determinados por la correlación de las fuerzas que en estos
años han ido variando sus posiciones, y una vez que cada burguesía
sabe hasta donde puede llegar, se trata de cerrar la crisis porque
mantenerla abierta, terminará por movilizar a la sociedad, que no se
parará en el retoque formal, de circunstancias, artificial, sino que habrán de
plantearse los temas fundamentales que afectan al modo de producción,
al sistema financiero y al sistema monetario mundial.
Todos
los expertos convienen en coincidir en la necesidad de reactivar la
economía para que esta se recupere, pero eso significa inversión y
esta disyuntiva ha destapado el problema de la primera economía
mundial, la europea, cuyo principal handicap es su déficit político,
resumido en el euro, y este déficit, con el que ya contaban sus
diseñadores -el enemigo puede ser calificado como se quiera, menos
de estúpido- es el que se ha venido manteniendo tapado, hasta el
momento, en el que los datos permiten entender el sentido de lo que
está sucediendo. ¿Por qué, si los más entendido invitan a
facilitar el crédito, este se resiste? Porque el déficit político
no se va a abordar como tal, sino de una manera funcionalmente artificiosa
porque esta modalidad es la que garantiza a los diferentes burgueses
europeos, el predominio político, como clase dirigente.
De
lo que se trata es de ir consumiendo etapas, y la que está en
cartera es la unión bancaria europea, y en esta apuesta, la
contradicción está entre la fortaleza económica de Alemania y su
debilidad bancaria y como el problema de la unión bancaria requiere
modificar los tratados fundacionales, el problema de los rescates es
de primera magnitud pues las burguesías rescatadas, España entre
otras, tendrán muy poco que oponer en el diseño de los nuevos
tratados, por eso, Alemania no tiene prisa en el tema de la
supervisión bancaria, demorandola al máximo, porque el próximo año
es, para ella, la señora Merkel, de reválida electoral.
DONDE
ESTA LA CIUDADANIA EUROPEA
Ni
está, ni se la espera, porque la izquierda en el mundo, y por lo
tanto, en Europa, y por lo tanto en España, sigue siendo
provinciana, incapaz de avizorar más allá de donde llega su
resuello, por eso, los mercados,
el capital financiero internacional mueve ficha con soltura y
despreocupación porque sabe que el movimiento de las masas
no pasa de una pataleta, sino, como una corona en entredicho, la
española, por la corrupción de sus miembros iba a dar lecciones;
como unos gobiernos como el de Mas y Rajoy iban a durar después de
incumplir, desde los primeros momentos sus programa electorales, pues
por eso, porque desde los dirigentes políticos a los dirigentes
sindicales, todos son muy comedidos, y comen tres comidas al día, y
empieza a ser preocupante la gente que ha de acudir a los centros de
beneficencia para poder subsistir, porque entre la amnistía fiscal y
la fuga de capitales, la sociedad se empobrece sin que nadie se
atreva levantar una
campaña mundial por la erradicación de los paraísos fiscales,
y por los retornos de los dineros ocultos para invertirlos en las
sociedades donde se generaron, pues porque mientras los burgueses
entrelazan sus intereses y se han dotado de una red de organizaciones
internacionales donde ventilar sus diferencias, la clase obrera está
más dividida que nunca, y algún pánfilo nacionalista creerá que
sus necesidades las cubrirá una bandera, sea esta española,
catalana, vasca, francesa o estadounidense, cuando únicamente tapa
el féretro donde regresa, cuando está defendiendo los intereses de
las multinacionales, y sin embargo son cientos los veteranos de las
recientes campañas en Oriente medio y Asia, de EEUU que tiene que dormir en
la calle, porque tienen dificultades para encontrar empleo y
estabilizar sus vidas, cuando regresan vivos.
Todo
se resume en entender que la economía europea necesita que el
mercado europeo funcione con reglas y normas homogéneas, pero la
burguesía teme la unidad política porque se sabe rebasada, y
pretende unir los instrumentos económicos mientras que cada
burguesía nacional se las compone con sus obreros, pero eso quiere
decir que si la unidad de Europa la apadrina la izquierda defendiendo
los Estados Unidos de Europa, los burgueses se sentirán acorralados,
incluidos los alemanes, porque no es lo mismo mentirle a tu
electorado natural, que tener
que ganarte el voto de los vagos meridionales,
ante ese dilema, los burgueses europeos se sienten capitidisminuidos,
porque hasta es posible que en los primeros embates tuvieran el
control, tienen tablas,
pero, ¿Cuanto tiempo les duraría su experiencia?, y ¿Cuanto tiempo
tardaría la ciudadanía europea en tomarles el pulso a la política
continental?; vamos entendiendo el mensaje, porque por ahí van los
tiros, el mundo se ha convertido en una maquinaria muy precisa como
para estropearlas con experimentos, y la burguesía es partidaria del
vale más lo malo
conocido,
porque tiene tablas
y medios de todo tipo, pero ni la clase obrera, la ciudadanía tiene
todo el tiempo del mundo, ni la paciencia inagotable. ¿Somos
mayoría? Pues a ver si somos inteligentes.
jmrmesas
21
de septiembre de 2012
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